“Hace falta una sociedad civil europea organizada y exigente”

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Europa fue siempre una palabra cargada de valores positivos: en plena dictadura sonaba a democracia, y en la transición hacia pensar en avance, en progreso, en educación. Para muchas generaciones ha sido sinónimo de paz, de apertura, de vivir sin pasaporte o irse de Erasmus. Y pese a que durante la crisis económica ha corrido el riesgo de asociarse a connotaciones más negativas (recortes, populismos, desigualdades, crisis migratoria….), el contexto sigue siendo positivo, según recalcaban desde el Movimiento Europeo en una jornada organizada este viernes.

Participantes en la Mesa Redonda (Foto: Ángel Astorqui)

CONSULTAS CIUDADANAS PARA FOMENTAR LA PARTICIPACIÓN

En concreto, el Consejo Cántabro del Movimiento Europeo, presidido por la abogada María Mendieta, organizaba la cita ‘Las políticas sociales de la UE. Reto para fortalecer la ciudadanía europea y sus valores’, que se enmarca dentro del programa ‘Consultas ciudadanas. Más y mejor Europa, debates ciudadanos sobre el futuro de Europa’.

Consultas ciudadanas

Es una apuesta, la de las Consultas Ciudadanas, que tiene el objetivo de trasladar a la política comunitaria propuestas y opiniones de ciudadanos, asociaciones y movimientos sociales.

Porque, como se puso de manifiesto durante la cita, que se desarrolló en el restaurante Deluz en el Sardinero, que moderaba el periodista Oscar Allende, director de EL FARADIO, y que fue emitida en directo por Face Book Live y en Arco FM, para crear una identidad europea no hacen falta sólo instituciones europeas, sino también una sociedad civil de dimensiones europeas.

El contexto es las próximas elecciones europeas, que coinciden con las autonómicas y municipales, puede llevar a que vuelva a hablarse de Europa; en la agenda institucional hay retos que pueden llevar a una mayor profundización, y los efectos del Brexit, no del todo negativos para el objetivo común.

La cita se estructuraba como una serie de mesas redondas con presencia de instituciones, partidos políticos y asociaciones ciudadanas europeas, abierta a las preguntas del resto de asistente.

Se celebraba además como colofón a un curso de la UIMP organizado durante la semana por el Movimiento Europeo y que ha contado con la participación de personalidades como el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que fue también presidente del Parlamento Europeo.

UN CONTEXTO MÁS POSITIVO

En la mesa redonda centrada enmarcada en las consultas ciudadanas se contó, además, con la intervención especial de Enrique Barón, que fuera presidente del Parlamento Europeo entre 1989 y 1992 y que apostó por reforzar el compromiso de España con la UE incluyendo esa identidad en la propia Constitución, además de llamar a aprovechar el momento para profundizar en la unión política y hacer una elocuente metáfora entre los populismos y el “colesterol”, algo que se tiene dentro pero que puede controlarse si es del bueno.

Enrique Barón, expresidente del Parlamento Europeo, junto a Oscar Allende, moderador de la mesa, (Foto: Unión de Europeístas y Federalistas de España)

 

Desde la rama española del Movimiento Europeo, su presidente Francisco Aldecoa subrayaba el optimismo que siguen vinculando los europeos con la UE, a tenor de los últimos eurobarómetros, y como se ha puesto de manifiesto durante el curso en la UIMP.

Además, ha recalcado que el temido Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, puede verse como una oportunidad para profundizar en la unión política ya que, por un lado, desaparece así un actor político que siempre se ha mostrado reacio a la integración, y, por otro, en ese país ha ido creciendo en la opinión pública un sentimiento crítico con la salida y favorable a la permanencia en Europa.

Su vicepresidente, Eugenio Nasarre, veterano político conocedor de los entresijos de la transición española, consideraba que este puede ser un momento para una segunda transición europea.

Inmacula Valencia, Rubén Gómez (Ciiudadanos) y Miguel Saro (Izquierda Unida). (Foto: Consejo Cántabro del Movimiento Europeo)

 

La responsable de la Oficina de Cantabria en Bruselas, Inmaculada Valencia, abogaba por la mejora de la educación y la formación como receta para combatir los populismos que se vienen erigiendo en distintos países europeos. A la cultura, y al poco apoyo que recibe pese a su importancia para crear identidad, se refería, desde los asistentes, Ángel Astorqui, presidente de PECCA, la Plataforma de Empresas Culturales de Cantabria.

Cristina Mazas (una política a la que Europa le ha ‘perseguido’ durante su trayectoria, ya que ha sido candidata a las elecciones europeas, directora general de Asuntos Europeas y, en la anterior legislatura, consejera de Economía y Hacienda en el Gobierno del PP), admitía que puede ser oportuno “simplificar” algunos procesos burocráticos comunitarios.

Mientras, Miguel Saro, portavoz de Izquierda Unida en Cantabria subrayaba el papel unificador de doctrina, por encima, que tienen las normas europeas sobre las legislaciones nacionales, y sus consecuencias en la protección del medio ambiente, por ejemplo.

Y Rubén Gómez, diputado de Ciudadanos en el Parlamento autonómico, precisaba que los recortes consecuencia de las políticas europeas de control del déficit y que tan impopulares han resultado entre los ciudadanos han sido concretados por cada país, es decir, que si bien la UE pide recortes, son los países los que podían haber elegido entre hacerlos en un área de su presupuesto u otra.

HACIA UNA SOCIEDAD CIVIL EUROPEA

Hubo una mesa redonda centrada específicamente en asociaciones y movimientos sociales con cariz europeo, en línea con los propios organizadores, el Movimiento Europeo, veterana organización europeísta.

Jorge Juan Morante y Oliver Soto, de la Unión de Euroepeístas y Federalistas de España (Foto: UEF)

Precisamente en ella Oliver Soto, miembro de la asociación Europeístas y Federalistas, reivindicaba la importancia de una sociedad civil con dimensión fuera “organizada” y “exigente” frente a las instituciones.

Y llamaba la atención sobre una paradoja: como el hecho de que en la Comisión Europea estén integrados varios partidos y países hace que, de algún modo, la oposición europea la ejerzan precisamente los que no creen en ese ideal.

Para participantes en las mesas como Carlos Uriarte, de Paneuropa, la UE puede aportar un liderazgo en cuanto al modelo político, con una perspectiva más social y más centrada en políticas que beneficien a quienes peor lo pasan, teniendo en cuenta además el riesgo de que sean las desigualdades acaben inclinando la balanza hacia los totalitarismos. Desde esa perspectiva, el reto no es sólo definir a la propia unión, sino dejar bien claro su encaje y liderazgo en un mundo global.

Más crítica era la visión de Patricia Manrique, filósofa integrante del movimiento social Pasaje Seguro, que recordaba que las manifestaciones a favor de la acogida de refugiados han sido simultáneas en ciudades de todo el continente. Y lamentaba las políticas que en materia de fronteras viene desarrollando la UE, como la subcontratación de la vigilancia a países como Turquía, entre otros aspectos.

El evento, que duró más de dos horas, puede seguirse entero en estos enlaces:

-1 Introducción con el Movimiento Europeo

-2: Mesa redonda con partidos e instituciones

-3: Enrique Barón y asociaciones y movimientos sociales europeístas

 

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