El campo de concentración de la Magdalena fue pionero para el franquismo

Las caballerizas se usaron para encerrar a personas por su ideología contraria al régimen franquista
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La ‘Surada Poética 2019’, organizada por La Vorágine, tendrá lugar el viernes 13 de septiembre, e irá acompañada de una performance en La Magdalena, lugar utilizado como campo de concentración en tiempos del franquismo.

La acción, con la que dará comienzo la próxima edición de la ‘Surada’, pretende reunir entre 250 y 300 personas para recrear de forma voluntaria una de las terribles fotos del campo de concentración de La Magdalena.

Campo de Concentración de La Magdalena – Nueva España

Desde la iniciativa tratan de “tejer una red de complicidad poética contra el fascismo”. La ‘Surada Poética 2019’ lleva como subtítulo “ante el aliento de lo irreparable”, una frase tomada de Rafael Barret y que pone a los ciudadanos ante «la obligación de resistir frente a la embestida de aquellos que ven en el totalitarismo de genética fascista la respuesta a las diferentes crisis que atraviesa la sociedad».

Por ello, con esta sexta edición de la Surada, desde el colectivo de La Vorágine han querido que esta vez se trate de «un grito colectivo (a veces directo, a veces metafórico)» contra la naturalización de ese “aliento de lo irreparable”.

Para participar en esta edición la Surada proporcionan un formulario en su web, donde ir recopilando nombres y datos de contacto de compromisarios. Además de intentar que se apunte el mayor número de personas, piden difusión, ya que necesitan entre 55 y 70 compromisarios para lograr los 300 voluntarios y reproducir la foto del campo de concentración de La Magdalena.

“ESTE PAÍS TIENE UN PROBLEMA MUY SERIO CON LA MEMORIA HISTÓRICA”

La Surada es uno de los procesos con más solera y más mutantes de La Vorágine. Nació en 2013 y cada año logra traer a una constelación de poetas que trabajan y crean en la lógica de la poesía de la conciencia crítica. Es un espacio de creación de nuevos públicos, pero, ante todo, es un semillero de rebeldía a través de la creación. Además, cuenta con el apoyo de la Fundación Santander Creativa y la colaboración de la UIMP.

Paco Gómez Nadal, impulsor de la Surada, explica en declaraciones a EL FARADIO cómo se le ocurrió esta idea para su sexta edición. “La performance poética en La Magdalena es la consecuencia de un trabajo que llevamos preparando desde hace tiempo, recuperando la memoria histórica de los lugares borrados en Santander”, indica, y pone como ejemplo anteriores proyectos como “el callejero fascista o la exposición sobre el Campo de Concentración de la Magdalena”.

Vídeo de la exposición de Alberto Santamaría en Gil

Por su parte, considera esta propuesta “razonable, ya que no existe una iniciativa pública, para hacer un acto colectivo que dignifique lo que ocurrió en la Magdalena».

Asimismo, explica que desde la Surada y La Vorágine no pueden educar a la población, “pero sí visibilizar y utilizar sus capacidades, como la poesía en forma de herramienta, para enseñar lo que otros han querido borrar”.

Además, lamenta que La Campa de la Magdalena, que se utiliza para eventos lúdicos y conciertos “no tenga un solo elemento de recuerdo de que allí estuvieron dos mil hombres presos”.

Gómez Nadal lamenta que no se le de visibilidad a estos temas, como tampoco ocurre en el resto de España, y subraya que este país “tiene un problema muy serio con la memoria histórica, y existe cierta obligación por parte de la sociedad civil de recuperar ese relato que está secuestrado por unos pocos”. “No se trata de destacar una memoria sobre otra, sino que toda la memoria conviva para poder aprender de ella”, concluye acerca de este tema.

Por otro lado, reitera que “falta muchísimo por hacer”, como muestra que no se aprobara la Ley de Memoria Histórica en el último tramo de la anterior legislatura en Cantabria, que “dice mucho de la falta de voluntad política”.

Y destaca esa norma como “un gran primer paso para empezar a tener herramientas para que se puedan generar iconos de memoria y lugares que dignifiquen la historia de aquellos que sufrieron todo tipo de violencias”.

Presos de La Magdalena en una clase de geografía

“Existe una deuda increíble por parte del Gobierno y el Ayuntamiento de Santander”, por lo que en el colectivo esperan que “la ley se apruebe lo antes posible”.

