La localidad lebaniega de Bejes recuperaba este fin de semana el homenaje a los guerrilleros antifranquistas que venía acogiéndose todos los años, con excepción del pasado, frente al monolito dedicado a la Brigada Machado.

Se trataba de “recordar a aquellos que lucharon hasta el final de sus días por las libertades arrebatadas por un golpe de estado fascista”.

“Héroes que en su propio país siguen ignorados o vilipendiados, mientras en otros países democráticos los que lucharon en la Resistencia fueron condecorados y se les rinden los honores que merecen”, explican los organizadores.

Abrió el acto Mari Sol Gonzalez, delegada de AGE (la asociación Archivo, Guerra y Exilio) en Cantabria, con unas palabras en memoria de todos los guerrilleros, recordando que el último, Paco Bedoya, fue abatido a tiros en 1957, y llamando la atención sobre que Revilla “no lo tiene claro”, pues en su última intervención televisiva en referencia a los guerrilleros situó esa fecha en 1944, “ignorando así la lucha de decenas de ellos que siguieron combatiendo durante años y que cayeron bajo las balas de las fuerzas represivas franquistas”.

A continuación intervino Fidel Manrique, de la CNT-AIT de Torrelavega, quien comparó  la conciencia política que tenían aquellos guerrilleros con la juventud de hoy en día y cómo se van perdiendo derechos y libertades que tanto había costado conquistar.

Después tomó la palabra Beatriz Sainz, de Republicanos, animando a concienciar a los jóvenes y a hacer pedagogía de lo que fue la República como apertura democrática en España.

Cerró el acto Marcelo Alvarez, de la Asociación “Ahaztuak (Olvidados) 1936-1977” recordando no sólo a aquellos guerrilleros que lo dieron todo, hasta su vida, por defender la Libertad y la República, sino también poniendo de relieve la cantidad de conflictos internacionales que siguen hoy en día cobrándose la vida de muchos activistas en diferentes países, desde Gaza al Sáhara.

La Brigada Machado recibió el nombre de 6.ª Brigada Guerrillera «Ceferino Machado» como homenaje a su primer dirigente, Ceferino Roiz Sánchez («Machado»), nacido en Tresviso (Tresviso, Cantabria), exalcalde de Peñarrubia y sindicalista de la UGT en la Electra de Viesgo en Urdón.

El monumento a la Brigada Machado fue posible gracias a Valeriana Alles, que cedió parte de su tierra para que se erigiera allí.