Cantabria Actúa

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¿Y tú me lo preguntas? Antipoesía eres Tú

Y cada camino se hace al andar. Y el poeta escribe en las líneas de su mano el recorrido incierto del porvenir. Porque el poeta no tiene nombre, ni tampoco título, muchas veces ni siquiera tiene una poesía como testamento de que un día estuvo allí. Quizás porque está muerto porque nadie quiso defenderlo. Decía el escritor chileno Nicanor Parra,  «La poesía morirá si no se la ofende, hay que poseerla y humillarla en público.  Después se verá lo que se hace». (Artefactos). Quizás con la vida pase lo mismo. Y por el camino ya hemos dejado demasiados cadáveres, inmigrantes, refugiados, excluidos de todo tipo y condición. Pedazos de nuestra propia humanidad.

Porque  quizás Parra no se rebelaba contra la poesía, sino contra las convenciones y normas del mundo en el que vivía. Por eso la poesía con la que se rebelaba era aquella que nacía inconformista, que quería mostrar la hipocresía del mundo en el que se gestaba. Que buscaba mostrar las contradicciones de lo cotidiano, los prejuicios de su tiempo que es el nuestro. Parra con su antipoesía se rebelaba contra el Sistema. Contra esa forma de ver el mundo con las orejeras del sectarismo, de la injusticia justificada porque “es de los nuestros”.

Llevar la poesía a lo cotidiano, a la fosa común, al “la maté porque era mía”,  a la cola del paro, al polvo  de “no me acuerdo”, al tic, tac del reloj que anticipa de forma exasperante el bocinazo de un viejo e inabarcable día, es difícil, muy difícil. Vivirlo en carnes propias y luego salpicarlo en las hojas, la verdad no lo sé. En ese momento la realidad desgarra al sueño y lo deja desnudo. Las idealizaciones románticas se presentan con las palmas encalladas y los pies llenos de sabañones. Con el vestido arrancado, con la espalda desollada por la concertina. Y el dalle mal afilado corta madrugadas sin fin, escupido por el rocío de un alba con resaca de siempre ha sido así. Y el revolucionario de bolsillo, como dice Nicanor, se enfrenta al paredón de un gatillo para el que no estaba preparado: El de la cruda realidad.

Y siguiendo el “Test” del antipoeta no sabemos si somos un comerciante de urnas y ataúdes, un sacerdote que no cree en nada, un general que duda de si mismo o un vagabundo que se ríe de todo. Hasta de la vejez y de la muerte.  Quién sabe. Sin embargo, al igual que la poesía, la vida, quienes somos y lo que creemos ser, morirá sino se la defiende. Hay que hacerla saltar por los aires para poderla respirar de nuevo. Si queremos “sobremorir”. Hay que reventar los cimientos de un edificio hecho con los cadáveres de los que nunca cuentan para nada, de quienes van detrás de la coma del porcentaje. De quienes nunca existieron porque les arrancamos la condición de seres humanos nada más nacer, incluso antes. Porque la alambrada, porque la frontera, porque la raza, porque el origen, porque el sexo, porque las ideas,  porque el credo, porque la cartera:

 

Y camina solo el antipoeta. Y camina en busca de otro mal poema. Y lo ves en la patera, tras la pantalla, en otra guerra, que nadie gana. Porque siempre pierden los mismos

 

Y camina solo el antipoeta. Y camina en busca de otro mal poema. Y lo ves en la patera, tras la pantalla, en otra guerra, que nadie gana. Siempre la mierda recoge lágrimas. Y las pone a la venta. Siempre en rebajas. Gana la banca, pierde el poeta. Y nadie gana si estás en venta.

Y nadie gana si estás en venta.

Y es que hay una poesía sin estrofa, sin métrica, sin medida. Una poesía que no se vende. Una poesía de cabeza fría, corazón caliente, de tierrafirmistas decididos  a cambiar la geografía de lo preconcebido, de lo “no se puede hacer nada”. Una poesía escrita a golpe de gesto insumiso ante los discursos del miedo y la intolerancia. Y quienes la escriben lo hacen sobre la tierra que han pisado, que han sufrido, que han sangrado. Porque la tierra no es de nadie, porque solo estás de paso.

Porque hay poesía con forma de personas comunes capaces de hacer cosas extraordinarias, simplemente porque se niegan a quedarse quietas sin hacer nada. Este, como muchos otros,  es el caso de los voluntarios de la Comunidad Solidaria Cantabria Actúa y su MARCHA SOLIDARIA que tendrá lugar el domingo 27 de agosto en Liencres, con el objetivo de no dejar a nadie atrás, de sensibilizar sobre la situación de las personas migrantes y desplazadas, de demostrar que se hace camino al andar de la mano de quien viene, de quien ya estaba, porque la tierra no es de nadie, porque todos estamos de paso.

Porque quizás la antipoesía  es antisistema, al igual que lo es quien se rebela contra un mundo construido a la medida de la bala. Un mundo  incapaz de ver más allá de una nariz con tabiques de coltán. Que de tanto esnifar palabras acabó incomunicado, las arrancó todo el sentido. Que de tanto respirar miseria y dolor acabó creyendo que era normal. Por eso, quizás debamos aprender a caminar de una manera diferente. Como lo hace el antipoeta, como nos invita a hacer, en esta ocasión, La Comunidad Solidaria Cantabria Actúa.

¿Y tú me lo preguntas? Antipoesía eres Tú

Nota: Para más información  acerca de actividades, inscripciones, recorrido etc…pinchar el siguiente enlace: https://www.facebook.com/I-Marcha-Solidaria-Cantabria-Act%C3%BAa-248230262347821/

 

 

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