Kundalini yoga, la revolución de amarse

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En un pueblín de Cantabria el pasado 13 de noviembre una decena de mujeres nos adentramos en el domo, dejando a un lado las corazas y resistencias abriéndonos al amor que habita en nuestro interior, a través de un taller impartido por la instructora Aisha Kaur, formada en kundalini yoga para la mujer por su maestra Nam Nidhan Khalsa que expresa que «cuan feliz y realizada eres depende de la conciencia con la que vives».

El kundalini yoga es el yoga de la conciencia, como Yogui de la línea Tántrica, Yoghi Bayan, de la India lo introduce en occidente y decía: «Tu derecho de nacimiento es ser sano, feliz, y realizado».

El Kundalini Yoga usa el movimiento, el sonido, el aliento y la meditación para relajar y curar tu mente y cuerpo, permitiéndole al espíritu fluir libremente, creando bienestar y felicidad. Esta poderosa y eficaz forma de Yoga, enseñada por el Maestro Yogui Bhajan, recarga y estimula el sistema inmunológico y nervioso, mejorando la fuerza y la flexibilidad, centrando la mente y abriendo el espíritu.

La influencia de la luna en la mujer es natural, reflejando al sol reduce su impacto y lo refleja, apaciguando y equilibrando. La mujer es lunar y el hombre solar, lo femenino y masculino se entremezcla en cada ser un 60% y 40 % de energía femenina y masculina.

Sintiendo el poder de reconectar con las raíces, con las emociones más arraigadas al subconsciente, a nuestra parte oscura, el estado en uno u otro punto lunar determina la naturaleza cambiante de las mujeres. La menstruación coincidiendo con la luna nueva invita al autocontrol, la consciencia, la serenidad, tenemos una intuición más afinada y somos más ecuánimes. En la luna llena se descarga el subconsciente al consciente, es la parte instintiva, animal, lunática, estamos más reactivas y aún más si esto coincide con eclipse lunar.

Mujeres que conectan y descubren sus puntos lunares en sus cuerpo y la parte lunar que las habita al igual que hace crecer las mareas o fructificar las cosechas. La luna afecta al sistema cerebral y al endocrino y hormonal de las mujeres existiendo una correspondencia entre el ciclo lunar y el menstrual.

Practicar ayunos tanto en luna nueva como llena nos permite tener a raya el subconsciente. Jai Hari invita al ayuno lunar para estar más presentes y conscientes de nosotras mismas y de cómo nos relacionamos.

El poder del grupo emerge en un acompañamiento colectivo, seres sintientes compartiendo emociones, respiraciones, meditaciones, cantos de mantras…el cuerpo va abriéndose cuan flor de loto que de la mano de Durga, diosa guerrera, que nos muestra sus enseñanzas, lleva un arma en cada uno de sus múltiples brazos y monta un león o tigre que simboliza nuestro ego. Sus armas son: el tridente, el disco, el rayo, la palabra mística «Om» que indica su conexión divina por medio del sonido, el arco y las flechas representan energía, la habilidad de poder atacar retos sin perder confianza, la flor de loto floreciendo. El disco precioso, que gira alrededor del dedo índice de la diosa sin tocarlo, significa que el mundo se encuentra sometido a la voluntad de la diosa y está a su servicio. La afirmación de la diosa es «establezco límites claros para demostrar amor por mí misma».

Los poderes de la luna que tenemos dentro de nosotras son: reflejar a los demás y a nosotras mismas mediante la escucha profunda y una comunicación consciente, intuitiva, respetuosa y amorosa, el poder de calmar y aquietar, el poder de la estabilidad y flexibilizar, el poder de atraer y magnetizar. Las mujeres reflejamos a nuestras parejas, hijos, amigos, transformando la inseguridad y dando un feedback al entorno, conteniendo y sacando lo mejor del otro, igual que la luna refleja la luz del sol. La intuición la trabajamos meditando.

El lado oscuro de la luna, lo que nos roba el poder o la energía a las mujeres es buscando ser apreciadas, querer agradar, los celos que surgen de no estar conectadas con nuestra esencia, el coqueteo mental y la fantasía mental construyendo mil castillos de arena en el aire, ensoñando.

La seguridad y el eje la mujer lo encuentra reconectando consigo misma y el yoga y la meditación es una vía y una herramienta muy valiosa para conseguirlo.

Fue un taller maravilloso y con un sabor a empoderamiento, donde sacamos las garras y dientes, emitimos sonidos, abrazamos nuestro lado oscuro, escuchamos y tomamos consciencia, sintiendo a tope lo que llevamos dentro en ese momento y ancestralmente, y bailamos libremente, mirándonos al espejo y encontrándonos en nuestra mirada, en nuestra vacío, en nuestra autenticidad, en nuestra luz y en nuestra sombre, redescubriendo nuestra pureza, nuestra inocencia, volver a casa, a la nuestra…

Gracias a mi amiga y maestra Raquelaisha por tanta sabiduría y experiencia transformadora. «El milagro de la vida está dentro de nosotras, necesitamos el sol y también necesitamos la luna.» «Nos han enseñado que somos inestables, somos paradójicas, inestablemente estables, de la misma manera que somos perfectamente perfectas; aceptar esta paradoja nos ahorraría mucho enojo. Somos como un columpio. Cuando estás en tu centro es cuando las cosas vienen a ti. Sentir que lo que tenga que venir a tu vida va a venir. Tenemos la enorme capacidad de reconstruirnos a nosotras mismas piedra a piedra, ladrillo a ladrillo. Dentro de nosotras somos completas. Somos únicas. El néctar que llevamos dentro tiene que ser sagrado para nosotras mismas»

 

 

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