Fotografía: Leo López

David Cepo – “No cruces los brazos”- Sala Argenta – 9 de mayo (doble sesión)

La sala Argenta presentó el viernes pasado un doble lleno al que solo faltaron los espectadores retrasados. Craso error de estos; cada pareja, trio o cuarteto corraliego era interpelado desde el escenario por el cómico David Cepo (Madrid, 1988) para conocer los porqués: que si es culpa de este, que si el Nissan no encontraba sitio donde aparcar, que nos hemos equivocado de hora… todo a pantalla grande. Un sistema este de cámaras apuntando al público que sirve para hacer entretenidos los prolegómenos donde cada enfocado/a saludaba divertido y en un 80% se daba un beso con el acompañante. Diversión oscular asegurada.

La utilización del público continuó cuando apareció en un escenario casi vacío David (siempre con una pantalla gigante detrás) dando a conocer a un carpintero, a una jefa de camareros, a un militar que se va al Líbano, a la peña de Los Corrales… Continuo vacile que ahora llaman ‘teatro de cercanía’. Una hora con este esquema trufado a veces con algún chiste, muchos sucedidos y algunos lugares recurrentes: supermercados (Mercadona), aerolíneas (Ryanair), negocios de seguridad (Securitas Direct). Todo muy casual, todo muy pensado.

Rato agradable: conoces a tus vecinos, a quien te sirvió en el restaurante, a un jardinero argentino… gentes amables para cómicos que se dicen amables (Follar Apelo no es lo que parece, es un jugador de baloncesto). Así está el mercado del humor: vaciles que hacen caja.

El niño erizo – Teatro familiar, chocolatada y Nacho Mastretta – 10 de mayo (toda la tarde)

El niño erizo cumplió 10+1 años desde que fue estrenado en 2014. Una historia basada en cuentos populares alemanes a la que la escritora Diana Luque dio forma teatral introduciendo aventuras y espacios nuevos. Una metáfora sobre la vida y las realidades sociales que ahora se ha hecho libro; fue presentado por la mañana en el Palacio de Festivales una obra que también tiene palacio.

Por la tarde Patricia Cercas y Fernando Madrazo fueron los actores que volvieron a jugar en escena y compartir la penuria de un niño con piel y púas de erizo. Dos actores que representan seis papeles y muchos cambios de vestuario. Una obra que empieza con una música compuesta por Nacho Mastretta (Barcelona, 1964) donde el clarinete es el centro de momentos clave. Una música hechicera que encaja de maravilla con lo que sucede en el escenario. La historia tiene un final abierto -que no vamos a contar, ya que sigue de giras varias-, pero que deja muchas preguntas entre el público menudo (¡menudo público!).

Luego vino un chocolate con churros de larga cola y Nacho Mastretta actuando. 11 años 11 se han pasado volando para este erizo, su madre, su padre, una princesa y un rey. Casi un clásico que hay que ver (y volver a ver).