Mundus Novus y Jesús Pindado, esta semana en la programación de Gil

El sábado, presentación de una obra sobre el ingeniero Torres-Quevedo, tras la apertura en febrero del Museo
Tiempo de lectura: 9 min

La librería Gil acoge este jueves la presentación de Mundus Novus y el viernes la de un libro en clave biográfico del veterano periodista cántabra, Jesús Pindando.

NOVELA HISTÓRICA

Así, el jueves 24 a las 19.00 horas se presentará Mundus Novus, de Carlos Serrano, que estará acompañado de Gorka Gil y Juan Díaz-Faes.

Es una novela histórica ambientada en el año 743 d.C, en el reino visigodo de Toledo, y cuentan las luchas entre árabes, beduinos y bereberes por el territorio, mientras los valíes omeyas enviados desde Damasco son nombrados y depuestos entre intrigas y fugaces alianzas, mientras la Iglesia asiste a las luchas entre musulmanes con la vista puesta en el añorado pasado.

En ese contexto, una carta y un libro llegan a al-Ándalus de la mano de un nuevo gobernador Omeya. El Apocalypsis es recibido por los cristianos como una promesa de salvación, y decenas de eclesiásticos, así como sus servidores, parten hacia las tierras del norte en busca del mar de cristal junto a cuyas olas se consumará el Juicio Final. Han oído que allí residen los últimos godos que resisten al gobierno musulmán, y saben que tras las montañas, lejos de las ciudades y calzadas que jalonan la vieja Hispania, nadie podrá alcanzarlos.

Junto al mar, el recuerdo de Pelayo y sus victorias pervive únicamente en la memoria de su hija Ermesinda. Alfonso, su esposo, parece más preocupado por pasar el tiempo en las montañas, en lugar de preocuparse por la grey cristiana que se esconde entre los valles de los Montes Vindios. Ermesinda sabe que el Juicio Final se encuentra próximo, y es necesario construir un reino que los proteja a todos. “Mundus novus narra los desvelos y esperanzas de quienes habitaron Hispania durante el violento tránsito que la llevó a ser al-Ándalus”

LOS PERFILES DE PINDADO

Por su parte, el viernes 25 a las 19.00 horas la presentación será de ‘Perfiles de amistad’, de Jesús Pindado, que estará acompañado de Fernando Collado, director de El Faro de Cantabria, y Juan José Torres Cantalapiedra, abogado

Jesús Pindado Uslé es un veterano periodista cántabro que ha desarrollado una buena parte de su vida profesional en Estados Unidos, trabajando en Washington DC durante más de una década como director de la oficina de los empresarios españoles (CEOE) en Estados Unidos hasta julio del año 2000.

Pindado obtuvo la Licenciatura en Periodismo en 1980 y cuenta con dos doctorados. El primero en Periodismo, en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, y el segundo de Literatura, tras cursar en Estados Unidos en la Catholic University of America (CUA, Washington DC).

Es autor, entre otras, de las publicaciones ‘Pío, Pueblo y Poema’ (1976), ‘La comunicación y la definición de empresa’ (1985) y ‘Texto Híbrido: Entre Ficción e Información, ¿Periodismo o Literatura?’ (1998). Además, fue director de la ‘Gran Enciclopedia de Cantabria’ y ha sido colaborador en distintos medios de comunicación en los últimos años.

Preparó numerosas delegaciones culturales y comerciales de las distintas regiones de España a los distintos estados de EE.UU. También destaca la organización de la delegación cultural de Congresistas Republicanos y Demócratas norteamericanos a invitación de Pindado para visitar Cantabria. Su colaboración fue decisiva para la presencia del presidente Carter en Santander con motivo del Centenario de Caja Cantabria.

EL VALLE DE LOS INVENTOS

Finalmente, el sábado 26 a las 19.00 horas se presentará ’Leonardo Torres Quevedo en el valle de los inventos’, trabajo didáctico sobre la figura de este ingeniero e inventor cántabro, pionero de la robótica y la automatización, cuyo legado se encuentra en dispositivos como los mandos a distancia, creador de transbordadores emblemáticos como el de las cataratas del Niágara.

En la presentación estarán los autores del libro Daniel Cubas y Francisco A.González, junto a la ilustradora Azuna Creis.

El valle de los inventos al que se alude es el Valle de Iguña, donde se encuentra, en el colegio público, el Museo Torres Quevedo, abierto el pasado mes de febrero para acercar esta figura. Precisamente esta semana hablábamos en EL FARADIO con uno de los responsables del museo y coautor del libro, Daniel Cubas.

 

TORRES QUEVEDO

Torres Quevedo nació en 1852 en Santa Cruz de Iguña, Molledo, en Cantabria. De ascendencia bilbaína por parte de padre y cántabra por su madre, vivió y estudió en la capital vizcaína los primeros años de su vida y, más tarde, marchó a París y Madrid para completar sus estudios como ingeniero de Caminos. Un largo viaje por Europa que pudo realizar gracias a una herencia le sirvió para conocer los últimos avances científicos y técnicos de un mundo que estaba en plena transformación y que cada día se despertaba con una nueva invención.

A su regreso a España se instaló en su localidad natal, donde, llevado por la curiosidad y espoleado por todos los prodigios que había visto, empezó a centrar su trabajo en la investigación, algo que ya nunca abandonaría.

