…Con Palestina

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«Déjenme hablar mi lengua árabe antes de que también sea ocupada.
Déjenme hablar mi lengua materna antes de que también colonicen su memoria.» Rafeef Ziadah

Podríamos hablar del concepto de sionismo y de su fundador Theodor Herzl cuando escribió Judenstaat (El estado de los judíos) y de lo que era el proyecto de construir un estado. Que Palestina no fue su primera opción, sino que había otras como Uganda, Kenia, o incluso Argentina. De como eligió Palestina por el componente religioso y simbólico que permitía recuperar la leyenda de la “tierra prometida” y convertirla en un agente movilizador e identitario usando la religión como agregador para un proyecto político colonizador.

Se podría hablar de como este proyecto se desarrolló primero dentro del Imperio Otomano y luego dentro del Imperio Británico quien, a su vez, para buscar apoyos en el escenario de la Primera Guerra Mundial, no dudó en alimentar movimientos nacionalistas que debilitaran al enemigo “turco”. Y no importaba que fueran árabes o judíos si con ello lograban desestabilizar a la Gran Media Luna. Para luego repartirse con Francia los territorios mediante acuerdos secretos de Sykes-Picot donde Francia se quedaría con Líbano y Siria y Gran Bretaña con Transjordania (actual Jordania), Palestina e Irak. Comenzando lo que el sionismo denominaría la «colonización blanca».

Y de cómo luego con la Declaración Balfour de 1917 se comprometían a permitir la creación de “un hogar nacional judío en Palestina”, lo que fomentó la colonización sionista de la Palestina Histórica expulsando a los pobladores de esos territorios. De que tras la Segunda Guerra Mundial, y en pleno contexto descolonizador, el Imperio Británico incumple las promesas realizadas y delega en las Naciones Unidas la solución del denominado como “Problema Palestino”, para lo cual en noviembre de 1947 se aprueba la Resolución 181 que permitía la división del territorio en dos Estados –uno judío y otro árabe, pese a que la población seguía siendo mayoritariamente árabe (cristianos y musulmanes) y la judía tenía alrededor del 6% de la tierra.

Podríamos hablar de la creación unilateral de Estado de Israel en 1948 que acaba expulsando a más de la mitad de la población palestina convirtiéndoles en refugiados  sin poder volver a sus hogares, que fueron repoblados por colonos judíos generando una diáspora palestina donde muchos acabarían en Cisjordania, Gaza y Jerusalén.

“No menciones las palabras apartheid y ocupación, porque mis versos serán hoy una poesía masacrada. Porque nosotros enseñamos Vida, Señor…” Rafeef Ziadah

Podríamos hablar de intereses económicos y geo-estratégicos, de fundamentalismo o de integrismo religioso,  de apartheid y ocupación, de neo imperialismo o colonialismo del s.XXI consolidado durante la segunda mitad del s.XX. Podríamos hablar de responsabilidad histórica, de petróleo y de intereses, podríamos hablar de muertes, de muchas muertes, de asesinatos que desconocen el color de la piel o el credo. Podríamos hablar de muertos, de demasiados muertos. Podríamos llenar los huecos que este relato con narrativas construidas a la medida de los verdugos. De intifada, de altos del Golán, de David contra Goliat, de miedo inoculado para no enfrentar la realidad, de espirales de violencia y de silencio. De a quien beneficia el sempiterno “cuanto peor mejor”, de atentados que asesinan impunemente. E imagino que de muchas cosas más.

Pero también podríamos hablar de la víctimas que ahora mismo están siendo matadas, literalmente, de hambre en lo que parece una estrategia que utiliza el hambre como arma de guerra. El hambre como arma de guerra a una población palestina donde casi la mitad son niños y niñas. Y antes de mencionarles podríamos pensar que necesitamos buscar una forma de contar lo que está pasando que me de la coartada para no hacer nada, para mirar hacia otro lado, porque todo parece demasiado complicado. Y no lo es.

Porque también podríamos poner el foco en  solidarizarnos con quienes están sufriendo esta ocupación, con quienes están siendo utilizados como moneda de cambio. Con quienes solo quieren vivir, sobrevivir en su tierra, de la que solo queda un pedazo cada vez mas pequeño, cada vez mas de arena, cada ve mas arrebatado, cada vez más campo de concentración. Quizás si ponemos el foco en la salvaje vulneración de los derechos humanos que se está cometiendo ahora mismo en Gaza con la población Palestina, con las personas que allí están. Tal vez eso le quite algunas capas a tanto discurso construido para que no veamos algo tan obvio como el hecho de que les están matando, no sólo de hambre. Demasiadas víctimas colaterales de tanto bombardeo, de tanto objetivo llamado “militar” que solo asesina a civiles.

Uno de los objetivos del próximo viernes y sábado, 29 y 30 de Marzo, en la Asociación Cultural Octubre (Sierra Pando 317. Torrelavega) es ese. Para ello, y dentro de los “ENCUENTROS SOLIDARIOS CON PALESTINA”  el viernes se proyectará el documental  “GAZA” (20.30 hrs) dirigido por Carles Bover y Julio Pérez del Campo y  ganador un premio “Goya” al mejor documental en el año 2019. Paralelamente, en el espacio expositivo de la Asociación se inaugurará la exposición fotográfica “PALESTINA, VIVIR BAJO LA OCUPACIÓN” de Samar Hazboun, Osama Silwadi, Fátima Shbair y Diego Ibarra.
Esta exposición está cedida por la Associació catalana per la Pau.

En la joranda del sábado diferentes artistas, cantantes, músicos,  poetas, actores y actrices de Cantabria formarán parte de la GALA ARTÍSTICA  con el objetivo es recaudar fondos para “PALLASOS EN REBELDÍA”; una de las pocas organizaciones que aún están sobre el terreno respondiendo de forma directa a las necesidades básicas de la población. Intentando, entre muchas otras cosas, evitar que les asesinen de hambre.

Entradas disponibles en las librerías La Libre (Santander) y Dlibros (Torrelavega). Precio: 10 euros (Todo lo recaudado se destinará de forma integra a esta causa).

“(..) No bailaré al ritmo de su tambor de guerra. Yo no voy a estallar por usted. Yo no voy a odiar por usted, ni siquiera voy a odiarlo a usted. No voy a matar por usted. Especialmente, no moriré por usted. No voy a llorar la muerte con asesinato ni suicidio. No me pondré de su lado ni bailaré con bombas porque todos los demás están bailando. Todos pueden estar equivocados. La vida es un derecho, no un daño colateral o casual. No olvidaré de donde vengo. (…) “

Suheir Hammad

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