Los meteorólogos no engañan

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Escribo estas líneas en la terraza de un bar, ya que en Bélgica el sol ha decidido salir tras haber registrado en diciembre del pasado año el mes con menos luz desde hacía 50 años. El tiempo aquí es bastante parecido al de Cantabria. Y de eso vengo a hablar.

Recientemente nuestro presidente protagonizaba una discusión con un meteorólogo que informaba de que en Cantabria iba a llover durante la Semana Santa, cosa muy loca porque nunca ha pasado eso. Jamás.

El «Caribe del Norte», Revilla dixit, no podía sufrir tamaña afrenta. Aunque quizá sólo fuese un impostado orgullo herido de quien se siente equivocadamente el mejor comercial de Cantabria mientras vende un libro titulado con su nombre, en el que aparece su propia imagen quitándole una pegatina de la boca a un retrato, también suyo.

Como el presidente no es amigo de los datos y uno que escribe sí lo es y se pasa su día a día como investigador manejándolos, he acudido al Instituto Nacional de Estadística (INE) para ver si realmente Revilla tiene razón y, desde que me fui a buscarme la vida lejos de Cantabria hace casi cuatro años, el cambio climático se ha acelerado tanto que nuestra tierruca será el escenario de las próximos Western.

En las gráficas que muestro a continuación, se muestran, en este orden, la temperatura media, las horas de sol y las precipitaciones acuosas que ha registrado Cantabria de 2010 a 2015. También, en mi locura, se me ha ocurrido mostrar lo mismo de lugares que suelen ser reclamo, con motivo y no como inútilmente hace Revilla, de un turismo de sol y playa: Málaga, Palma, Tenerife y Valencia.

De izquierda a derecha, cada gráfica muestra el año y mes con el código AñoMNº. Por ejemplo, 2011M06, corresponde al año 2011 y al mes de junio.

Temperaturas medias.

Horas de sol

Precipitaciones acuosas.

 

Los datos marcan dos tendencias. Por un lado, el grupo de los cuatro lugares que no son Cantabria, cuyas temperaturas, horas de sol y precipitaciones son similares (a excepción de las temperaturas de Tenerife, más constantes que el resto y altas todo el año). Por el otro, Cantabria, que a pesar de los esfuerzos de Revilla por querer entrar en ese selecto grupo, muestra que nuestras temperaturas no son tan calurosas, hay menos horas de sol y llueve mucho (muchísimo).

Vistos los datos que, por otro lado, no pueden resultar ninguna sorpresa para nadie que conozca Cantabria, es necesario realizar un segundo análisis, relacionando la realidad climatológica de la comunidad con la irrealidad política de Revilla.

No sólo es el hecho de que el presidente esté vendiendo de forma falaz una realidad climática que no es tal, sino que ese mismo pensamiento está incrustado en la política económica del Gobierno autonómico.

Y aquí, también los datos son tozudos. El 75% de los nuevos contratos firmados son en el sector servicios, aquel que responde a ese área que podemos calificar como ‘Turismo’. Pero hay más, el 96% de los contratos firmados el último mes son temporales. Lo que esconde este tipo de empleo, que tampoco se le puede escapar a nadie, es que cronifica una precariedad y estacionalidad sin visos de ser revertidas.

¿Quiere decir que basar la economía de nuestra tierra en el Turismo es un error?

Depende y sí.

Depende porque si estamos esperando a tener los resultados de ocupación y gasto que tienen Valencia, Sevilla, Tenerife o Palma gracias a su sol y playa, podemos seguir esperando.

Si, por el contrario, entendemos que el turismo que debe ofrecer Cantabria ha de ser consecuente con la climatología y la orografía de la comunidad, el Turismo puede ser un eje más sobre el que desarrollar un modelo social y económico próspero.

Para ello, ha de explotarse, no sólo económicamente, sino cultural y pedagógicamente, el patrimonio y los recursos históricos, arquitectónicos o naturales que Cantabria tiene durante todo el año y en toda su geografía, huyendo del santanderombliguismo. Cantabria tiene todos los ingredientes para poder desarrollar un turismo sostenible y de calidad.

Y sí (respondiendo a la pregunta formulada) porque el peso del turismo en el PIB de Cantabria ha de ser reducido en favor de una reindustrialización que no acaba de llegar, ni desde dentro ni desde fondos de fuera.

Ninguna sociedad que aspire a mantener unos estándares altos de nivel de vida (empleo, vivienda, servicios públicos, infraestructuras) podrá lograrlo sin una apuesta clara por el segundo sector y el alto valor añadido que ofrece, por ejemplo, la investigación*.

Esa que me vine a hacer a Bélgica y por la que estoy acabando esta tribuna en una terraza de un bar. Ya sin sol. Como en Cantabria.

*La I+D+i representa en Cantabria el 0,84% del PIB autonómico, por debajo del 1,19% estatal y muy lejos de la media europea (2,03%). Fuente: INE.

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