Crisistunidad

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||por VÍCTOR GUTIÉRREZ LARRAÑAGA, de WAAHI CONCEPT||

Hace poco les hablé del futuro, pero se me olvidó hablarles de su mejor amigo: la crisis. La crisis es el amigo responsable del futuro, apareciendo cuando el futuro ya está tirándose el cachi encima o hablándole a la gente muy pegado a la oreja. Su trabajo es muy sencillo: monta al futuro en el coche (él no bebe, que mañana estudia) y se lo lleva a dormir la mona. Aparece para intentar salvarnos de nuestros excesos y decirnos que bajemos al nivel, que tenemos que sentar cabeza. ¿Causas de aparición de las crisis? Las mismas de siempre: Avaricia. Usted dirá que soy un demagogo. Yo le digo: sujéteme el cubata, que esta cuñadez conlleva soporte técnico en modo parrafada.

Cualquiera que lea habitualmente prensa sabe cuáles son las dos palabras estrella de estos meses: inflación y recesión. La inflación en esencia es la subida de los precios de los bienes y servicios, con la consecuente disminución del valor de la moneda. Los orígenes generales de la inflación suelen ser la excesiva oferta de dinero, los desequilibrios de la oferta y demanda o los ataques especulativos a las monedas y economías de los territorios por falta de confianza. Traducido un poco, los precios suben por exceso de alegría en darle a la máquina de los billetes sin sentido real, a veces sucede porque hacer lo mismo cuesta más al haber falta de materia prima en mercado o que el distribuidor de dicha materia sea un poco jeta y especule (spoiler: ambas), y por último pasa porque el lobito de Wall Street de turno habla con su compi de squash y decide que no dejar morir de hambre a la gente malacostumbra y es poco liberal, dando carta blanca para atacar su moneda y ganar cuatro perrillas. Por otro lado, la recesión es la bajada de la actividad económica generalizada. Las causas recurrentes de la misma suelen ser la sobreproducción, la escasez de demanda, la carencia de innovación y acceso a nuevo capital, la compensación de periodos de alta especulación, la corrupción económico-política o la derivada de paros por cataclismos y/o eventos que paren la actividad normal. Resumiendo, la recesión viene porque la economía no crece debido a que la plebe no consume lo suficiente, no se invierte, lo que se invierte va a burbujas que explotan, a corruptelas o a que la economía se pare por guerras, pandemias y demás cosas que nunca pasan… hasta que pasan.

Es raro que haya inflación y recesión al mismo tiempo. En general, la economía es un juego de palillero chino donde a veces giras más un plato y a veces giras otro. El término correcto cuando esos dos platos andan cayendo es estanflación. Para que nos hagamos una idea, la última gorda, gorda de estanflación pasó hace 50 años, y todavía andamos sufriendo sus consecuencias y las supuestas “soluciones” para salir de ahí. La crisis del 73 fue la suma de varios eventos interesantes. Básicamente, fue la combinación de un presidente americano ansioso y la llegada a las instituciones de unos señores muy majos que decían que el estado del bienestar era un poco caro y malo para la inversión, que había que dar libertad (palabra mágica) y desregular un poco el asunto. Este presidente, metido en el fregado de una guerra en Vietnam descuadrando las cuentas (luego le echaron la culpa al excesivo gasto social…) y con una balanza comercial negativa, decide dejar de amarrar el valor de su moneda al oro para poder imprimir billetes a tutiplén, para que así las corporaciones y Wall Street tuvieran para jugar. El problema es que ese mismo país andaba en muchos más líos que Vietnam por eso de ser un imperio. Ser un imperio es como ser presidente de la comunidad pero con copia de la llave y supuesto derecho de pernada sobre la vecina del quinto, eso que en americano lo llaman democratizar. En una de esas se les desmadraron unos países que controlaban una parte importante de la producción de petróleo, se unieron y embargaron el envío a países que apoyaban a Israel (moraleja: no te enfades con tu vecino, así empiezan las guerras).

