Los acusados niegan que quisieran impedir la salida de Diego del acto en la UC

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Los acusados por Preguntar No Es Delito han negado que trataran de obstaculizar la salida al expresidente Ignacio Diego al acabar el acto en la UC, cuando quisieron protestar por el veto en el acceso al acto, convocado como público.

También han desmentido, en el juicio celebrado este miércoles en el juzgado de lo Penal número 3 de Santander, que su comportamiento fuera violento, y han relatado episodios de empujones sufridos por ellos a manos de la escolta del expresidente, estando ellos «acorralados».

Se enfrentan a peticiones de pena por parte del Ministerio Fiscal (única acusación en el proceso, no hay acusación particular) de multas por valor de 4.400 euros para cada uno de ellos y a uno de ellos en concreto se le suma un año de cárcel por dar patadas a un coche –que no ha podido confirmar ningún testigo presentado, ni por la defensa ni por el Fiscal.

Panorámica de la concentración de apoyo a los acusados

 

Uno de los acusados, Marcos Martínez Romano, explicaba  que fue cuando se produjo el tumulto, tras el acto, en el que el propio Martínez Romano fue agredido y recibió un puñetazo, algo que ha refrendado un testigo (y negado los escoltas).

Hubo un acto en las Tres Torres en la UC, y en la que se vetó la entrada, pese a que se anunció como acto abierto a que estudiantes hicieran preguntas. Ante la negativa, hubo una protesta a la salida, en la parte que da al parque de Las Llamas.

Marcos Martínez Romano  también ha negado que estudiantes quisieran usar la pancarta con lemas para obstruir el paso del coche, sino que, al contrario fueron arrollados cuando trataban de cruzar la calzada.

«Nuestra única intención fue mostrar nuestro rechazo a que se nos hubiera impedido el acceso al acto», ha narrado a preguntas del Fiscal.

En la misma línea, («ni se me pasó por la cabeza») Diego San Gabriel ha explicado que fue empujado por la escolta del presidente, y ha contado como vio que se golpeaba a otros chicos asistentes. Ha recordado que su actitud fue de poner los brazos en alto y «dejarse llevar» por la escolta cuando estos le empujaron.

Una empleada de la UC, que grabó desde arriba el vídeo con los incidentes, asegura que Diego pudo acceder sin problemas al vehículo y también ha negado que los manifestantes quisieran agredir a nadie.

Y también hablaba de cómo casi son atropellados por el coche al irse, dejando caer o tirando la pancarta. «Nadie toca el vehículo», añadía.

Otro testigo, un estudiante, ha contado que él también estuvo a punto de ser atropellado, mientras que otro, un periodista, ha negado haber presenciado amenazas al inicio del acto.

LOS ESCOLTAS

Uno de los agentes de policía que escoltan al presidente ha contado que vieron como hubo «insultos», «amenazas» y «forcejeos» porque, aseguraba, los manifestantes les impedían el acceso, hablando de patadas y del uso de una pancarta para impedir que el coche avanzara.

Acusados, abogados, jueza y fiscal viendo el vídeo

Este agente ha negado que la protesta fuera «en ningún momento» pacífica y ha negado ser quien agrediera a Marcos Martínez Romano.

Y ha asegurado que todo parecía ser una acción coordinada, admitiendo que «empujó» a algunos para retirar la pancarta que, explicaba, impedía el paso.

Otro agente ha hablado de la actitud «hostil» y «alterada» desde el principio de los manifestantes, que, según él, querían «impedir» que se celebrara el propio acto, cuando estos habían declarado ya que su intención era entrar y hacer preguntas.

Pero ha negado expresamente que se agrediera «a nadie», más allá de los «empujones» que recibieron «todos», manifestantes y ellos.

Este agente ha dicho que luego se «insultó» al presidente y les «acosó» para impedir que el coche oficial saliera, arrojándose dos de ellos al capó y arrojando la pancarta sobre el vehículo («impedía la visión») intentando incluso entrar en el coche y negando que les arrollaron.

Ambos aseguran que los manifestantes eran más hostiles y alterados que los que habían visto en otras ocasiones.

MANIFESTANTES «ACORRALADOS»

Otro de los acusados, Mario Pardo, estudiante en la UC en el momento de los hechos y ahora profesor universitario, ha contado que inicialmente no tenía pensado acudir (estaba en el campus haciendo trámites de si trabajo de fin de Máster), y que al ver el acto se animó a intentar entrar para hacer preguntas, encontrándose con que se le negaba el acceso.

Pardo, que ha explicado que no tenía relación con organizaciones que convocaran la protesta,  ha incidido en la indignación que le causó el veto a un acto público en la universidad pública.

Otra de las acusadas contó cómo quiso entrar al acto a hacer preguntas, lo que le «escandalizó» ya que se supone que era público, y eso fue lo que le llevó a sumarse a la protesta.

Y la última de las acusadas ha descrito varias agresiones recibidas por los manifestantes, que estaban «arrinconados».

EL FISCAL DICE QUE «ARRINCONARON» A DIEGO MONTANDO UN «CORDÓN»

El Fiscal ha preguntado en reiteradas ocasiones si los acusados insultaron al presidente, y estos han respondido que no, que corearon lemas en defensa de la universidad y la educación pública, así como contra el PP, o mensajes a la escolta o la seguridad del campus de que «no podían tocarles».

