La concentración que cada lunes hace la Plataforma de Pensionistas de Santander, miembro de la Coordinadora Cántabra por unas Pensiones Dignas, era diferente esta semana: banderas asturianas e incluso alguna txapela.

Lo que sucedía es que los pensionistas santanderinos recibían la visita y el apoyo de compañeros de las plataformas asturianas y vasca –la vasca ha protagonizado multitudinarias concentraciones-, con quienes han coincidido en varias ocasiones ya, en citas como la marcha por las pensiones.

Luciano Gómez Nieto ‘Luqui’, de Barakaldo, trasladaba la solidaridad con los cántabros tras el incidente con una concejala del PP que les instó en una concentración de las habituales a abandonar la concentración al coincidir con una de apoyo al pueblo ucraniano, en un incidente que acabó derivando en una sanción policial y, a su vez, en una denuncia de la Plataforma santanderina ante la Policía.

Desde esta plataforma, que mantiene sus concentraciones, valoraban que se haya conseguido algún avance como el incremento del 8% en la cuantía de las pensiones, y apuntaban a otros retos que necesita el colectivo (desde la Plataforma vienen advirtiendo sobre cuestiones como la atención en las residencias, la reducción de las listas de espera o la mala atención de los bancos, tanto presencial como virtual, o los problemas que ponen las entidades financieras para la cuenta básica, una modalidad de cuenta legislada para colectivos vulnerables o sin ingresos, en los que no se paga ningún tipo de comisión ni depósito, y pese a ello los bancos ponen trabas a cumplir).

Así, incidían especialmente en la situación de las viudas y la discriminación que sufren al percibir un 60% de la base reguladora, cuando en muchos casos son mujeres que vienen de una época en las que se les vetó el acceso al mercado de trabajo, dándose situaciones como que “si se muere la mujer, el marido cobra el 100%, pero si se muere el marido, la mujer cobra el 60%”, lo que es “injusto”.

EN RECUERDO DEL SÁHARA

En lo reivindicativo, y tras un fin de semana de mucha actividad en torno al 8M con el encuentro en la calle de las Asambleas Abiertas Feministas de Cantabria, y con la mirada puesta en la última de las concentraciones de los vecinos del Ensanche de Santander (el jueves, a las 18.00 horas, en la Plaza de Puertochico), centrada en la situación de suciedad y basuras incrementada en los últimos años, la semana comenzaba también mirando al Sáhara, ya que este lunes se conmemoraba el 47 aniversario de la creación de la  República Árabe Saharaui Democrática, con una concentración y la entrega de un manifiesto por parte del Observatorio de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental a la delegada de Gobierno, Ainoa Quiñones.

Una cita en la que no había «nada más que  celebrar que un abandono», según señala el manifiesto, que advierte de la vulneración de los derechos que sufren tanto los residentes en los campamentos como en los territorios ocupados por Marruecos.

Todo ha ido a peor en el último año: a la ruptura del alto el fuego por parte de Marruecos, con un incremento de la presión militar y la hostilidad contra los activistas –con mención expresa a Sultana Jaya, víctima de violencia física y sexual-, suman el abandono tanto de Naciones Unidas como de la Unión Europea como la «puntilla» del giro de político de España.

«Ahora es más necesario que nunca que la Comunidad Internacional  denuncie las graves vulneraciones de los derechos de expresión, reunión, asociación y manifestación de la población saharaui en los territorios ocupados y de todos los derechos inherentes a la integridad física y psíquica de la persona, y que exija que se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas y el respeto a los derechos humanos más básicos que sistemáticamente le son negados a la población saharaui», advierten, además de denunciar el expolio de los recursos naturales saharauis por parte de Marruecos y las empresas.