La empresa Sinfin Energy organiza visitas a los dos hidrotornillos de generación eléctrica instalados en Barreda, operativos desde este pasado mes de enero y que aprovechan la concesión del uso de agua y un pequeño salto existente para producir un total de 70 kilowatios de potencia, 35 cada uno de ellos.

En pleno debate de transición energética, la instalación se ubica en la planta industrial de Solvay, por donde el río Saja deriva parte de su cauce para el proceso industrial que la planta requiere.

Como explican en su página web, el primer requerimiento es conocer los detalles naturales con los que cuenta el emplazamiento donde se instalarán los hidrotornillos.

En el caso de Solvay, cuenta con una altura de 2 metros, y un caudal de 5 metros cúbicos por segundo entre las dos turbinas.

La duración del proyecto es de 4 meses, contando con el desarrollo de toda la obra civil necesaria para la implantación, así como el desarrollo y fabricación de las turbinas, realizada por MILSA.

Así, se trabaja en paralelo la obra civil y la fabricación, dando como resultado un proyecto ágil con la mayor calidad.

La energía producida será usada para su venta a la red eléctrica, y también para proyectos experimentales de autoconsumos no domésticos.

FISH-FRIENDLY

Las turbinas cuentan con un diseño «fish-friendly», permitiendo el descenso seguro de los peces.

El tamaño de los cangilones y la lenta rotación de la turbina (menos de  50 revoluciones por minuto) permiten a los peces descender de manera segura entre los álabes del rotor.

Como resultado, los hidrotornillos son turbinas seguras y adecuadas para la ictiofauna, permitiendo la migración de los peces aguas abajo a través de ellas.

El retorno para el cliente radica en la venta a red de la energía producida por esta central micro-hidráulica, y será amortizada entre los 7 y 8 años a partir de su puesta en marcha, un hecho que ha tenido lugar en enero de 2020.