El Fiscal ha sido especialmente duro

Y ha sostenido que los participantes hicieron un «cordón» que se dirigió al presidente para impedirle que saliera, y ha llegado a decir que quieran incluso entrar en el coche.

Pardo le ha replicado que la actitud de todos fue «pacífica», y que si hubieran querido impedir el paso del coche hubieran podido de otra forma.

También ha negado que se acercaran al coche para entrar, y, de hecho, ha incidido en que el acusado que más cerca estuvo del coche fue San Gabriel, llevado allí por la escolta.

Otro acusado ha añadido que de hecho no sabían cuál era el coche del presidente (había varios en la comitiva).

Igualmente, Pardo ha remarcado en que su único contacto con el coche fue cuando intentaron que no les atropellara. Fue en ese momento cuando la pancarta se les cayó sobre el vehículo tras soltarla ellos «instintivamente».

El Fiscal ha cuestionado en varias ocasiones el carácter pacífico de la protesta, afirmando que trataban de «acorralar» al presidente y su equipo, y asumiendo que querían impedirle el acceso al coche.

También ha hecho mucho hincapié en si los participantes en la protesta eran o no universitarios (algunos sí y otros no). Al acto acudieron también simpatizantes del PP, ajenos al mundo universitario, que accedieron a la sala.

DIEGO SEÑALA A DOS DE LOS ACUSADOS

El expresidente de Cantabria Ignacio Diego, ha contado que se le trasladó que hubo gente que no pudo entrar al acto por los manifestantes (que han declarado que fue a ellos a quienes se les impidió acceder, pese a que el propio Diego quiso que entraran, algo que la seguridad de la UC rechazó).

Ignacio Diego en su declaración

Diego describía la actitud «beligerante» e «insultos» antes del curso, y después, a su término, estaban «más soliviantados», precisando que se trataba de «algunas personas» y añadiendo que fue algo inusual respecto a las protestas que vivió durante su mandato (ha citado únicamente otro caso «incómodo», en Torrelavega).

El expresidente ha descrito que hubo «movimientos de aproximación» de varias personas al vehículo con pancartas.

«No entiendo qué hacían allí, qué querían», afirmaba, tachando la actitud de «excesiva» e «innecesaria», aunque precisando que no le dio importancia posterior a los incidentes y que no busca perjudicarles (no es acusación).

«Me insultaron al entrar, me insultaron al salir. Recibí amenazas y golpearon el coche», ha contado, enfatizando que trataron de «impedir» el paso del vehículo con una pancarta.

Y ha añadido que una de las chicas que la llevaba pudo «tropezar», de forma que la pancarta tocó el coche.

El expresidente ha señalado expresamente a dos de los acusados como los que más interés pusieron en «aproximarse» al vehículo causándole «intranquilidad».

También ha declarado Arsenio de la Vega, jefe de Gabinete del presidente (el principal asesor en su equipo.,

Según contaba De la Vega, el día antes ya fueron avisados de que habría un «escrache», y al llegar les dijeron que había «cierta movilización» de estudiantes.

De la Vega habla de «insultos» y «agresividad» que crea un momento de «tensión». Fue a la salida cuando se produce el «escrache», subiendo de tono todo, hasta el punto de que llegó a temer agresiones y el presidente no pudo acceder a su propio vehículo oficial.

«Hay un momento en el que tengo miedo», señalaba, De la Vega, quien admite que se puso «nervioso» y «empujó» a una chica.

De la Vega hacia hincapié en que por aquellas fechas estaban acostumbrados a protestas continuas, pero nunca con ese grado de «agresividad».

EL JUICIO

Con todo, el juicio no ha quedado visto para sentencia, porque falta el testimonio de dos peritos y el de una periodista que fue testigo de los incidentes.

Los acusados posan con estudiantes que les han apoyado

Sin ellos no pueden hacerse las conclusiones finales (el trámite en el que se conoce si se mantienen, cambian o retiran las penas), por lo que hará falta otra sesión para estos relatos y las conclusiones finales.

La próxima y última sesión sería el 1 de diciembre, a las 10.15 horas.

En total, son siete los acusados, que han llegado entre aplausos al juzgado de la calle Alta, donde estaba convocada una concentración de apoyo a la que han asistido más de 200 personas.

También han salido entre aplausos, de estudiantes que han aguantado hasta casi las cuatro de la tarde, después de la manifestación, a quienes han agradecido todo el apoyo recibido desde que empezó el proceso.

Los perfiles de los acusados son variados, algunos se conocían de antes y otros no; unos eran estudiantes universitarios y otros no; y algunos tenían relaciones con movimiento sociales, mientras que otros no.

En el juicio está  la única acusación del Ministerio Fiscal, toda vez que el expresidente Diego, que declarará como testigo, no presentó acusación, aunque sí fue denunciante inicialmente.

 

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1 Comentario

  • Javier
    25 de octubre de 2017

    Ojo, respecto al último párrafo. Ignacio Diego si presentó acusación, pese a negarlo. Así lo atestiguan los documentos presentados por l@s acusad@s. Pasa que, cuando se hicieron públicos tales documentos, se dealigó de la acusación. Le pillaron con el carrito de los helaos, una vez más.

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