Francisco tuvo que pasar el duro trago de perder a su padre hace tres años, en febrero de 2019. Sin embargo, la entidad financiera en la que su padre tenía las cuentas, Bankia, le tenía reservada una sorpresa muy desagradable. En septiembre de ese mismo año, siete meses después del deceso, Francisco se enteró de que debía 5.208,41 euros por un crédito que su familiar no había terminado de pagar.

Ese crédito había comenzado en 2016. Estando ya jubilado, «quería arreglar la cocina, y pidió un crédito y pensaba que lo hacía con las condiciones de un préstamo preconcebido que el banco le ofrecía y que tenía unos intereses muy buenos», cuenta Francisco en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.

La cuantía del crédito era de 6.000 euros. Su hijo dice que «fue pagando 120 euros cada mes, pero en 2019 enfermó y falleció». Cuando eso sucede, siempre es necesario mover papeles para resolver todas las cosas pendientes, incluido dar de baja servicios contratados o concluir cosas sin finiquitar. «Al hacer todos los trámites con el notario, ese crédito no aparecía», revela.

En septiembre de 2019, a Francisco le dan esa cifra de deuda. «Era imposible que quedara tanto por pagar». Y además, «en el banco dicen que no aparecía el crédito». Pese a que esto sonaba raro, Torre decidió pagar esa deuda por no seguir pagando los altos intereses que llevaba aparejados. «Echamos cálculos y nos salía que, por un crédito de 6.000 euros, había que pagar unos 18.000». Entonces, decidió recurrir a una abogada para ver qué podía hacer.

Sin embargo, no han conseguido avanzar mucho en estos casi dos años y medio, y por eso Francisco ha decidido que quiere ponerse en manos de un bufete especializado en abusos bancarios.

De todos modos, dice que lo que más le duele es el engaño que le hicieron a su padre. «Mi padre falleció sin saber que le habían engañado», afirma, y además fue alguien a quien conocía bien. «Mi padre tenía confianza con la persona de la sucursal, pero le engañó a la cara, y eso es lo que más me duele», explica.

Otra persona distinta atendió a Francisco, y se dio cuenta de que, en realidad, lo que Bankia le había dado era una tarjeta de crédito, y no un préstamo, que es lo que quería. «A veces te dan ganas de hacer cosas, pero te paras, porque si no podrías liarla», dice con impotencia.

Francisco contó su caso en un hilo de Twitter, y su caso se hizo viral en esa red social. «Me ha escrito mucha gente con casos parecidos, de este y de otros bancos». Después de publicarse todo y de realizarse la entrevista, parece ser que la entidad financiera se ha puesto en contacto con él para decirle que, ahora sí, ha aparecido la información sobre los pagos que había hecho su padre.

De todos, este afectado ya no quiere un arreglo amistoso con Bankia. De hecho, ha iniciado una recogida de firmas en la plataforma ‘Os oigo’ para que su caso se conozca y se puedan frenar este tipo de prácticas. Un caso como este recuerda al de las ‘preferentes’, precisamente de Bankia, en los peores momentos de la crisis financiera. Un caso más de un banco que ha tenido varios y que ha terminado con su expresidente Rodrigo Rato, otrora ministro de Economía, en prisión.