Errejón, Revilla y K: si tienes un objetivo no hay excusas
Suena Como la piedra que flota, lo nuevo de León Benavente.
Este fin de semana nos ha brindado dos acontecimientos políticos de gran importancia. Uno en Madrid y otro en Buenos Aires.
En la capital de España, Carmena y Errejón llenaban de calor el Madrid Arena en su lucha para que Manuela repita como alcaldesa de la ciudad y den los números para un Gobierno de cambio en la Comunidad. El recinto, con capacidad para 7000 personas, no se llenó del todo, pero la épica no entiende de números.
Íñigo dejó la frase del mitin: “A los compañeros del bloque del cambio -refiriéndose a PSOE y Podemos- les digo que hay que echarle un poquito de ganas. A las citas históricas no se va con las manos en los bolsillos.”
Un llamamiento que sirve para la batalla de Santander, en la que los partidos que pueden hacer posible el cambio en la ciudad llegan a la histórica cita a trompicones, con campañas planas y sin el menor atisbo de emoción.
Anunciar aparcamientos, corredores verdes, equipamientos culturales y oficinas de atención al público está muy bien, salvo que falte una semana para votar y sepas, porque eso lo sabe cualquiera, que para movilizar a tus votantes tienes que llevar a la calle la emoción del sí se puede.
La campaña de Más Madrid nos deja una enseñanza: si tienes un objetivo, no hay excusas para diseñar una estrategia que te conduzca a lograr ese objetivo. Lo más parecido a eso en la tierruca, salvando las distancias, es el empeño de Revilla por reventar la urna autonómica en Santander.
El resultado de las generales le ha mostrado que, además de engordar con el voto dual socialista, puede pescar en caladeros de la derecha, cuyos votantes no acaban de encontrar refugio en el trío que forman Buruaga, Felisuco y el señor de VOX. El de Polaciones no sale de Santander, se comenta entre los periodistas. Claro.
Es que ahí se está jugando dos diputados, pasar de un buen resultado a un resultado apabullante. Lo extraño es que nos sorprenda que quienes se presentan a las elecciones quieran sacar el mejor resultado posible y hagan todo lo que esté en su mano para ello.
Mientras, en tierras porteñas, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaba un movimiento tan inteligente como generoso, que deja descolocado a propios y extraños y posiciona su ticket con Alberto Fernández en las mejores condiciones para ganar las elecciones de octubre, tras cuatro años de macrismo.
No estamos acostumbrados en Europa a estas lecciones de alta política. Aquí somos más fríos, estamos demasiado pendientes de las convenciones, pensamos que ante la duda es mejor no moverse, aunque eso signifique renunciar a grandes oportunidades.
Íñigo Errejón es el político español más latinoamericano. Su movimiento hacia el espacio de Carmena ha ampliado la base progresista en la Comunidad de Madrid y pone a tiro lo que hace unos meses era impensable. Con su capacidad de apelar al común, de crear imágenes en las que cualquiera que no tenga apellido compuesto pueda sentirse identificado, guardando en el armario la vieja simbología de la izquierda, abre un camino diferente en la política española.
Cuando Sánchez ya no pueda salvar los muebles de todos, las elecciones sólo las ganarán los valientes, los que no pongan excusas. Para entonces, en Cantabria ya viviremos en la era post Revilla, el voto dual será una pieza de museo, y todo será aún más aburrido. Revilla se irá dejando una región con graves problemas de desarrollo económico y despoblación, pero una cosa no se le puede negar: se propuso ganar y ha ganado.