Antonio Resines queda en Santander con James Rhodes para hablar del humor. Uno de los dos tocó el piano en un programa de radio en directo

“En clave de Rhodes” – Programa de radio y Podcast- Auditorio Centro Botín – 18 de junio – 20:00 horas
El auditorio del Centro Botín se llenó a través de invitaciones con las que la Cadena Ser atraía público a un programa de radio en directo. Dos filas primeras estaban re-ser-vadas, filas en las que fueron apareciendo gentes conocidas del mundo cultural, gastronómico y político local (alguno también del mundo visitante). El eslogan publicitario invitaba a “sumergirse en la magia de la comunicación”, evidentemente una comunicación entre dos.
Puntualidad casi brit
ánica (un casi de pocos minutos) y la aparición de James en el escenario donde elogió lo maravilloso del lugar: su primera visita a Santander y su primera grabación radiofónica fuera de los estudios centrales de la Ser (donde, confesión musical, tiene que tocar con un piano añejo no siempre afinado y ahora se encuentra en un lugar donde suena perfecto un piano Steinway). Tras una entradilla breve pasó a presentar a su amigo Resines, gran conocedor de la ciudad de Santander (algo que Antonio no sabía). Y, auriculares ostentosos por medio, James lanzó la primera pregunta -que no pareció muy elaborada-: ¿De qué habla Antonio Resines cuando no habla de cine? Respuesta rápida: “De futbol… y no quiero tocar el tema en estos tiempos” (suponemos por el no ascenso racinguista a primera). Seguimos: ¿En qué punto vital te encuentras? “En un punto mayor de cojones”, un punto de partida para hacer entender a James expresiones bien españolas (“que luego te explico a la salida”). Y así se fue desgranando infancias de Antonio (“lo que yo hacía es correr mucho”), primeras películas (“Opera Prima” de Trueba) y series televisivas (los Serrano).
Momento especial fue el relato de sus vivencias y alucinaciones en la UCI del Hospital Gregorio Marañón, 48 días ingresado, 23 de ellos en coma inducido. Tras volver a ser consciente (más o menos) le contaron que “lo que nos hemos reído contigo” y Antonio sin saberlo. Pregunta: “¿Vas a terapia?”. Respuesta muy gestual: ¿A qué?
James también descubrió que está casado con la antigua mujer de Calamaro y que adora Madrid y Malasaña. Y, como manda el protocolo radiofónico, tocó tres piezas musicales, dos dentro del programa y una de propina cerrado este. Primero Mozart (“el puto amo”) y la versión de Listz sobre fantasías de opera mozartiana, luego el nocturno Op.9 número 2 de Chopin (“el puto amo”) y la propina: un aroma de las variaciones Goldberg de Bach (“el puto amo»). Rhodes es un pianista que interpreta desde el sentimiento, a veces premioso, a veces alegre. Esa tarde estaba premioso.
Una sesión y una hora de radio que pasó volando entre gaviotas, aviones y barcos exteriores y un humor a dos voces, una con mucha retranca y otra más internacional. Se podrá escuchar enlazando -y enclavando- la Ser (por cierto, James pronuncia raro esta palabra. Debe ser el ser y no ser shakesperiano).
