República

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||por Julián Ruiz Revuelta||

Con 4 mínimas excepciones llevamos más de  3 siglos soportando por estas tierras a un Borbón. (La dictadura franquista no fue ninguna excepción ya que “el Emérito” y familia estaban ahí). Ya ha llegado el momento de ir dejando la “campechanía” y las otras dos conocidas características de los Borbones en el olvido.

De las 4 mínimas excepciones, solo la Segunda República intentó desarrollar la justicia social.  Sin ir más lejos,  señalar: la universalización de la educación, dando prioridad a la formación de maestras y maestros; la implantación del voto femenino; la expansión de la cultura, con la creación de Misiones Pedagógicas;….. En definitiva, la Segunda República elaboró una muy buena Constitución.

Este intento de disminuir las desigualdades sociales. Este intento de tener un país con una masa crítica con libertad de pensamiento (no solo con libertad para tomar cañas en los bares). Estos intentos  los hicieron descarrillar los antepasados de los que hoy en día siguen fomentando “el capitalismo de amiguetes”  (versión autóctona del liberalismo económico). Transformando lo que se iba convirtiendo en un país serio y decente en una sociedad corrupta.

Y el problema de tener una sociedad corrupta, no es que los “amiguetes” no contribuyan a los ingresos públicos negándose a pagar impuestos. O que  se lleven el dinero y las prebendas (que también). El problema es que en lugar de ciudadanía, nos acabamos convirtiendo en súbditos. Más pendientes: de los favores que nos puedan proporcionar “los amiguetes”, de los atajos que nos puedan proporcionar ventajas, de “re-victimizar” a las víctimas, de “que hay de lo mío”,  de maltratar al emigrante pobre y necesitado, etc. En lugar de estar pendientes de cubrir las necesidades sociales y de la buena marcha de la sociedad, permitiendo la solidaridad entre las personas.

Con la instauración de la  Tercera República probablemente se produzca solo un cambio formal. Pero en democracia los aspectos formales son importantes. Probablemente con este cambio formal no se acabe ni con el “capitalismo de amiguetes” ni con la corrupción. Pero si que tengo claro que el tener un país con una jefatura del estado elegida por el pueblo, es un paso más para convertirnos en ciudadanía y dejar de ser personas súbditas.

Conseguir instaurar una Tercera República va a suponer un aumento importante de nuestra autoestima social. Además de ser un primer paso para luchar por  mantener nuestro Estado de Bienestar. Para conseguir una sanidad y una enseñanza pública, gratuita  y universal, unas jubilaciones dignas, unas residencias de personas mayores destinadas al cuidado y buen trato y no al “beneficio de los fondos buitres”. Un primer paso para conseguir unas condiciones laborales dignas (con sueldos que permitan a nuestra juventud tener una vida autónoma e independiente). Con la vivienda convertida en un derecho, no en el negocio de los fondos buitres que es actualmente.  En definitiva, para conseguir una sociedad más igualitaria y más justa, donde tenga sentido la solidaridad y las limosnas no sean necesarias.

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