Allí, en Molledo, inventó y patentó su sistema de transbordador en 1887, en principio destinado al transporte de cargas. Ya en el nuevo siglo, en 1907, cuando Torres Quevedo era un ingeniero e inventor de reconocido prestigio, instaló en el monte Ulía de San Sebastián el primer teleférico abierto en el mundo capaz de transportar personas.

De hecho, el famoso Transbordador del Niágara, abierto nueve años después, es una evolución de este primer ingenio de Torres Quevedo, basado en un sistema de cables soporte y tractores que se auto equilibra, trabajando a tensión constante soportada por los contrapesos situados en uno de sus extremos. Esto es, su patente de 1887, que fue la base, y aún sigue siéndolo, para todos los teleféricos construidos desde entonces a lo largo y ancho del mundo.

El Transbordador del Niágara, conocido como Niagara Spanish Aerocar, que cumple 100 años de funcionamiento con pequeñas modificaciones y sin haber sufrido accidentes dignos de mención, es una de las atracciones turísticas imprescindibles del lugar, junto a las famosas cataratas.

Hablamos de un teleférico, de 580 metros de longitud, que comunica dos puntos en la orilla canadiense (allí donde se produce el famoso remolino, whirlpool) y que posee otra particularidad: no sólo es el primer teleférico para pasajeros de toda Norteamérica, sino que se trata de un proyecto español de principio a final.

Está basado en una patente española, es obra de un ingeniero constructor español, fue construido -con material transportado desde España en plena Primera Guerra Mundial- por una empresa española (The Niagara Spanish Aerocar Co. Limited), constituida en Canadá con capital español, con administradores españoles y explotación comercial inicial española.

En 1902 creó el Telekino, un invento considerado desde hace diez años por el IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, por sus siglas en inglés) un hito para la ingeniería mundial. Se trataba de un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas por ondas hertzianas, lo que de facto era el primer aparato de radiodirección del mundo, pionero en el campo del mando a distancia. Torres Quevedo lo concibió tanto para gobernar los torpedos submarinos de la Armada española como para maniobrar dirigibles, sin necesidad de arriesgar vidas humanas.

Torres Quevedo también desvió su atención hacia los cielos. Y, de esa manera, patentó entre 1902 y 1909 numerosos sistemas para el diseño y construcción de dirigibles autorrígidos, que recogían las ventajas de los sistemas precedentes pero eliminaban todos sus inconvenientes.

Infatigable creador, en 1914 presentó en España y Francia la considerada primera manifestación de inteligencia artificial de la historia: el «Ajedrecista”. Se trataba de un autómata con el que se podía jugar un final de partida de ajedrez: torre y rey contra rey. La máquina analizaba en cada movimiento la posición del rey que manejaba el humano, pensaba e iba moviendo inteligentemente su torre o su rey, dentro de las reglas del ajedrez y de acuerdo con el programa introducido en la máquina por su constructor hasta, indefectiblemente, dar el jaque mate.

Y hay más, mucho más. Patentes sobre máquinas de escribir, un puntero proyectable para ayudar a los profesores en sus explicaciones, la llamada binave -el primer bimarán de casco metálico de la historia, cuyo uso no se haría común hasta finales del siglo XX- o las denominadas máquinas algébricas, artefactos de cálculo analógico en los que una determinada ecuación algébrica se resolvía mediante un modelo físico. Más tarde presentaría en Argentina su concepción teórica de nuevas máquinas de calcular digitales de tecnología electromecánica, adelantándose nuevamente a su época.

Con todo, el año verdaderamente crucial para la figura de Torres Quevedo fue 1920, cuando presentó en París su aritmómetro electromecánico, materialización de las ideas teóricas sobre las máquinas analíticas avanzadas ya años antes. Esta nueva creación contenía las diferentes unidades que constituyen hoy una computadora (unidad aritmética, unidad de control, pequeña memoria y una máquina de escribir como órgano de salida y para imprimir el resultado final), convirtiéndole en el inventor del primer ordenador de la historia.

En torno a su figura, que despertó admiración a uno y otro lado del Atlántico, se sitúa asimismo un hecho tan destacado como los orígenes de la I+D+i. En 1906, un grupo de empresarios vascos creó la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería, cuyo objeto, fijado en su primera base, era esclarecedor: “Estudiar experimentalmente los proyectos o inventos que le sean presentados por don Leonardo Torres Quevedo y llevarlos a la práctica”.

Torres Quevedo murió en Madrid en 1936, habiendo dedicado los últimos años de su vida a recoger por todo el mundo reconocimientos a su creatividad, labor investigadora e ingenio.

  • Este espacio es para opinar sobre las noticias y artículos de El Faradio, para comentar, enriquecer y aportar claves para su análisis.
  • No es un espacio para el insulto y la confrontación.
  • El espacio y el tiempo de nuestros lectores son limitados. Respetáis a todos si tratáis de ser concisos y directos.
  • No es el lugar desde donde difundir publicidad ni noticias. Si tienes una historia o rumor que quieras que contrastemos, contacta con el autor de las informaciones por Twitter o envíanos un correo a info@emmedios.com, y nosotros lo verificaremos para poder publicarlo.