Cuando la Armada cogió los diseños de Torres Quevedo para construir el primer porta aeronaves del Ejército

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El Centro Cultural Juan de Herrera de Camargo acoge este viernes una conferencia sobre el inventor cántabro Leonardo Torres Quevedo

El Centro Cultural Juan de Herrera del Alto Maliaño acogerá el viernes, 26 de agosto, a las 19:30 horas la conferencia titulada ‘Leonardo Torres Quevedo y la Armada Española’, coincidiendo con el centenario del portaaeronaves Dédalo.

La charla, con entrada libre hasta completar aforo, será impartida por el profesor Francisco A. González Redondo, profesor titular de Historia de la Ciencia en la Universidad Complutense de Madrid.

El acto está organizado por la Sociedad Deportivo-Cultural de Pescadores de Camargo y la Junta Vecinal de Maliaño, y cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Camargo, entre otras instituciones.

Torres Quevedo patentó en el año 1913 un porta dirigibles que, destaca el ponente, fue probablemente la primera en todo el mundo en el ámbito de la ingeniería aeronaval.

 

Y precisamente, en los años veinte, la Armada española retomó los diseños del ingeniero e inventor cántabro para construir el ´Dédalo’, el primer porta aeronaves del Ejército español, el cual estaba destinado a dirigibles e hidroaviones.

El encuentro servirá además para acercar al público detalles sobre la obra de Torres Quevedo y sobre otras muchas de sus invenciones, así como sobre la repercusión que éstas han tenido posteriormente.

TORRES QUEVEDO

Torres Quevedo nació en 1852 en Santa Cruz de Iguña, Molledo, en Cantabria.

De ascendencia bilbaína por parte de padre y cántabra por su madre, vivió y estudió en la capital vizcaína los primeros años de su vida y, más tarde, marchó a París y Madrid para completar sus estudios como ingeniero de Caminos. Un largo viaje por Europa que pudo realizar gracias a una herencia le sirvió para conocer los últimos avances científicos y técnicos de un mundo que estaba en plena transformación .

A su regreso a España se instaló en su localidad natal, donde, llevado por la curiosidad y espoleado por todos los prodigios que había visto, empezó a centrar su trabajo en la investigación, algo que ya nunca abandonaría.

Allí, en Molledo, inventó y patentó su sistema de transbordador en 1887, en principio destinado al transporte de cargas.

Ya en el nuevo siglo, en 1907, cuando Torres Quevedo era un ingeniero e inventor de reconocido prestigio, instaló en el monte Ulía de San Sebastián el primer teleférico abierto en el mundo capaz de transportar personas.

De hecho, el famoso Transbordador del Niágara, abierto nueve años después, es una evolución de este primer ingenio de Torres Quevedo,

En 1902 creó el Telekino, un invento considerado desde hace diez años por el IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, por sus siglas en inglés) un hito para la ingeniería mundial. Se trataba de un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas por ondas hertzianas, lo que de facto era el primer aparato de radiodirección del mundo, pionero en el campo del mando a distancia.

Torres Quevedo también desvió su atención hacia los cielos. Y, de esa manera, patentó entre 1902 y 1909 numerosos sistemas para el diseño y construcción de dirigibles autorrígidos, que recogían las ventajas de los sistemas precedentes pero eliminaban todos sus inconvenientes.

Infatigable creador, en 1914 presentó en España y Francia la considerada primera manifestación de inteligencia artificial de la historia: el «Ajedrecista”. Se trataba de un autómata con el que se podía jugar un final de partida de ajedrez: torre y rey contra rey.

Patentes sobre máquinas de escribir, un puntero proyectable para ayudar a los profesores en sus explicaciones, la llamada binave -el primer bimarán de casco metálico de la historia, cuyo uso no se haría común hasta finales del siglo XX- o las denominadas máquinas algébricas, artefactos de cálculo analógico en los que una determinada ecuación algébrica se resolvía mediante un modelo físico son algunos de sus inventos.

EL MUSEO

Existe en Cantabria un museo dedicado a su figura, ubicado en el colegio público de Educación Infantil y Primaria de La Serna de Iguña, muy cerca de su casa natal.

El museo o centro de interpretación está instalado en dos aulas cedidas por el colegio para el proyecto y contiene maquetas y facsímiles del archivo personal de Torres Quevedo y otros objetos cedidos por la Asociación Amigos de la Cultura Científica, además de con herramientas interactivas que lo hacen especialmente apto para fines educativos o visitas familiares y de los más pequeños.

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