Los martes el pesquero es distinto: huele a brasas porque los restaurantes ya están abiertos. Siguen llegando proveedores mientras hay camareros, del barrio y de otros países, valga la redundancia, en primera línea, carta en mano, esperando a invitarte a entrar, porque la vida no se para aunque se pare la vida; y en segunda línea, aún no es la una , otros aprovechan para comer porque el pase es mejor hacerlo con el estómago lleno.

El ecosistema, el engranaje que es el Barrio Pesquero (donde, igual que en un barco, todo tiene que funcionar), se ha visto esta semana alterado y este martes, al margen del dolor, cientos de personas se concentraban frente al mar para recordar a sus dos muertos y el desaparecido.

En el Barrio Pesquero, cerca de la lonja, nos encontramos con David, sentado en una esquina con su teléfono en la mano y gesto de preocupación. Es, era, amigo de Kofi, fallecido en el naufragio del ‘Vilaboa Uno’ en donde trabajaba como cocinero. También de Ghana, también 18 o 19 años aquí, trabajando en el mar. Lo mismo que hacían en su país. Pero cuenta que se conocieron aquí en Santander. Que solían quedar y que el pasado fin de semana hablaron por teléfono porque era el cumpleaños de David- 57 años, un par de ellos menos que Kofi-. pero que finalmente no pudieron quedar, así que lo aplazaron para el domingo próximo. Cuando se veían, tomaban un café, unas cervezas, daban un paseo o comían un Kebab, que les gusta mucho a los dos.

En conversación con El Faradio, cuenta que Kofi había vivido en la Calle Castilla, pero que llevaba cinco años ya en Guarnizo. Que no tenía familia aquí, pero sí en Ghana. Mujer y dos hijos. Y que era abuelo, también a miles de kilómetros.

Los que sí están en la concentración, visiblemente afectados por lo sucedido, son la mujer y los dos hijos del marinero que permanece desaparecido, que no ocultaban su indignación por el hecho de haberse enterado del fallecimiento de su padre/esposo a través de las redes sociales y seis horas después del suceso. «Una mujer(su madre) se ha enterado por las redes sociales de que su marido estaba fallecido. Y se ha enterado seis horas después. Nadie se cree que no tenían teléfonos de contacto. Ahora queremos encontrar su cuerpo, necesitamos enterrarlo y llorarlo. Que sigan buscando, que abran una investigación sobre lo sucedido», afirmaba su hija, mientras su otro hijo destacaba que su padre era un hombre muy querido y muy trabajador. «En Santoña, en Santander, en Laredo, en Colindres, mi padre tenía conocidos por todas partes y lo querían muchísimo, como a todos los marineros. Dejen de decir que mi padre se quedó dormido porque mi padre era una persona aguerrida y trabajadora».

En el barrio también hay quien tiene la teoría de que el barco podía haber cogido una carga excesiva y por eso «se reviró», como afirma un tío de Paco ‘El Fali’, para quien resulta muy raro que los pescadores no tuviesen tiempo de coger las balsas. «ya ves, un mes y medio le quedaba para jubilarse, para vivir, porque no ha conocido otra cosa que todos los días en la mar».

De momento, continúan las labores de búsqueda del marinero desaparecido.