“Ya está bien de no tomarse en serio que el mundo, mi hermano, se puede romper”.

Con esta estrofa arranca Ya está bien, el tema compuesto por el artista cántabro Mario San Miguel, convertido ya en el himno de quienes resisten en la comarca de Trasmiera frente al proyecto de macroplanta de biogás en Las Pilas, en el municipio de Hazas de Cesto, que, como publicó EL FARADIO, está promovida por Goldman Sachs.

Goldman Sachs, detrás del proyecto de planta de biogás en Hazas de Cesto

“Ya está bien de romper las raíces, porque a mal de tierra no se la debe vender”, repite la canción a modo de estribillo. Una llamada contra lo que los vecinos consideran un modelo de desarrollo destructor y desconectado de las necesidades del entorno rural.

La oposición está organizada en torno a la Asociación Stop Macroplanta, que ha promovido movilizaciones, asambleas, boletines informativos y actos públicos, incluyendo una multitudinaria marcha popular celebrada el pasado 30 de marzo, bajo el lema “5 kilómetros para vivir en paz” a la que asistieron más de 1.500 personas.

Desde entonces, la movilización ha ido a más. Cada semana se edita en Instagram el boletín vecinal Macroplanta News, y el próximo jueves 16 de mayo, a las 20:00 horas, se celebrará una nueva charla informativa en el Grupo San Francisco (c/ San Francisco 43 bajo, Santander).

Cultura, palabra y territorio

San Miguel condensa en su canción la crítica a un modelo que anestesia, margina y expulsa:

“Ya está bien de mirar con su ceguera, ya está bien de atontarnos con los precios, ya está bien de creer sus especismos, ya está bien de sentirnos marionetas”.

Pero la canción también es una propuesta: una forma de acción colectiva desde lo pequeño, desde el arraigo y el cuidado.

“Hombres y mujeres, pequeños en lugares, pequeños vamos a hacer cosas pequeñas, que el mundo cambiará”, canta el autor, enlazando con una visión del cambio que nace desde abajo.

Frente a los macroproyectos impuestos desde fuera, los vecinos reivindican otro modo de estar en el mundo.

“Mis manos son pequeñas frente a los grandes problemas, pero frente a estos mis manos van a estar”, concluye el tema.

🎧 La canción

Y apoyar la campaña a través de la petición en Change.org, donde miles de personas han mostrado ya su respaldo, mientras se preparan para la manifestación, más amplia, del sábado 31 de mayo a las 12:00 horas en Santander, con salida desde la plaza de Correos, bajo el lema ‘¡No a las macroenergéticas! Montañas y pueblos vivos’.

AMPLIANDO ALIANZAS

En el boletín, explican su colaboración con más de una treintena de asociaciones y plataformas ciudadanas en todo el país que comparten una preocupación común: el impacto social y ambiental de los macroproyectos de biogás en zonas rurales.

Desde Cádiz hasta Soria, pasando por Madrid, Murcia o Castilla y León, estos colectivos denuncian que la proliferación de macroplantas responde a un modelo energético “depredador” que convierte a las comarcas rurales en “zonas de sacrificio”, lejos de los centros de decisión política y económica. La Asociación Stop Macroplanta ha recopilado y difundido una lista de organizaciones con las que mantiene contacto, como muestra de una resistencia creciente frente a estos proyectos.

Entre las agrupaciones mencionadas figuran Stop Biogás SB Arcos de la Frontera (Cádiz), Plataforma Salvemos La Coronada (Badajoz), Asociación de vecinos de Milagros (Burgos) o la Plataforma SB Fuente Álamo (Murcia), entre muchas otras. Todas ellas comparten una oposición frontal a la instalación de plantas que consideran sobredimensionadas, mal ubicadas y poco transparentes en sus procesos de autorización.

En el caso concreto de Hazas de Cesto, la Asociación reitera que su oposición no va dirigida contra la tecnología del biogás en sí, sino contra lo que consideran una desviación interesada de sus principios originales. Critican que el proyecto propuesto por la empresa Verdalia —con capacidad para tratar hasta 150.000 toneladas anuales de residuos— incumple criterios básicos de sostenibilidad, proximidad y seguridad.

Entre los principales argumentos que exponen para rechazar la planta, destacan seis motivos que califican de “peligrosos”:

1. Su ubicación a menos de un kilómetro de varios núcleos habitados, cuando, según los colectivos, debería situarse al menos a cinco kilómetros.

2. La cercanía al nacimiento de un río, algo que consideran “perverso” por el riesgo de contaminación de aguas subterráneas.

3. La elección de un lugar “inadecuado” desde el punto de vista técnico y ambiental, sin justificación conocida.

4. El sobredimensionamiento del proyecto, que multiplica las emisiones de CO2 asociadas al transporte de residuos, con lo que se desvirtúa su pretendido carácter “verde”.

5. La existencia ya de otro foco de contaminación en la zona, lo que podría generar sinergias nocivas para la salud.

6. La posible mezcla de residuos de distintos orígenes, tanto industriales como urbanos, que podría convertir el emplazamiento en un foco de emisiones peligrosas.

La plataforma recuerda que la producción de biogás puede ser útil si se hace con criterios de cercanía, escala adecuada y responsabilidad social, y afirman que existen modelos alternativos y empresas más respetuosas que no están siendo consideradas por las administraciones públicas.

En este sentido, reclaman una legislación clara y garantista que establezca límites y condiciones a estos proyectos, y lamentan la “pasividad” de las autoridades autonómicas y estatales. Según denuncian, la ausencia de regulación ha facilitado un “negocio especulativo” que amenaza el equilibrio ambiental de muchas comarcas.

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