Suena De la monarquía a la criptocracia, de Triángulo de Amor Bizarro.

Esta semana se vota. El domingo, los cántabros deciden quiénes les representarán en el Congreso. Cuántos de los cinco diputados apoyarán la investidura de Pedro Sánchez y cuántos optarían por un Gobierno de las tres derechas. Este es el debate principal en toda España y nuestra región no está siendo ajena.

Por la cercanía con las autonómicas, se mezclan los mensajes nacionales y regionales, y se mezclan también los candidatos. Revilla se cuela en la campaña de Mazón y Zuloaga en la de Clemente. Movellán va más por libre, porque Buruaga sólo quiere responder de lo suyo, que ya es bastante. En la de Unidas Podemos no se cuela nadie, ni siquiera ellos mismos.

Zuloaga en la Vía Ferrata

La campaña en Cantabria está siedo plana, anodina y carente de innovación. En 2019, más de lo mismo: mítines, paseos por pueblos y ciudades, y ruedas de prensa que no dan ni para medio teletipo de agencia. Lo único un poco diferente ha sido la escalada de Zuloaga en el Asón, un formato en el que el gerontopatriarcado regionalista no puede competir.

Sigo la campaña, pero me cuesta entender cuál es la estrategia de cada partido. Trato de ver cuáles son sus objetivos electorales concretos, pero no soy capaz.

¿Está el Partido Popular trabajando para disputar la primera plaza al PSOE o ya se conformaría con mantener el segundo diputado ¿Creen que pueden usar los mismos mensajes para un objetivo y otro?

¿Se ha planteado el PSOE pedir a los votantes de derechas que elijan PP y Cs en lugar de VOX para que Cantabria no envíe diputados de ultraderecha al Congreso? ¿Han pensado en las derivadas que ese mensaje tendría para sus intereses electorales?

¿No hubiera sido más útil que el PRC, en lugar de sostener que arrasarán en las elecciones, hubiera reconocido desde el principio la dificultad de obtener representación en un contexto de tanta polarización, pidiéndoles un acto de fe a sus 90.000 votantes por el bien de Cantabria?

Hace 8 años que no trabajo en ninguna campaña electoral y me sorprende lo poquísimo que se ha avanzado en la definición de estrategias, la elección de los mensajes y, sobre todo, el aprovechamiento de las nuevas herramientas.

Es cierto que, en este campo, hay formaciones que han sacado partido (en su momento, Podemos; y ahora, VOX), pero se sigue haciendo prácticamente lo mismo, ignorando el ingente número de datos abiertos disponibles, las posibilidades que te dan herramientas como la publicidad en Facebook, o lo decisivo que pueden ser canales de mensajería instantánea como Whatsapp.

El amateurismo de la política cántabra es un campo abonado para que alguien con dos dedos de frente y algo de método trabaje con otros registros y lo descoloque todo. A seis días de las generales y poco más de un mes para las autonómicas y municipales, no esperen que ocurra.