El Centro Botín mide el impacto de sus programas para el desarrollo de la creatividad a través de las artes en adolescentes

Junto al Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, y con la colaboración de la Consejería de Educación y Formación Profesional del Gobierno de Cantabria, el Centro Botín ha puesto en marcha una investigación para medir el impacto de su curso “Artes, Emociones y Creatividad” en estudiantes de 2º y 3º de la ESO
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El Centro Botín comienza a medir el impacto de su curso “Artes, emociones y Creatividad” para el desarrollo de habilidades emocionales y creativas en adolescentes de 12 a 15 años, estudiantes todos ellos de 2º y 3º de la ESO en el IES Alberto Pico y el IES Villajunco, ubicados en la capital cántabra. Esta medición se enmarca en la línea de trabajo que el centro de arte de la Fundación Botín desarrolla desde el año 2013 con el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, y que se basa en la idea de que las habilidades emocionales y creativas se pueden enseñar y aprender y, lo que es más importante, que las artes son un poderoso vehículo para este aprendizaje.

La creatividad ha sido designada por el Foro Económico Mundial como una de las diez competencias fundamentales para los profesionales del futuro. El Centro Botín, desde hace más de 10 años, colabora con el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale con el objetivo de generar un modelo teórico que explique el papel de las emociones en el proceso creativo y cómo las artes contribuyen al desarrollo de la creatividad.

En los últimos cinco años, el Centro Botín ha venido aplicando todo ese conocimiento en su programación, creando, implementando y evaluando cursos, talleres y programas para niños, familias, adolescentes y adultos. De las investigaciones desarrolladas hasta el momento se extraen conclusiones importantes, como la mejora en personas adultas de un 47 % de la capacidad de generar ideas originales tras la realización del curso en el Centro Botín (mejora que se mantiene en un 25 % dos meses después de haberlo finalizado) y una mejora del 21 % tras realizar el curso en la capacidad de analizar un problema desde distintos ángulos, lo cual es el paso previo fundamental para ser capaz de resolverlo con éxito.

En niños y niñas, los resultados también han sido muy positivos ya que la realización del curso de desarrollo de la creatividad a través de las artes mejoró de forma significativa su comportamiento creativo, una mejora que se mantuvo dos meses después. Además, los participantes en este curso fueron capaces de generar un 40 % más de ideas (lo cual es muy importante, ya que cuantas más ideas se generen más posibilidades hay de que se encuentren mejores soluciones a los problemas); en concreto, tras el curso, las ideas generadas eran un 68 % más originales. En cuanto a la capacidad de analizar y definir problemas, la mejoría en los niños y las niñas fue de un 75 %. Además, el 95 % de los niños considera que son capaces de expresar mejor sus sentimientos y entender mejor cómo se sienten otros; y el 58 % dice haber aprendido nuevas habilidades creativas, usar mejor los materiales, entender que la primera idea que nos viene a la cabeza no es siempre la mejor o ser capaces de generar diferentes ideas para resolver sus problemas.

Ahora, y tras haber implementado en diversas ocasiones el curso para el desarrollo de la creatividad a través de las artes en adolescentes, el Centro Botín comienza una evaluación científica para conocer el impacto de dicha formación en los adolescentes, recabando a través de esta medición información relevante para avanzar en estas investigaciones y mejorar esta línea de trabajo tan prioritaria para la institución cántabra.

Según Fátima Sanchez, directora ejecutiva del Centro Botín, “los cursos creados junto al Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale permiten aprender y poner en práctica, progresivamente y a través de diferentes sesiones, habilidades emocionales y creativas que permiten a los participantes la autoexpresión y un proceso de práctica necesaria para su enriquecimiento y crecimiento personal. Ya se ha medido y comprobado en niños y personas adultas y, gracias a este trabajo, próximamente podremos analizar su eficacia en los adolescentes”.

Por su parte, la doctora Zorana Ivcevic, directora del Laboratorio de Creatividad y Emociones del Yale Center for Emotional Intelligence e investigadora principal de la línea de investigación en artes, emociones y creatividad de la Fundación Botín y la Universidad de Yale, asegura que “el propósito de esta colaboración con la Fundación Botín siempre ha sido aportar conocimientos científicos y desarrollar prácticas docentes que ayuden a construir una sociedad más creativa e innovadora”, algo a lo que sin duda contribuirán estos nuevos resultados.

Una medición en tres fases

Gracias a la colaboración de la Consejería de Educación y Formación Profesional del Gobierno de Cantabria, alrededor de 100 estudiantes de dos institutos públicos de Santander (el IES Alberto Pico y el IES Villajunco) participan en esta investigación divididos en dos grupos (uno control y otro experimental). Así, mientras el grupo en su totalidad ya ha realizado las pruebas test y mediciones previas a la intervención, ahora es el grupo experimental el que ha comenzado a realizar el curso, compuesto por 6 sesiones, mientras el grupo control de momento no recibirá formación alguna y, tras la medición final y una vez terminada la investigación, tendrán la oportunidad de realizar la formación aquellos que lo deseen.

El estudio se lleva a cabo en tres fases, constando la primera de ellas de una encuesta general a los cien alumnos participantes antes de comenzar las sesiones con el grupo experimental, pudiendo así contrastarse las diferencias entre unos y otros una vez realizado el curso. La segunda medición se realizará justo tras terminar el curso, comprobándose los cambios inmediatos en el desarrollo de estas habilidades. Por último, se desarrollará una tercera medición cuatro semanas después, unos resultados que permitirán confirmar la prevalencia de los conocimientos adquiridos a lo largo del tiempo. Culminadas estas tres fases, se realizará el análisis de datos que arrojará luz sobre los beneficios de participar en este tipo de actividades para el desarrollo de las habilidades emocionales y creativas en los adolescentes.

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