Cuando trabajadoras y dirección de la conservera Atunlo se sentaron en la mesa de negociación para hablar de los despidos que la empresa justificaba por su mala situación económica, una de las cosas que planteó también es que la alternativa era un concurso de acreedores.

El concurso es una figura legal a la que se acogen las empresas cuando no pueden hacer frente a todos sus pagos, encomendándose a un administrador judicial que estudia la situación y decide rebajas en las deudas y aplazamientos (quitas y esperas), si se logra el saneamiento, u otras medidas, como la venta o la liquidación, el cierre de la sociedad.

Por eso en Comisiones Obreras tachan directamente de “traición”, “vileza”, “deslealtad” y “mala fe” el paso conocido ahora por Atunlo cuando, tras firmarse el acuerdo laboral, ha anunciado e concurso de acreedores que usó como amenaza durante las negociaciones, asegurando que recurriría a ella de no haber acuerdo.

La diferencia no es poca: el acuerdo aceptado permitía al menos despidos e indemnizaciones económicas, mientras que el concurso de acreedores suma incertidumbres, como mínimo y si todo va bien, retrasos en los pagos, posibles reducciones, pero, si no, directamente la liquidación, que aboca a las 83 trabajadoras al FOGASA (Fondo de Garantía Salarial, que se hace cargo de esos impagos, pero caracterizado por los retrasos).

“Atunlo ha faltado al respeto a 83 personas y sus familias, que lo único que querían eran cerrar etapa y que les pagaran sus salarios e indemnizaciones” pues, tal y como se ha recordado desde el sindicato, “se trataba de una plantilla muy feminizada con sueldos al borde del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)”.

Para CCOO de Industria, la plantilla ha recibido la noticia” con enorme consternación y preocupación y no da crédito a este último movimiento que ahora deben esperar a que los administradores concursales emitan el certificado de deuda para poder acudir al Fondo de Garantía Salaria (FOGASA) y que éste se haga cargo de las indemnizaciones”.

«Se sienten defraudadas y estafadas por la empresa y encima no entienden por qué ellas son las perjudicadas cuando en la planta de Galicia sí que están cobrando. Vamos a convocar a una asamblea a la plantilla para ver qué hacemos pero ya estamos estudiando las medidas legales oportunas para acabar con esta traición por parte de Atunlo», ha señalado Alejandro Lirón, negociador de CCOO en Atunlo.

Al acuerdo se llegó siguiendo la voluntad de la plantilla y buscando que fuera lo menos lesivo posible, y ya entonces advirtieron de que no les gustaba el chantaje usado con la amenaza del concurso de acreedores. Pero al menos consiguieron logros como el incremento de la antigüedad, la garantía de pagos o bolsas de empleo para los más mayores.

EL SECTOR CONSERVERO, EN DESMANTELAMIENTO

Desde CCOO de Industria se ha subrayado que detrás de este cierre en realidad se esconde una reconversión que cada vez es más común en el sector conservero, que opta por comprar productos fabricados en otros países que después comercializan aquí.

«Se están cargando la industria conservera y destruyendo miles de empleos de un trabajo que es muy artesanal y sinónimo de calidad. Seguro que esta empresa vuelve a surgir dentro de un tiempo pero, claro, los y las trabajadoras ya están en la calle», criticaron ya durante las negociaciones

MOVIMIENTOS EMPRESARIALES QUE FORZARON LA SENSACIÓN DE PÉRDIDAS

Desde USO, por su parte, alertaron también de los movimientos y tensiones dentro del grupo empresarial de Atunlo, ya que los beneficios se redujeron por una subida de precios localizada, lo que les hizo pensar que en realidad se estaba optando por “sacrificar” la planta de Santoña en beneficio de otras del grupo.

Este mismo sindicato ha decidido presentar más de medio centenar de demandas por despido improcedente. USO se reivindica como la única formación que ha acompañado a los trabajadores esta mañana en la entrega de la documentación del ERE por parte de la empresa, ha acordado con una mayoría de trabajadores el inicio de una acción jurídica en defensa de los intereses de éstos.

Para USO, la actitud de la empresa Atunlo es reprobable y así lo ha manifestado desde que se analizó la documentación del ERE. Por ello, la postura del sindicato fue oponerse a la firma del acuerdo sabiendo que era muy improbable el cobro de las indemnizaciones dada la estrategia mantenida por la empresa.

«Atunlo Santoña ha jugado con una plantilla harta de la situación y que sólo quería pasar página. Atunlo ha vuelto a engañar a los trabajadores y a alguna formación sindical que pensaron buscar la salida más rápida sin contar con la nula intención de la compañía en indemnizar a los trabajadores», dice el sindicato en una nota de prensa.

Esta misma mañana, «una gran mayoría de los trabajadores que acudieron a la planta no ocultaron su profundo malestar por el engaño al que se vieron conducidos, y que desembocó en la firma del acuerdo de cierre, por parte de los representantes de la empresa y alguna representación sindical», concluyen.