Septiembre es implacable: el mes que recuerda el fin de las vacaciones y el regreso a la realidad. Si en Cantabria lo constataban esta semana los datos del paro, en el Sáhara al fin de la estancia de los niños del programa Vacaciones en Paz –organizado por Cantabria por el Sáhara y Alouda— le ha sucedido, en el mismo día, una condena judicial a activistas de la causa en Marruecas.

Según informan sobre el terreno  el grupo activista e informativo Equipe Media –estuvieron este año en La Vorágine contando su trabajo), este miércoles 4 de septiembre de 2019, se ha celebrado en El Aaiún el juicio contra diez jóvenes de los territorios ocupados (nueve saharauis y un marroquí), un juicio que se ha saldado con penas de cinco años de prisión  para los acusados.

A diferencia de cualquier proceso legal que por definición es un acto público, esta vista se ha celebrado con problemas de acceso no sólo al público, sino a activistas como Mohamed Dadach, presidente de CODAPSO, así como a Laila Lili y Hadi Matou, que sólo pudieron acceder ya por la tarde. Los que no pudieron acceder fueron los observadores internacionales que intentaron documentar un proceso celebrado en una sala llena de componentes del servicio de información, según relata Equipe Media.

Los acusados fueron detenidos tras la manifestación de alegría en los territorios en Marruecos por la reciente victoria de Argelia en la Copa Africana de Naciones, al ser Argelia un país por el que el pueblo saharaui siente simpatía.

En el juicio, el fiscal retó a los acusados a demostrar que la policía no respetó las prácticas civilizadas y legales en su intervención para dispersar las protestas de El Aaiún el 19 de julio. La defensa, en lugar de aportar pruebas como los vídeos de la propia Equipe Media, elogió al Rey y a la policía «gracias a quienes vivimos en una zona de paz y estabilidad».

Pidieron que, dada la especificidad de los detenidos (jóvenes estudiantes), no dieran la oportunidad a algunos partidos de derivar el tema a causas políticas.

El juez preguntó a los detenidos si querían pedir perdón a la Dirección General de Seguridad Nacional. Los encausados respondieron que no cometieron ni delito ni violación y por lo tanto no tenían que esperar ningún perdón.

Finalmente, los acusados han sido condenados a dos años y medio para cuatro de los acusados, un año y medio para tres de ellos y un año para los otros tres, por los delitos de humillación de la policía, obstaculizar el tráfico y vandalismo en propiedades con uso de la fuerza, que ellos han negado.

Después del veredicto, la policía agredió a los prisioneros antes de esposarles para mandarles a la Cárcel Negra. Los cuatro menores detenidos continúan en libertad provisional.