El último decreto que alivia algunas restricciones para atajar la expansión del coronavirus –y que permite la reapertura del interior de hostelería, con aforos limitados, y la ampliación de aforos en eventos culturales o deportivos, entre otras– también afecta a locales de juego y apuestas.

En concreto, esta medida incluye que los locales tengan hasta un tercio del aforo establecido y exigiéndose además medidas de ventilación. Además, para facilitar el cálculo de este aforo debe publicarse en lugar visible al público el máximo de personas que pueden ocupar el local de acuerdo con la licencia o autorización concedida.

Entre los locales incluidos junto a los usos hosteleros (bares, restaurantes, hoteles…) se encuentran también las zonas interiores de casinos, establecimientos de juegos colectivos de dinero y de azar, salones de juego, salones recreativos, rifas y tómbolas, locales específicos de apuestas y otros locales e instalaciones asimilables a los de actividad recreativa de juegos y apuestas.

La apertura de este tipo de locales ha despertado mucha alarma en el último año, en especial a raíz de varios proyectos junto a centros educativos en barrios como Cazoña, que generaron mucha movilización vecinal.

Desde el Ejecutivo se pusieron algunas limitaciones al acceso y se anunció la intensificación de los controles para evitar el acceso de menores de edad, lo que frustró los planes de algunas de las casas, aunque no de todas, mientras se trabaja en una nueva Ley del Juego, momento durante el cual se suspende la tramitación de nuevas casas.

Organizaciones como Proyecto Hombre vienen alertando del incremento de las situaciones de adicciones en jóvenes y adolescentes a las apuestas y el juego, que siguen sin estar incluidas en los planes contra las adicciones del Gobierno de Cantabria. En Torrelavega trabaja AMAT, la Asociación Montañesa de Ayuda al Toxicómano.

CONTINÚA EL CIERRE DE LOS LOCALES DE PROSTITUCIÓN

La reapertura hostelero no supondrá el retorno de los locales de prostitución, a menudo camuflados bajo esas licencias y tratando de aparentar ser hoteles, bares o restaurantes.

En su momento, desde el Gobierno de Cantabria se acordó el cierre de estos locales con motivo de la pandemia, al ser establecimientos de concentración de gente, menos normas y más dificultad de rastreo de los contactos. A nivel estatal, se localizaron diversos brotes relacionados con prostíbulos.

No obstante, se ha detectado que la actividad se ha ido trasladando a algunos pisos.

Recientemente, el vicepresidente Pablo Zuloaga, de cuya Consejería dependen las competencias en materia de igualdad, advertía de las dificultades legales para conseguir la eliminación total de la prostitución, al haber competencias estatales.

Organizaciones como la Red Cántabra contra la Trata y la Explotación Sexual vienen denunciando la situación de explotación que sufren las mujeres en estos clubes —y que en ocasiones se ha logrado atajar a través del incumplimiento de las normas laborales como la contratación irregular–. Desde Nueva Vida trabajan en la atencion a las mujeres, contando con pisos de acogida para facilitar su salida y posterior inserción laboral.