Tras el terremoto de hace semanas en Marruecos, han aflorado todo tipo de problemas humanitarios que requieren ayuda, desde la pérdida de vivienda o educación hasta necesidades alimentarias.

Desde la Coordinadora Cántabra de ONGDs, expertos en cooperación al desarrollo, recomiendan como la mejor fórmula el envío de dinero a las asociaciones que trabajan sobre el terreno, al ser las que mejor conocen las necesidades directas y tienen más capacidad de maniobra (en la crisis de Ucrania hubo camiones que se fletaron con material que tuvo dificultades para pasar de Polonia, por ejemplo), frente a la tendencia al envío de material que supone una serie de complicaciones extra: desde el gasto en combustible a las necesidades de almacenaje y conducción, sin olvidar que muchas veces se puede recopilar material que no sea el que más se necesite allí.

Ruta6, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs y muy arraigada en Cabezón de la Sal, lo ha puesto en práctica,

Este ONG es muy activa y desarrolla muchas acciones para ayudar a un orfanato en Nepal: para recabar fondos organizan iniciativas en colaboración con entes como la comunidad educativa local (colegios e institutos) y venden camisetas, etc, en su sede.

Ahora desde Ruta6 miran a una organización que trabaja en Marruecos y con la que tienen contacto a través de distintas iniciativas en las que han colaborado. Es a ella a la que dan visibilidad o hacia la que canalizan acciones de cooperación.

Se llama Acción Geoda y trabaja para favorecer el desarrollo sostenible de la población rural en zonas desfavorecidas del Alto Atlas marroquí. Para ayudarles, han puesto en marcha desde una recaudación de fondos, activa hasta el 30 de septiembre, hasta acciones como las que ha puesto en marcha el IES Besaya.

Fue fundada por un grupo de amigos y amigas amantes del deporte de montaña que viajaron al Atlas marroquí. Tras conocer la realidad en la que vivían estos pueblos y escuchar sus necesidades, decidieron poner en marcha iniciativas de recaudación y un proyecto con el que impulsar el desarrollo sostenible de la zona, defender los derechos humanos y respetar el medio ambiente y los recursos naturales.

Trabajan de manera horizontal con un equipo fijo desde Madrid (15 personas) que trabajan junto a contrapartes locales.

Desarrollan proyectos como el Proyecto Tessaout, localizado en el Valle del río Tessaout, en el centro del Alto Atlas, en la comarca de Ait Tamlil, ubicada a 175km de Marrakech.

El desarrollo económico disfrutado en los últimos años en algunas zonas de Marruecos apenas ha llegado a las aldeas del Atlas, donde la falta de acceso a recursos como sanidad, agua, luz… sigue siendo protagonista.

La economía de la zona es de subsistencia: pequeños huertos, rebaños de cabras y algunos nogales son las únicas fuentes de ingreso disponibles.

Sobre las mujeres recaen la mayoría de las responsabilidades: recoger el agua del río, cortar y acarrear leña, el cuidado de los hijos y de los animales, así como el resto de las labores domésticas.

La mayoría de los hombres de la zona tienen que emigrar a zonas costeras o grandes ciudades de producción agrícola para poder ganar dinero.