Finalmente, Gómez Nadal sostiene que la poesía y la conciencia crítica “son herramientas muy poderosas» para recuperar esa memoria, pero también para que podamos «construir relatos de futuro diferentes», no siempre partiendo desde lo “académico” sino «desde la sociedad civil.”

Para ello, buscan “ciudadanos y ciudadanas que escriben para repensarse” y llevarán a cabo durante el evento «una conexión» entre poetas de los años 30 y 40 del Siglo XX, que también se posicionaron contra el totalitarismo y los discursos únicos, y los poetas actuales.

CON LA PARTICIPACIÓN DE DESMEMORIADOS

Tino Andrés Gómez, miembro del colectivo ‘Desmemoriados’ que trabaja por la construcción y preservación de la memoria histórica, ve esta iniciativa de la Surada como “algo importante para recordar esta parte de nuestro pasado, que dejó huella en la historia de la región” y además adelanta que van a colaborar con ellos “escribiendo un pequeño folleto sobre lo que fueron los campos de concentración en Santander.”

Andrés Gómez considera necesaria una “política de memoria”, así como explicar “cómo se produjo la caída de la Santander de entonces, y poder explicar lo que fue todo el sistema de campos y prisiones, que nos daría la visión de lo que fue la segregación de la población española entre buenos y malos.”

Por otro lado, ve difícil que se promuevan acciones por parte del Ayuntamiento de Santander, ya que “llevaría a una situación incómoda para la parte del poder que tendría que reconocer a las víctimas del franquismo, como una parte de esta memoria colectiva.”

Sobre la Ley de Memoria Histórica, que no se aprobó la pasada legislatura, quiere creer que se conseguirá aprobar, y sostiene que es “una cuestión necesaria y fundamental, además de que se aplique políticas efectivas nacionalmente.”

Recuerda que “la simbología que se utilizó no deja de ser importante” como por ejemplo la Calle Falange de Santander, a la que se le cambió el nombre “justo en el momento en el que se inauguraron las escaleras mecánicas, por que posiblemente les diera cierta vergüenza inaugurar una obra en una calle con ese nombre.”

Gómez Andrés destaca que estos lugares no sólo eran campos de concentración a los que llegaban los prisioneros, sino que “se iban trasladando también a prisiones distribuidas por la región, tanto como en Santander como en Santoña, Castro, Laredo o Torrelavega.”

Además, cabe recordar que “aún en 1942 sigue habiendo campos de concentración, pero tras ese año se crean los destacamentos penales, con ciudadanos ya judgados utilizados como mano de obra en los destacamentos penales, que construyeron el Túnel de la Engaña, la reconstrucción de Potes, el embalse de la Cohilla, entre otros.”

LA MAGDALENA NO FUE EL ÚNICO CAMPO DE CONCENTRACIÓN

En una exposición realizada por Alberto Santamaría en la Librería Gil en 2015, el autor documenta toda la historia de la Santander de la etapa franquista, y todos los lugares que fueron convertidos en campos de concentración.

Presos Republicanos en Santander

Los documentos como este son escasos y la memoria histórica está ocultada. Pero la realidad es que las caballerizas de La Magdalena se convirtieron durante los años 1937-1939, en el transcurso de la Guerra Civil Española, en un campo de concentración para todos aquellos ‘rojos’ considerados opositores al régimen de Franco.

Además, el campo de concentración de La Magdalena fue el primero que se creó en España en los años en la etapa del franquismo. Este es otro de los motivos por el que destaca sobremanera debido a su amplio historial.

En Santander había varios centros de detención, entre ellos la Plaza de Toros, el Campo del Racing, La Tabacablera, el Seminario de Corbán y Las Oblatas. En el caso concreto de La Plaza de Toros y el Campo de Fútbol, fueron campos de detención temporal. Por otro lado, La Magdalena y Corbán eran los principales a los que se derivaba a los presos.

También en Santander se diseñó el modelo de campo de concentración para el resto del país, debido a que en la franja cantábrica se produjo el llamado ‘frente norte’ (conjunto de operaciones y combates que se produjeron en la franja norte y que enfrentaron a las fuerzas sublevadas y los republicanos en 1937). Como consecuencia de este enfrentamiento llegaron a tener hasta más de 50.000 presos.

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