A principios de este mes de octubre conocimos los datos de afiliación a la Seguridad Social y paro registrado de septiembre. Como de costumbre, el Gobierno de Cantabria, los agentes sociales y los partidos políticos hicieron su esbozo del mercado de trabajo, expuesto ante el respetable a través de los medios de comunicación. Una vez consumido el tiempo de atención sobre estos datos, caen en el olvido hasta la nueva cita que tendrá lugar al mes siguiente.

En esas jornadas de infarto, los medios recogen los detalles con más impacto para llevarlos al titular; los agentes sociales se pronuncian tratando de dejar su impronta sin olvidar su sello, mientras miran de reojo y con recelo el retrato que trazan sus homólogos y el ejecutivo regional; los partidos de la oposición, a contracorriente del Gobierno y el Gobierno, en posición de defender lo suyo, a contracorriente de la oposición.  Y mientras, el ciudadano tiene que informarse entre tantos relatos que comprar.

En esta amalgama de pronunciamientos afloran las señales propias de un síndrome muy común en la región —que no sólo emerge cuando se publican datos de empleo, sino cualquiera—: el síndrome del último dato.

Se aprecia porque el aquejado suele utilizar las estadísticas más negativas —o más positivas— que se han publicado en el día, normalmente procedentes de titulares, mientras obvia por desconocimiento —o evita intencionadamente— pronunciar aquellos datos pasados que dan precisamente contexto y significado al más reciente.

Sin los datos pasados, no se pueden entender los últimos. Así, es muy común ver cómo los afectados utilizan el último dato como si fuera el máximo exponente de la situación económica de la región, como si estos marcaran agenda. Sin embargo, detrás de la evolución de un indicador hay dinámicas más complejas que requieren visualizar varios periodos para emitir una valoración sensata.

Como resultado, el ciudadano recibe de medios y representantes públicos información sin fondo, huérfana de contexto; y no se debe olvidar que entre las aportaciones de estos agentes no sólo está la de informar, sino también la de moldear las expectativas de la gente, que nadie desearía que fueran equívocas.

EL ÚLTIMO DATO

Pongamos un ejemplo reciente y claro. Con los últimos datos de paro registrado del mes de septiembre conocidos la semana pasada, el titular de consenso —entendido como el más habitual— en medios y conversaciones informales fue el siguiente: “Cantabria, segunda comunidad donde más sube el paro en septiembre”. Este titular se refiere al dato de septiembre comparado con el mes precedente, agosto.

Si bien esto es cierto, puede crear un ruido injustificado. Es precisamente el hecho de que este comportamiento no es anómalo lo que debería preocuparnos, no que seamos la segunda CCAA en la que más sube el paro, esto es algo habitual en el septiembre de todos los años debido al final de la temporada turística.

A pesar de ello, el titular es rimbombante y nos concede un arma fácil de usar en nuestras tertulias. Si se utilizara el conjunto de datos referidos a la variación mensual de septiembre, esto es, todos los cambios que se producen en el paro registrado entre septiembre y agosto de cada año, al lector, al oyente, al ciudadano, no se le estaría trasladando una información tan superficial en contenido y tan confusa en mensaje.

En el gráfico 1 y 2 trato de ilustrar esto, mostrando la tasa de variación mensual de paro registrado y afiliados medios a la Seguridad Social: septiembre vs. agosto. Se puede apreciar que el septiembre no ha sido para tanto. Estos dos indicadores se comportan como lo hacen habitualmente, revelando la estacionalidad del mercado laboral cántabro en este mes: ascenso importante del paro registrado y descenso significativo del número de afiliados medios.

GRÁFICO 1: Paro Registrado || Fuente: elaboración de Ángel Garrido a partir de datos de la Seguridad Social y BDSICE

GRÁFICO 2: Afiliación Media a la Seguridad Social || Fuente: elaboración de Ángel Garrido a partir de datos de la Seguridad Social y BDSICE

Si observamos las cifras de afiliación media y calculamos el promedio de todas las variaciones mensuales en septiembre desde el año 2001 —ver gráfico 3—, Cantabria registra un descenso medio en este mes cercano al 2,0%, sólo superado por Baleares (2,4%), podemos esperar entonces para septiembre de 2019 un descenso mensual de la afiliación media de alrededor del 2,0%.

Si con las tasas de variación mensuales no hacemos este ejercicio comparativo, visualizar lo ocurrido en los mismos meses de años antes, no sirven para absolutamente nada más que para confundir —si bien ya sirven para bien poco, la opción de utilizar la tasa de variación interanual, mes de un año respecto al mismo mes del anterior, es más deseable pero es difícil que generen titulares.

GRÁFICO 3: Promedio Afiliación Media a la Seguridad Social 2001-2018 || Fuente: elaboración de Ángel Garrido a partir de datos de la Seguridad Social y BDSICE

En definitiva, deberíamos replantearnos cómo transmitimos la información y cómo puede ser ésta útil para quienes la reciben. El último dato no debe adquirir un peso probablemente desmedido en el relato de cómo van las cosas. Para ello, se requiere realizar un esfuerzo mayor en el tratamiento de datos estadísticos que son noticia, unido a un sosiego, didáctica y tacto necesarios a la hora de transmitir mensajes.

Las visuales, los gráficos, suelen ser una buena herramienta, no siempre suficiente, para dar un vistazo a toda una serie de cifras. El pretexto de este texto no es el de restar importancia a la manifiesta inestabilidad del mercado laboral de Cantabria, sino tratar de dar un toque de atención a lo que creo que es un tratamiento incorrecto de la cuestión comunicativa, importante si se quiere saber realmente cómo avanzamos y de dónde venimos.