Esquinas de la Memoria

Tiempo de lectura: 4 min

Es una calurosa mañana de verano en una esquina de un barrio lejano al centro de la capital de Buenos Aires. Un grupo de personas de todas las edades, jóvenes y mayores, de pie y sentados en sillas de plástico, miran a una esquina entre dos calles en la que solo destaca una sencilla casa con un pequeño jardín. Ahí, en esa casa secuestraron a Ana María Caruso y Roberto Carri y a sus tres hijas de 3, 11 y 15 años, hace hoy cuarenta y siete años. Las niñas fueron más tarde depositadas en la casa de sus abuelos, pero nunca volvieron a ver a su madre y a su padre.

Este acto brutal se dio incesantemente en la Argentina entre 1976 y 1983 hasta contar treinta mil desaparecidos y asesinados por la dictadura militar. La escena de hoy es un reconocimiento, un homenaje que como tantos otros se ha hecho esperar demasiado. Representa además un acto de resistencia a la ignominia, al olvido y al sinsentido de un gobierno bufón que ha estrenado hace poco mas de dos meses una etapa política tornada en espectáculo bochornoso. Una némesis negadora de los crímenes que hasta los militares han reconocido y por los que han sido juzgados y encarcelados.

Resistir hoy más que nunca. Las abuelas de mayo han dado paso a las nietas cuyas vidas se truncaron a una edad en la que dejaron de ser niñas para pasar a ser víctimas, en un tiempo reconocidas y ahora negadas. Huérfanas marcadas para el resto de su existencia, que lucharon por dejar de ser todo eso para marcar una impronta propia que salvaguardara la ética de sus progenitores y su sueño de una sociedad justa y libre. Albertina Carri, hija de Ana María y Roberto da testimonio de ello en su película “Los rubios”, haciendo un viaje por la memoria desde las ausencias.

Hoy en esa esquina se revive aquel día que pervive en la memoria de la familia, amigas, amigos y activistas camaradas de la época de Ana María y Roberto. Las vecinas y vecinos de edad avanzada cuentan en pequeños corrillos como lo vivieron desde sus casas, sin atreverse a salir a la calle. Un silencio cautivo que perduró hasta que se pudo empezar a hablar, y entonces fueron miles los testimonios del horror.

Ese silencio roto se trata de imponer hoy de nuevo en la Argentina, amordazando y apaleando a la población que sale a las calles, a sus plazas y esquinas a gritar su desacuerdo con unas medidas que tratan de hacer retroceder un siglo al país, eliminando la estructura pública y social en la que se han gestado los derechos de la ciudadanía. Todo para el enriquecimiento obsceno de una clase corrupta y ominosa que mientras predica el mantra canalla de que los pobres y las clases medias enflaquecidas viven por encima de sus posibilidades, se llevan el dinero del país a paraísos fiscales a la vuelta de la esquina.

Cómo nos debe resonar esto en España, donde ni siquiera ha habido un proceso a los crímenes del golpe de Estado y la dictadura franquista. Hoy día, en el marco de una coalición de gobierno progresista se niega la memoria democrática en comunidades autónomas como Cantabria o Aragón a través de la derogación por parte de sus gobiernos de pacto con la ultra derecha de una ley que es de ámbito estatal.

¿Dónde están nuestras esquinas, plazas y parques de la memoria? Las familias de las víctimas de entonces siguen resistiendo en muchos lugares, uniendo esfuerzos sin el apoyo debido del Estado y esperando que algún día se restituya el reconocimiento y la dignidad negada a sus muertos y desaparecidos.

Pero si estamos así con un gobierno de coalición progresista, ¿qué va a pasar si un día amanecemos con un gobierno de coalición de la ultraderecha con la reultraderecha de viejo cuño franquista? Uno que se parezca al actual de la Argentina y a tantos otros que van arrasando con el credo del ultra neoliberalismo,l levándose por delante al planeta y sus habitantes.

¿Despertaremos ahí o seguiremos viviendo adaptándonos en la pesadilla? adquiriendo de nuevo viejos hábitos y silencios que creíamos propios de un tiempo pasado que ya nunca iba a volver. Nunca más, repetimos en ambos lados del océano. Nadie lo podía creer en la Argentina, pero sucedió. Habrá que poner el despertador, como cuando tenemos algo muy importante a lo que acudir y no podemos permitirnos que se nos pase.

 

  • Este espacio es para opinar sobre las noticias y artículos de El Faradio, para comentar, enriquecer y aportar claves para su análisis.
  • No es un espacio para el insulto y la confrontación.
  • El espacio y el tiempo de nuestros lectores son limitados. Respetáis a todos si tratáis de ser concisos y directos.
  • No es el lugar desde donde difundir publicidad ni noticias. Si tienes una historia o rumor que quieras que contrastemos, contacta con el autor de las informaciones por Twitter o envíanos un correo a info@emmedios.com, y nosotros lo verificaremos para poder publicarlo.