Carta abierta a Sabah

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Sabah es una joven saharaui que vino hace años a Cantabria a pasar un verano con el programa “Vacaciones en paz” y por problemas de salud se quedó con la familia de acogida, hoy sus segundos padres, para estudiar y formarse en España. Hoy, además de una consumada surfista, representas la solidaridad y el respeto entre el pueblo español y el pueblo saharaui. Eres el nexo de unión de tus dos familias, la de Cantabria y la de los campos de refugiados de Tinduf. Aunque sabes de la solidaridad del pueblo español con la causa de tu pueblo, no puedo evitar sentir ante ti cierta vergüenza por el comportamiento de nuestros gobiernos con el tema saharaui.

Vergüenza por el Acuerdo de Madrid de 1975 en que España permitía el reparto de su provincia del Sahara entre Marruecos y Mauritania a cambio de seguir explotando durante unos años los recursos económicos del territorio. El entonces príncipe Juan Carlos, jefe de estado en funciones por la enfermedad del dictador Franco, pactó con el todopoderoso Henry Kissinger, jefe de la diplomacia estadounidense, permitir la ocupación de la provincia española por Marruecos a cambio del apoyo incondicional de Estados Unidos a la monarquía española.

Vergüenza por el abandono en 1976 del territorio del Sahara Occidental, cuando ante la amenaza marroquí con la “Marcha Verde”, el gobierno retiró al ejército español, “glorioso ejército español”, de la que hasta entonces era la provincia española del Sahara, permitiendo que fuera invadida por Marruecos.

Vergüenza de la posición sostenida por los sucesivos gobiernos de la democracia española, de cualquier color político, no muy diferente de la posición del último gobierno franquista. Felipe González, que visitó en noviembre de 1976 los campos de refugiados de Tinduf denunciando que España había realizado “una mala colonización y una peor descolonización” y que apoyaría el referéndum de autodeterminación “hasta la victoria final”, cuando llegó al gobierno en 1982 se convirtió en el principal aliado de Marruecos, traicionando la causa saharaui.

Vergüenza de que, desde entonces, los gobiernos de nuestro país se hayan lavado las manos en el conflicto, a pesar de que, según la legalidad internacional, el Sahara Occidental continúa siendo una colonia española. El Tribunal Internacional de Justicia de la Haya dictaminó que ni Mauritania ni Marruecos tienen ningún derecho soberano sobre el Sáhara Occidental, considerando nulo el Acuerdo de Madrid. España no podía transferir la soberanía a Marruecos y Mauritania, y por tanto la cesión de la administración no altera el estatus de territorio pendiente de descolonizar del Sáhara Occidental.

Vergüenza de las aceptaciones de los continuos chantajes de Marruecos con sus reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla o sobre el control de los flujos migratorios. Hemos asistido recientemente al último episodio, en que la policía marroquí invitaba a jóvenes a cruzar la frontera en Ceuta porque el gobierno español había permitido el ingreso en un hospital de La Rioja del dirigente saharaui Brahim Ghali para ser tratado de una grave enfermedad.

Vergüenza de que este último episodio haya dado lugar a una polémica política en la que solo se discutía si el gobierno español debería o no debería haber permitido el ingreso hospitalario del dirigente saharaui. Se ha calificado el incidente de “crisis migratoria”, de “invasión”, pero no he oído ni una palabra sobre el problema saharaui, sobre el referéndum de autodeterminación o sobre la necesidad de la paz, hoy en grave peligro.

Sabah, como sabrás, la democracia no es un sistema perfecto. Tiene dos problemas sin resolver: la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones y no solo votando cada cuatro años; y el control y manipulación de los medios de comunicación por parte de determinados intereses. Debido a lo primero sucede que en temas en los que existe un amplio apoyo popular, sin embargo, los gobiernos deciden lo contrario. Así sucedió hace unos años con la Guerra de Irak, el NO A LA GUERRA se convirtió en un clamor popular, pero a pesar de ello, el gobierno apoyó la intervención militar. Debes saber que la causa saharaui cuenta con un gran apoyo por parte del pueblo español, a pesar de que las acciones de nuestro gobierno no lo reflejen.

El control de los medios de comunicación se traduce en las escasas noticias que se publican sobre la situación en el Sahara Occidental. La represión de Marruecos en los territorios ocupados ha provocado la vuelta a la guerra desde que en noviembre se rompiera el alto el fuego firmado en 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario bajo los auspicios de Naciones Unidas. En los medios de comunicación españoles nos enteramos de cualquier noticia sobre Venezuela, especialmente si se trata de alguna manifestación de la oposición al gobierno de Maduro, en cambio, no nos enteramos de las manifestaciones de los saharauis en los territorios ocupados y la brutal represión del gobierno marroquí, un territorio que, recordemos, se encuentra bajo la responsabilidad de España, ya que está “pendiente de descolonización” según la ONU.

Este próximo fin de semana comienza la Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui, una iniciativa que tiene como objetivo dar visibilidad a la situación del pueblo saharaui y exigir a la ONU, a la Unión Europea y al Gobierno de España que culminen el proceso de descolonización y se ponga fin a la impunidad con la que Marruecos vulnera constantemente la legalidad internacional. Será una nueva demostración del apoyo y la solidaridad del pueblo español con tu pueblo Sabah.

 

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