El Gobierno de Cantabria, en una rueda de prensa donde comparecieron el presidente, Miguel Ángel Revilla, el vicepresidente, Pablo Zuloaga, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, y la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, ha tomado la decisión de imponer un confinamiento que afecta a todos los municipios de la Comunidad Autónoma.

La medida ya es efectiva, una vez publicada en el Boletín Oficial de Cantabria hasta el día 18 de noviembre. Las excepciones para poder salir de un municipio serán las que se han venido manteniendo cuando se ha producido el confinamiento perimetral de algún municipio, como Santoña, o alguna zona como la del barrio de La Inmobiliaria. Se puede ir a otros municipios u otras comunidades por motivos laborales y profesionales, para atender a personas que necesiten de cuidados, ir a centros médicos o educativos o por causas de fuerza mayor.

El presidente explicó que el miércoles de la semana pasada tenían dos opciones sobre la mesa. La primera, que fue la que tomaron, era la de anular las vacaciones escolares de esta semana. Al haberse anulado judicialmente esa decisión, han tomado la segunda que tenían, la de cerrar perimetralmente los municipios para reducir la movilidad de los ciudadanos.

«Hay que tomar decisiones en consonancia con la gravedad de la situación», dijo Revilla, que comenzó su intervención pidiendo perdón por la tardanza en comparecer. La rueda de prensa estaba prevista a las 11 de la mañana, poco antes de es hora se retrasó hasta las 12 del mediodía, pero se acabó produciendo pasada las 12:30. «No hay discrepancia en el Gobierno» quiso aclarar el presidente del Ejecutivo, para así evitar posibles rumores de disensiones en el seno del Consejo de Gobierno.

El jefe del Gobierno se mostró enérgico para hablar de la necesidad de adoptar estas «medidas dolorosísimas». Dijo ser consciente de los «graves daños que esto origina» para muchos sectores, pero quiso ser especialmente comprensivo con el de la hostelería y con los autónomos.

También se refirió a la sentencia judicial que tumbó la decisión de cancelar las vacaciones escolares. Aunque habla de la posibilidad de discrepar, «este Gobierno entiende que estamos en un Estado de Derecho, y no cabe otra opción que acatar la decisión judicial», afirmó.

No mostró arrepentimiento por haber llegado a la conclusión de haber cambiado el calendario escolar, cree que «tomaremos más decisiones, algunas serán equivocadas», a la vez que confesó que «no es plato de gusto» ser el presidente de Cantabria» y tener que afrontar una situación como esta. «Me ha tocado este paquete, estoy dispuesto a asumir críticas, esperando que pronto podamos estar aquí dando buenas noticias», añadió.

Preguntado por la situación en que queda la consejera de Educación, quiso ser rotundo: «cuando tengo que tomar decisiones, las asumo. Respaldo total a la consejera de Educación, por parte del Gobierno y especialmente por parte del presidente».

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; acompañado por el vicepresidente, Pablo Zuloaga; el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, y la directora general de Salud Pública, Paloma Navas

Revilla habló también de que el informe de Sanidad «argumentaba la motivación» de la decisión, aunque después la Sala de lo Contencioso-Administrativo le dio la razón a Comisiones Obreras. «Creímos que con la decisión podíamos conciliar» la necesidad de reducir los contactos que hubieran podido tener los alumnos estando de vacaciones y no hacer más daño a la economía, como sí se le hace ahora con estas medidas.

«Sé el dolor que supone esto, pero la salud está primero» argumentó el presidente de Cantabria, que hizo un llamamiento a toda la sociedad para cumplir con las medidas y para evitar todo contacto social que sea prescindible, y procurar estar en contacto estrecho sólo con las personas convivientes.

Preguntado por la posibilidad de un confinamiento domiciliario, Revilla dijo que quieren tratar de evitar una medida como esa en lo posible. «Si hiciéramos otro confinamiento como el primero, todo el mundo sabe que eso sería catastrófico», aseguró. Y remarcó que esto no es lo mismo que lo vivido en marzo y abril. «Esto es soportable», dijo.

