Un 24,47% de los hogares de Cantabria, 59.144 de un total de 241.700, tuvo en 2020 alguno de sus miembros en el paro, según el avance de resultados de la última Encuesta Social de Cantabria publicada por el Instituto Cántabro de Estadística (ICANE) y recopilada por la Secretaría de Empleo de UGT.

La Encuesta Social de Cantabria confirma que; de esos algo más de 59.000 hogares, un 78% de ellos (46.327) tuvo un miembro en el paro, un 19% (11.249) tuvo al menos dos y casi un 3% (1.567) llegó a tener tres o más de sus integrantes en el desempleo.

UGT subraya que el mencionado número de hogares cántabros con alguno de sus miembros en el paro en el año 2020 supera en algo más de un 7% los 54.995 registrados en la anterior Encuesta Social de Cantabria de 2017, que en aquella ocasión representaban el 23,23% de todos los hogares censados.

Según la Encuesta Social de Cantabria, más de la mitad de estos hogares (30.879) no percibía ninguna prestación por desempleo, ni contributiva ni asistencial.

En este sentido, según recuerda UGT, al término del año pasado casi un 49% de los desempleados registrados en Cantabria, 21.256 de un total de 43.773, no percibía ninguna prestación por su situación.

Como precisa el secretario de Empleo de UGT en Cantabria, Julio Ibáñez, «es evidente que la protección social por desempleo sigue sin llegar a muchas personas y hogares de la región que realmente lo necesitan para subsistir».

Difícil acceso a una prestación contributiva

Ibáñez recalca que «la reforma laboral y la progresiva precarización del mercado de trabajo, con un predominio hegemónico de empleos muy temporales y con escasa cotización a la Seguridad Social, provoca que cada vez sea más complicado acceder a una prestación de desempleo contributiva y que ésta tenga una cuantía económica suficiente como para poder sobrevivir; por lo que la situación de desempleo puede conducir directamente a la exclusión social».

El responsable regional de Empleo de UGT agrega que «se quiera o no, es un problema social que hay que afrontar si realmente no queremos dejar abandonadas a muchas personas», tras puntualizar que «tal y como sucedió con los ERTE por la Covid-19, que han evitado males mayores en un mercado laboral muy castigado por la pandemia, el diálogo social tiene que ser el escenario indicado para adoptar las medidas más adecuadas».