“Estoy cumpliendo con lo que el Diego de 10 años quería ser cuando fuera mayor”

Diego de Domingo, bailarín y actor cántabro, en el reparto de ‘Grease. El musical’, que ha representado seis funciones este fin de semana en el Palacio de Festivales
Tiempo de lectura: 4 min

La de este fin de semana no ha sido una sesión de representaciones más para Diego de Domingo, y no sólo por las seis representaciones de Grease en dos días, en las que ha interpretado a Doody, uno de los amigos de Danny Zuco y que proporciona alguno de los momentos más divertidos del ya clásico montaje.

Para él, ha sido estar en casa, sobre el mismo Palacio de Festivales en cuya escuela de arte dramático empezó a asomarse a las tablas a los nueve años, de la mano de Roberto y Luli, en el mismo lugar donde participó, con la Escuela, en ‘Matilda’ u ‘Oliver Twist’.

Diego de Domingo

Incluso donde actuó por primera vez a lo grande, interpretando al pequeño Kurt en ‘Sonrisas y lágrimas’, ya que la productora elegía para algunos papeles a niños de las ciudades por las que pasaba, y Diego fue elegido para ese papel, por cierto, por una cántabra con la que se ha cruzado varias veces en su carrera, Carmen Márquez.

Suyo fue el consejo, la frase, ese “el no ya lo tienes”, así que “hay que luchar por conseguir el SÍ y, en esta profesión, no se consigue sentado en el sofá de casa”.

No fue, por cierto, un comienzo común, porque empezó directamente girando.

“Ha sido un regalo poder actuar delante de tantas personas, entre las que había más de 400 conocidos. No he podido evitar que se me pusieran los pelos de punta y dejar caer alguna lágrima al escuchar sus gritos. Ha sido algo que me llevaré para siempre”, contaba a EL FARADIO entre función y función Diego, 24 años de edad.

Actor y bailarín, aunque más bailarín que actor, Diego se siente “un privilegiado” por haber podido trabajar con una productora de musicales “de esta envergadura”, Som Produce, con la que trabó relación ya en ‘Sonrisas y lágrimas’ y en la que hemos podido ver, por cierto, a otro cántabro, Jaime Zataraín, en ‘Priscila. Reina del desierto’.

“Estoy cumpliendo mi sueño. Estoy cumpliendo con lo que el Diego de 9 ó 10 años quería ser cuando fuera mayor”, confiesa.
Sería fácil dejarlo ahí, en una historia de éxito, en esa representación en un musical de éxito ante el público del Palacio, con más de 400 personas queridas y conocidas en las butacas.

Pero sería dejar de contar la parte de esfuerzo, dedicación y formación, mucha formación, que sigue habiendo detrás: en la carrera de Diego se cruza la formación, que en Cantabria también tuvo con Rosa Casuso, a quien convenció de que le acogiera pese a que no solía trabajar con niños.

A los 18, cuando decidió apostar por ser profesional, se fue a Madrid a seguir con la formación: danza, también canto, que compagina con sus estudios de Magisterio y con todo lo que supone marcharse de casa, adaptarse a otra ciudad, otro ritmo, otra gente: “fue duro, pero puedo decir muy seguro que ha merecido la pena”

Igual que sería fácil presentar esto como una historia que obvie el sudor de los ensayos y todo el duro trabajo que sigue habiendo por delante, también lo sería para Diego caer en mensajes de otro tipo.

Preguntado por los consejos que daría a jóvenes cántabros que quieren dedicarse profesionalmente a ese mundo con ese punto de partido, el hacerlo desde fuera de los grandes centros de producción cultural, su primer consejo es “que no tenga miedo”.

“Que se forme todo lo que pueda, primero en Cantabria y luego fuera. Que haga el trabajo de establecerse metas a corto, medio y largo plazo y vaya dando pasitos para ir llegando a ellas. Que no deje de intentarlo por mucho que escuche que las artes son un hobby y no una profesión de verdad”, continúa.

Y aporta experiencia y realismo: “hay que luchar con una lógica y sabiendo que los objetivos o metas deben que ser flexibles y puede que mientras nos dirigimos a ellos, cambien”. Además, remarca que “el mundo artístico es muy amplio, cada disciplina tiene mil especialidades y debemos ir buscando nuestro hueco dentro de las artes”.

Un factor importante para estas carreras es la familia, la importancia de que los padres “respeten las decisiones de sus hijos”. “Tener una red de apoyo en casa es vital. Si desde casa nos dicen que no lo vamos a conseguir y no nos animan…pues se reducen las posibilidades de conseguirlo. Y esto no lo digo yo, lo dice la psicología”, señala, matizando que “una cosa es dar un punto de vista diferente y otra muy distinta es dirigir al 100% la vida y las decisiones de los hijos”. “No hay peor cosa que arrepentirse de una decisión que no es tuya”, defiende.

  • Este espacio es para opinar sobre las noticias y artículos de El Faradio, para comentar, enriquecer y aportar claves para su análisis.
  • No es un espacio para el insulto y la confrontación.
  • El espacio y el tiempo de nuestros lectores son limitados. Respetáis a todos si tratáis de ser concisos y directos.
  • No es el lugar desde donde difundir publicidad ni noticias. Si tienes una historia o rumor que quieras que contrastemos, contacta con el autor de las informaciones por Twitter o envíanos un correo a info@emmedios.com, y nosotros lo verificaremos para poder publicarlo.