||por PASAJE SEGURO||

En agosto de 2021 el Puerto de Santander instaló concertinas para frenar la entrada de migrantes en sus instalaciones. Se trataba de un tramo de varios metros en la zona de Raos con la previsión de añadir 10 km más.
Según la RAE concertina significa “Espiral de alambre de púas o de cuchillas usada en cercas y vallados”.

Es decir, que para detener los intentos de salto de un puñado de chavales de nacionalidad albanesa, se opta por el uso de un instrumento cruel y totalmente anacrónico, capaz de causar gravísimos daños y lesiones como ya hemos visto en otras fronteras, a pesar de que, como también se ha visto, son un instrumento de dudosa eficacia.

Las concertinas suponen un ataque directo a los Derechos Humanos y deberían avergonzar a quienes las ponen y también a quienes las sustentan. Ellos dicen: “Las concertinas no persiguen a nadie” . Sí. Pero su uso nos devuelve a tiempos pasados y nos dibuja una imagen que nos empeora como personas y como sociedad.

Se está criminalizando a estos chicos, a pesar de que según sus propios datos, el 98% de los intentos de acceder al Puerto son detectados y abortados, con el fin de crear una idea de peligrosidad de la que hay que defenderse sea como sea. Pues no, no son delincuentes, son migrantes, cuyo único objetivo es viajar a Inglaterra persiguiendo el sueño de una vida mejor.

El Puerto puede defender sus accesos con medios menos lesivos echando mano de la tecnología: cámaras, sensores térmicos etc; o bien, contratando más personal de vigilancia. Pero eso, sale caro. Lo reservan sólo para la zona noble del Puerto y el entorno de Edificio Botín, para no ensombrecer la belleza de la ciudad con un espectáculo tan atroz.

Desde la Sociedad Civil y también desde Pasaje Seguro hemos luchado mucho para detener y revertir esta situación mediante todos los medios a nuestro alcance. Reunimos más de cuarenta mil firmas desde Change.org, las cuales entregamos a la Autoridad Portuaria. Además intentamos dar a conocer a la sociedad en general esta realidad a través de los medios de comunicación, y tratamos de mantener reuniones con los grupos políticos para instarles a tomar medidas que aseguraran que el Puerto se comprometiera a utilizar medios no lesivos. Apoyamos una Proposición no de Ley en el Parlamento de Cantabria para que el Puerto retirara las concertinas aunque finalmente no salió adelante.

Gracias a esta presión ciudadana hemos conseguido detener la instalación de más concertinas, pero aún debemos luchar por que se retiren las que ya hay.

Más allá de las concertinas, éstas no son sólo un objeto peligroso y dañino, lo preocupante es lo que significan, por qué se instalan y para qué sirven. Lo que está detrás de una concertina, es la defensa frente al otro, frente al que viene de fuera, significa los míos y yo contra los otros. Es una solución fácil y simplista frente a una realidad compleja. El mundo está cambiando. Las personas migran, salen de sus países buscando una vida mejor, sufren lo indecible hasta llegar a la Vieja Europa y se encuentran sus puertas cerradas y ,detrás de las puertas, concertinas para causar más daños, y detrás de las concertinas, a nosotros, los europeos, parapetados y a salvo de no sé qué miedos.

Habrá quien se pregunte qué relación existe entre las concertinas y el Día Internacional de la Mujer pero: ¿Cuántas concertinas hemos atravesado las mujeres y cuántas tendremos que atravesar hasta alcanzar nuestro destino y el lugar que nos pertenece?