
La ZBE de Torrelavega debería servir «para proteger la salud de nuestros ciudadanos»
Se acaba de producir un cambio en la movilidad de Torrelavega. La entrada en vigor de la ZBE es un paso adelante para intentar reducir la contaminación en la capital del Besaya. Pero es una zona mínima, como dice Javier Polanco en una entrevista concedida a EL FARADIO.
Él es miembro de las Mesas de Movilidad de Cantabria, y lamenta que el Ayuntamiento de Torrelavega no haya ido más allá en cuanto a limitar la circulación de los vehículos más contaminantes por la ciudad. Su propuesta es que ese perímetro se extendiera por todo el Boulevard Ronda, que es como una especie de vía de circunvalación de la ciudad y que sí engloba a una parte importante de la ciudad, aunque se quedarían fuera zonas pobladas de Torrelavega como Tanos, Sierrapando, Ganzo y Barreda.
Sin embargo, la zona elegida es la contenida por las calles La Llama, Julián Ceballos, José María de Pereda y Julián Urbina. Se puede circular por esas cuatro calles, pero no por la zona interior, aunque se permiten 24 ‘despistes’ al año sin multa, si se inscriben en un registro municipal. Y en esa ZBE hay que destacar que hay plazas y calles peatonales, y que se puede entrar en ella con etiqueta B y sin etiqueta si se aparca en un parking, con lo que el efecto no puede ser muy elevado. Las Mesas de Movilidad pretenden que, con el paso del tiempo, la normativa se vaya haciendo más restrictiva.
La entrevista se desarrolla caminando por ese perímetro. Reloj en mano, se tarda 27 minutos en hacerlo, sin hacer paradas, pero sin andar a gran velocidad. Por un lado, Polanco resalta que la acción de los lobbies de la ciudad, especialmente el comercial, ha surtido efecto. Por otro, recuerda que una medida de este tipo tiene que buscar «proteger la salud de nuestros ciudadanos».
Se refiere, sobre todo, a la población más vulnerable: personas mayores, las que tienen algún tipo de discapacidad, las que tienen patologías cardiorrespiratorias y también los menores de edad, que están en fase de desarrollo. De hecho, dentro de la ZBE no hay ningún colegio, hay centros sanitarios y de mayores y/o dependientes que están en la zona perimetral por donde pueden circular todos los vehículos. En el interior de la ZBE estiman las Mesas de Movilidad que viven no más de 5.000 o 6.000 personas, apenas un 10% de la población de Torrelavega.
Destaca Polanco que la contaminación que daña a las personas no es sólo la que sale de los tubos de escape, sino también partículas más finas que se desprenden de las frenadas de los vehículos, algo que han conocido gracias a estudios recientes. A mayor razón para tener en cuenta que mucha gente vulnerable sufre estos efectos.
Las Mesas de Movilidad insisten en que las políticas que se llevan a cabo por parte del Ayuntamiento siguen fomentando el uso del vehículo privado. El perímetro tan pequeño de la ZBE, la construcción de aparcamientos como el recientemente inaugurado de La Carmencita o no impulsar de manera eficiente el uso del transporte público. Aunque se extienda el área del Torrebús, hay transportes que coinciden en horarios y eso imposibilita un mejor aprovechamiento de su uso.
En opinión de Polanco es necesario adaptar las posibilidades que hay a las necesidades actuales, con una ciudad que ya no gira sólo en torno al centro de la ciudad, sino que la población y también el comercio se han extendido por muchas otras zonas, más periféricas, y eso requiere un replanteamiento. «Falta racionalizar el sistema, porque tenemos ahora muchas líneas de alcance regional que no son compatibles, ni se cadencian, ni se coordinan con el nuevo Torrebús, y estamos despilfarrando recursos», refleja.
Santander es el otro municipio de Cantabria obligado a tener una ZBE. Obligación a partir del 1 de enero de 2023. Torrelavega ha llegado dos años y medio tarde. La capital de Cantabria todavía no ha llegado, aunque parece que empieza a acercarse. Polanco explica que «Santander está siguiendo bastante el camino de Torrelavega en tanto en que se está definiendo un área de bajas emisiones justita para cumplir la ley, para acceder a las ayudas, no nos olvidemos, europeas, porque si no hay ciertas ayudas que se bloquean porque es una medida que ha tomado el Estado».
«Ni en Torrelavega ni en Santander han entendido el fondo de la cuestión, que es algo para beneficiar a la ciudadanía, deberían de tener un poco más de liderazgo los políticos, han renunciado a explicar unas medidas que son absolutamente beneficiosas, de futuro, que se están tomando en toda Europa» y que conllevan una apreciable reducción de la contaminación, lo que hace que las ciudades sean más respirables.
La ciencia, a través de varios estudios, está poniendo el foco en el impacto que tiene la contaminación en la salud, provocando cáncer también de pulmón, algo que estaba mucho más asociado al tabaquismo. Y Polanco no sólo advierte sobre ello, sino también sobre el hecho de que los principales hospitales de Cantabria también sufren la contaminación. «No puede ser que ni Valdecilla, ni Sierrallana, ni el Hospital Comarcal de Laredo, no tengan sus propias zonas de bajas emisiones, para evitar que la puerta de los centros donde está la población más vulnerable se esté contaminando, y de hecho son centros atractores, porque allí se aparca, allí llegan decenas de miles de vehículos, en los tres casos, el caso de Valdecilla, muchísimo más grave, porque tienen al lado el distribuidor de La Marga, los principales accesos a Santander, y es ahí donde se tenían que tomar medidas», denuncia.