¿Resultado? Economía parada pero al mismo tiempo subiendo precios, porque todo va a petróleo, has mandado la moneda al guano por quitarla del oro y te has peleado con tu vecino/proveedor. No tienes nada a lo que agarrarte porque no produces y no consumes, pero sólo con encender el coche tu cartera mengua, y si se te ocurre inyectar dinero en la economía redoblas el problema. En resumen, la estanflación es como tirar un mogwai en una olla de alubias a la 1 de la mañana. ¿La solución? La misma que cuando la liaste gordísima y te pilló tu madre: hacerte bola, decir en la cabeza no que estoy estudiando y a ser posible sentar cabeza. ¿Cuál fue la solución que dieron los señores para USA, ahora ya con Reagan?: MÁS GREMLINS. Menos Estado, desregular, privatizar, más libertad de capitales y dinerito sólo en dirección a los bancos y fondos, menos impuestos al capital y las grandes fortunas, aumento de impuestos al trabajo/el consumo (traducción: paga el currito) y permitir mandar las fábricas a sitios exóticos donde el gobierno de turno acepte que a su gente la paguen en curruscos de pan. Resultado: más dinero para inversores/rentistas, menos para la gente que tenía que comprar esos productos, que fue teniendo cada vez menos capacidad de pago y que vio cómo sus bienes y servicios básicos (sanidad, vivienda, educación…¿lo pillan?) eran cada vez más caros y encima no tenían trabajo bien pagado, porque las fábricas estaban a saber dios dónde. Para compensar, empezaron a trabajar en el sector servicios. El hijo rico tuvo suerte en cargos con nombres raros (trabajo de mierda de alto standing), el hijo pobre en lo que saliera (trabajo de mierda a secas). Ese modelo se ha impuesto en mayor o menor medida en todo Occidente, pero el problema es que cada equis años la cosa se gripa. Básicamente, el modus operandi consiste en que alguien inventa un mercado de la nada al grito de “es el futuro”, se le riega de pasta (pública, a ser posible) y años después se descubre el tocomocho. La pobre crisis llega a poner orden pero la solución siempre es la misma: batacazo de años y que peche el estado. ¿Cómo? Vía impuestos o recortes para el currito, incluso vendiendo a la abuela a precio de saldo si es necesario. Mientras tanto, seguimos echando mogwais a la olla, negando crédito a la economía real y buscando el siguiente futuro/pelotazo. Recuerden 2008. Los señores fueron unos cracks ahí. Primero, dejaron invertir hasta el calzón en ladrillos y luego, cuando explotó, hicieron una jugada maestra consistente en agotar el crédito a personas y pymes (resultado: a esparragar) mientras por otro lado, con cara de gatitos, pedían rescate al grito de “somos demasiado grandes para fallar”, que básicamente es un “ antes de caer os arrastraré al infierno”. El resultado fue austericidio social, cajas regaladas, deuda privada recalificada para ser asumida por los Estados y después, como siempre, poner la máquina de hacer pasta echando humo pero inyectada directa a bancos y fondos de inversión , porque como todo el mundo sabe, si fulano te roba hoy los 10 euros del bote, mañana le debes dar 300. Seamos honestos, era mejor no preguntar cómo hacían para que la máquina de imprimir billetes aguantase ese ritmo, que son americanos y tienen un ejército que te cagas. En Europa decíamos que teníamos a Merkel (eficiencia alemana), a la Francia de Macron ( político de laboratorio) y a la España de Rajoy (conservador y gallego… fórmula de éxito). El gallego tuvo un problemilla con la ley pendiente de “afinar”, pero lo solucionamos con Pedro Sánchez, que es lo más parecido que hay a un político creado por un algoritmo de Netflix. 2008 terminó con Sarkozy y Obama diciendo que había que refundar el capitalismo… y en 2019 las masa monetaria directamente inyectada a fondos y bolsas era 8 veces mayor, las cadenas de suministro estaban estiradas a la máxima expresión (tu móvil lleva partes de 20 países distintos y se ensambla en una fábrica donde para evitar suicidios ponen rejas) y la plebe tiraba a golpe de tarjeta con trabajos precarios, a veces pidiendo ayuda a los padres. Eso sí, con decir que el PIB subía x nos quitábamos las preocupaciones, en vez de poner orden en un sistema que básicamente no tiene cimientos.

En fin, pilarín… desde 2020 vemos que el tocomocho es general. Primero pandemia, caos general, nos damos cuenta que haber mandado las fábricas al quinto pino igual no era buena idea. Regamos todo con pasta a nivel torrencial con la maquinita a full, la masa monetaria multiplicada al infinito y señores salivando pelotazos varios, porque el mundo no puede parar y los mercados necesitan sus dividendos. Ahí nos enteramos que toda la logística la controlan oligopolios, subiendo el precio del contenedor en 10.000 usd (precio pre-covid:1500). Suma eso y deja que los precios se vayan al cielo porque tienes un estado raquítico e incapaz de frenar la especulación, porque los señores son creyentes de la mano invisible, pero nunca dicen que esa mano por lo general lo que hace es birlarte la cartera. Ese mismo modelo de cartel lo aplicamos a la energía y los combustibles… sí, esas que eran casi públicas en su totalidad hace 30 años y que vendimos aún no sabemos porqué. Para doparlo todo más, una combinación perfecta: un sistema absurdo para calcular el precio de la energía, poca capacidad de decisión y pelearte con tus proveedores de dicho material porque tu jefe el de los pepinos (no el de Almería, el de Washington) quiere seguir siendo el rey del mambo. Ahora andamos diciendo que eso se arregla con dinero para pepinos, dirigidos a Putin y China (Why China? Because Fuck It). Entretanto, la plebe está asustada. Las abuelas ya han sembrado patatas por si acaso y el consumo se está yendo al carajo, salvo para este último homenaje de verano. Las bolsas están sangrando y ya se han cargado al Forum Filatélico 2.0, eso que llaman bitcoin y es una cutrez, porque el Forum por lo menos tenía equipo de Basket y a Sabonis luciendo bigotazo y mullet cani. Así, a la cuenta pasiega, suena que esto va como por unas 15 ollas y unos 40 mogwais, con lo que más pronto que tarde esto tiene que reventar por algún lado, a pesar de los innumerables parches que se llevan intentando poner estos meses, salvo que por milagro laico las élites quieran subir la persiana, que entre la luz y achicharren a los gremlins antes de que se tiren a la olla.

¿Qué va a pasar? Todo el mundo habla de septiembre. ¿La razón? Los señores están en Ibiza, el Caribe, en Sanxenxo y hasta Cantabria, porque las crisis en el fondo son educadas y no quieren jodernos el verano. Ese es el problema de las crisis, que al igual que al amigo responsable, no solemos hacerle caso. No pretendo ser agorero porque para eso están los moderados de derechas clamando el apocalipsis, pero podemos adivinar que va a pasar. Honestamente, no deberíamos tener miedo a la crisis, sólo a la solución propuesta. Viendo antecedentes, se vislumbra que será novedosa y ya trae hasta gallego incluido. Cosas del futuro, donde la oportunidad que va a brindar esta crisis, esa “crisistunidad” de parar el carro y pensar un sistema sin gremlins, parece no tener cabida.

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