Cantabria No Se Vende recoge testimonios de jóvenes obligados a salir de Cantabria en busca de un futuro mejor
Desde Cantabria No se Vende denuncian lo que consideran un modelo económico insostenible, incapaz de generar oportunidades formativas y de empleo dignas, que condena a miles de cántabras y cántabros a buscar un futuro lejos de su tierra
En septiembre de este año, desde Cantabria No Se Vende lanzaban la campaña #ExilioParoPrecariedad. Con ella querían denunciar que estas tres palabras, que dan nombre a la iniciativa, son las únicas opciones vitales que ofrece el Gobierno autonómico a su población, en especial a su juventud.
Un modelo económico insostenible, incapaz de generar oportunidades formativas y de empleo dignas, condena a miles de cántabras y cántabros a buscar un futuro lejos de su tierra
Así, desde ese mismo mes, están recogiendo diversos testimonios de personas que han tenido que abandonar Cantabria, buscando oportunidades académicas o laborales que aquí les era imposible encontrar. A través de las redes sociales publican esos testimonios mediante postales digitales y físicas, «dando a conocer el sentir de muchas personas que están lejos, pero querrían volver y no pueden», afirman.
Así, han recogido testimonios como el de Carlota: «Me llamo Carlota, Desde hace 6 años desayuno cada mañana en una taza que no es la mía. Me fui de Cantabria con 18 años para formarme como educadora social. desde entonces he sido camarera, he limpiado casas, he dado clases particulares, me he mudado siete veces, he dejado atrás gente maravillosa y otras que no lo eran tanto, he descubierto ciudades nuevas, he aprendido y he crecido como persona. y a día de hoy puedo decir que me gano la vida con mi trabajo como educadora, mi vocación mi sueño. Si embargo, empiezo a comprender que siempre tendré que elegir entre vivir en mi tierra o vivir de la educación social porque Cantabria aun no tiene capacidad de acoger a todos los que no sufrimos tratando de buscar un futuro mejor. No faltan ganas, faltan recursos, faltan iniciativas y faltan oportunidades. el exilio, el paro y la precariedad laboral nos obligan a estar lejos, pero eso no significa que Cantabria haya dejado de ser lo que siempre ha sido: nuestra casa».
Suimilar es el testimonio de Julio: «Soy uno de tantos que se han ido de su tierra. tuve la suerte de poder estudiar en Cantabria, pero después, la falta de plazas en la universidad, hizo que saliera de esta tierra. Volví cuando acabé de estudiar, pero las opciones laborales eran inexistentes y, cuando las había, muy mal pagadas por lo que acabé volviéndome a ir para encontrar un buen trabajo».
Además, para continuar visibilizando esta problemática, han colocado pancartas en distintos puntos del territorio cántabro. En ellas se pueden leer dos consignas: »Casi el 60% de la juventud cántabra está desempleada’’ y »No nos vamos, nos echan». Esa abultada cifra de paro juvenil, puesta en relieve, «contrasta especialmente si la comparamos con la media europea, que se sitúa en un lejano 17,6%».
Ahoraa, desde CNSVs enviado a los partidos que conforman el Gobierno autonómico todas las postales recogidas hasta la fecha, con la intención que estos escuchen las voces de quienes están fuera, pero quieren estudiar, trabajar y, en definitiva, vivir en Cantabria. «CNSV considera insostenible el modelo económico impuesto en Cantabria, incapaz de generar oportunidades formativas y de empleo dignas, negando a muchas cántabras y cántabros un futuro en su tierra o condenándolos a la precariedad en ella», concluyen desde la organización.