LOS MALOS DATOS DEL MARTES

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, fue el primero en tomar la palabra, tras una breve introducción de Revilla, para dar los datos de la evolución epidemiológica. La jornada del martes ha resultado muy negativa en Cantabria. Se contaron cuatro fallecimientos con Coronavirus, aunque después el vicepresidente, Pablo Zuloaga, reveló que ya hay un nuevo deceso en el día de hoy, con lo que la cifra total es ya de 257. En toda la segunda ola de la pandemia no habíamos visto un día con tantos fallecidos.

La incidencia de la enfermedad en estos momentos es de 428 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, un número que lleva creciendo algunas semanas y que sigue al alza. En los últimos siete días es de 230. Entre los mayores de 65 años, 366 en 14 días y 204 en los últimos siete.

El índice de positividad también sigue creciendo, alcanzando ya el 13,3%. Este índice refleja el porcentaje de personas sometidas a pruebas PCR que ha dado positivo en las últimas dos semanas. En cuanto a la ocupación de camas hospitalarias, el 10,5% del total tienen personas afectadas por la COVID-19. En cuanto a las camas UCI, ese porcentaje es ya del 15,5%. Estas son las cifras que nos han hecho saltar al nivel 3 de alerta.

Pero la jornada del martes trajo más datos negativos. Ha sido el día de la pandemia con más casos nuevos detectados. El lunes ya se había batido el récord, con 216, y en esta ocasión se trata de 236. El vicepresidente añadió en su intervención que hoy, en las primeras horas del día, había 81 casos más.

En cuanto a la incidencia hospitalaria, el número de ingresados ha bajado en ocho, hasta los 149, y en UCI siguen siendo 17, como en la actualización anterior.

Además, ha adelantado que las previsiones para los próximos días “no son especialmente buenas”, porque hay un número alto de positivos diarios y el pronóstico de las urgencias hospitalarias “no va a ser de descenso” de los indicadores asistenciales. “Como mucho, de mantenimiento y, posiblemente, de aumento”, ha señalado.

El titular de Sanidad ha insistido en que estas medidas se toman “por el bien de todos” para no llegar al colapso de los hospitales, “que sería terrible”, y frenar la curva de contagios. Por eso, ha apelado a la responsabilidad de todos los cántabros para reducir al mínimo la movilidad fuera de su domicilio.

REDUCCIÓN DE AFOROS

No solamente se toma la decisión de confinar perimetralmente todos los municipios, sino que hay más medidas restrictivas que tienen que ver con aforos y también se prohíbe consumir en el interior de los locales de hostelería. Sólo se podrá consumir en las terrazas, con un 75% de su aforo. También se rebajará al 50% el aforo en cines, teatros, auditorios y circos, así como en museos monumentos y equipamientos culturales.

Esto se produce porque Cantabria, como ya anunció la Consejería de Sanidad este martes, ha pasado a estar en el nivel de riesgo por sus datos epidemiológicos.

Además de la medida concreta de los locales de hostelería, en los que sigue existiendo la posibilidad de poder encargar comida para recoger, la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, anunció que quedan prohibidas las actividades en ludotecas o en los centros de ocio juvenil, salvo «necesidad justificada de mantenerlas» y se prohíben las visitas en residencias de estudiantes.

Ha destacado la reducción de aforos a un tercio en ceremonias nupciales, velatorios y lugares de culto, con un máximo de 10 personas en espacios cerrados y 20 al aire libre, así como en los establecimientos y locales minoristas, mercados al aire libre, hoteles o alojamientos, entre otros.

Los locales de hostelería y restauración no podrán recibir clientes en su interior y únicamente podrán realizar su actividad en las terrazas,

En instalaciones deportivas cerradas, se reduce la actividad a un máximo de grupos de seis personas, siempre y cuando no se extralimite un tercio del aforo total. En piscinas y playas, esas actividades deportivas programadas no podrán exceder de las 30 personas. Actividades de formación verán su aforo también reducido a un tercio.