«No hemos tenido respaldo, apoyo ni disculpa por parte del Estado»
«Este homenaje es una gran satisfacción, estamos muy contentos», reconoce Francisco, que agradece a todas las personas, tanto de instituciones como de organizaciones como Desmemoriados, que han hecho posible que este homenaje se produzca.
Luis Cobo (cántabro), Luis Montero y Juan Mañas vivían y trabajaban en Cantabria, y se disponían a asistir a la comunión de Francisco, en Almería. Sin embargo, un grupo de Guardias Civiles les confundió con miembros de ETA y les asesinó. Ya han pasado 40 años de eso. «Son 40 años muy duros, pensando que no se hizo justicia», lamenta el hermano menor de Juan. «No se debería haber arropado a esos asesinos», afirma.
«No se condenaron a los 11 guardias civiles, sólo a 3 y no llegaron a cumplir la pena», cuenta Francisco en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM. Esto ocurrió en 1981, durante «la modélica Transición que nos han vendido siempre», dice. También recuerda que el juicio se llevó a cabo de una manera muy rápida, y tratando de que «salieran condenados los menos guardias civiles posibles».
Aunque ahora se homenajee a estas tres víctimas, Francisco se queja de que estas familias han estado «dejadas de la mano de la Administración», y el único reconocimiento institucional que han recibido se produjo en el Parlamento de Cantabria en 2018.
«No hemos tenido respaldo, apoyo ni disculpa por parte del Estado», denuncia. El contexto de estos crímenes es que ETA había cometido un atentado en Madrid en el que murieron tres militares pocos días antes. Francisco cuenta que al funeral de las víctimas del atentado asistió el rey Juan Carlos I, pero «al funeral de mi hermano no vino el rey».
Desde entonces, la familia Mañas se ha sentido despreciada, como «ciudadanos de tercera categoría». Incluso han pedido reconocimiento para que los tres asesinados fueran considerados víctimas del terrorismo, «pero la petición ha sido denegada».
Francisco lamenta también que ni la Junta de Andalucía ni el Parlamento andaluz han respondido a sus llamamientos, ni siquiera después de constituir la Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición.
El paso del tiempo no ha interrumpido el contacto entre las familias Cobo, Montero y Mañas. «Son como una familia nuestra más», incluso con visitas entre ellos, pese al largo desplazamiento que supone ir desde la provincia de Almería hasta Cantabria.
Francisco conoce también la Ley de Memoria Histórica que se va a debatir en el Parlamento de Cantabria, para la que se ha pedido que se incluyan las víctimas que hubo no sólo en la Guerra Civil y la dictadura franquista, sino también hasta 1982, cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cantabria. Mañas apunta que «víctimas de la transición se quedan fuera de la ley y eso no es justo».