El reloj de Cosio vuelve a tocar las horas tras casi dos años mudo
Durante ‘toda la vida’, los vecinos de Cosio han sabido siempre la hora que era gracias a las campanadas del reloj de la iglesia.
Es fue así hasta que, hace un par de años, unos turistas que se alojaban en una posada rural se quejaran porque no podían dormir bien.
La solución, por parte del cura del pueblo, no se hizo esperar. Primero desconectó las campanas de nueve de la noche a nueve de la mañana y, más adelante, el reloj quedó en silencio de forma permanente.
«Es que ni siquiera se puede decir que sean unas campanadas atronadoras. No son las de la iglesia, es una pequeña campana que tiene el reloj y que emite un sonido del que jamás ningún vecino se ha quejado», explica José Ramón Blanco, que ya firmó el domingo en las hojas que los vecinos prepararon para pedir el retorno de las campanadas.
Según explican los vecinos, al cura ya le habían pedido varias vedes que activase nuevamente el sonido de las campanas y lamentan que no ha sido hasta ahora, cuando ya se han movilizado, han recogido firmas y han empezado a difundir el problema en redes, cuando el obispado ha decidido escuchar al pueblo en este sentido.
«Un reloj en un pueblo, es una pieza muy importante, porque da vida al lugar. La gente lo escucha y ya sabe, esté dónde esté, si son las cinco, las siete o las doce y, sobre todo a la gente mayor, que está acostumbrada, les gusta escuchar las campanas», añade José Ramón.
Además de tocar las horas, la campana del reloj toca a y media y también los cuartos. Un reloj siempre fue un elemento de prestigio en un pueblo, donde la gente salía al campo a faenar, y era la única referencia temporal que tenían.
De momento, en Cosio, el reloj ha vuelto a sonar durante el día. Los más pequeños, ahora en verano, no podrán alegar al llegar tarde a casa que se les pasó la hora jugando.