«Lo que necesitamos es que la gente pueble las ciudades y que las ciudades tengan vida»

Cantabristas Santander ha presentado un plan para poner en marcha los solares del centro de la ciudad. Han contabilizado 130, y les parecen espacios clave para tratar de paliar el problema de la vivienda. Charlamos con Manuel Núñez
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No es algo novedoso y de lo que no se hablase en Santander. Pero Cantabristas acaba de hacer números para contar todos los sitios desaprovechados, cuando no directamente abandonados, que hay en la capital de Cantabria. Tirando de catastro, recorriendo las calles y apoyándose también en Google Maps. Y el número que les sale de esa radiografía es de 130 solares vacíos. Solamente en el centro de la ciudad, sin irse a ningún lugar periférico. Y piden que se movilicen recursos municipales para construir vivienda pública y social.

Manuel Núñez, el portavoz de la formación en Santander refiere un abandono que afecta a varias zonas, desde el Río de la Pila hasta Entrehuertas y el Pilón, y pasando, obligatoriamente, por el Cabildo de Arriba y, en general, por toda la calle Alta. Todo eso es fruto del abandono. Por un lado, de propietarios que no se han preocupado por mantenerlo. Por otro, de un Ayuntamiento que ha permanecido impasible ante la proliferación de solares de la manera conveniente. Las cuentas del Consistorio en la ciudad entera hablan de 440 solares.

La crisis de vivienda que se está instalando, con una demanda que la oferta no es capaz de satisfacer, requiere de varios tipos de soluciones. Cantabristas cree que ha llegado el momento de ponerse manos a la obra. «El Ayuntamiento no está ejerciendo ese derecho ciudadano o esa obligación que tiene de garantizarlo», dice Núñez en una entrevista concedida a EL FARADIO.

El temor que tiene Cantabristas es que la situación se alargue y que el número de solares sea mucho más grande y que se favorezca la especulación urbanística. «Si puedes actuar sobre un 30% del barrio, pues no es tan interesante como si puedes actuar sobre un 70%», resume. Piensa, sobre todo, en el Cabildo, un terreno «muy jugoso», al lado del Ayuntamiento, y puede que estén esperando la oportunidad. «Es una vergüenza que esté en esa situación», dice.

El plan que explica Núñez es el de poder construir unas 1.200 viviendas en todos estos espacios a lo largo de la zona céntrica de Santander. Teniendo en cuenta la superficie que podría estar disponible, sin construir microviviendas, pero sí varios tamaños distintos. El resultado sería que 3.000 o 4.000 personas más podrían vivir en el centro de la ciudad. Pero el Ayuntamiento «no está poniendo las herramientas para que haya una vivienda que dé soporte a esa población».

Núñez se muestra preocupado por el efecto de la gentrificación, el expulsar a población del centro para que la ciudad «sea para el turista, que sea de cara a la galería». Lo que provoca eso es que se desplace población, pero los servicios no se desplazan a la misma velocidad, así que sucede que hay servicios que siguen funcionando en una zona que ya no los necesita tanto, mientras en otra donde se hacen más importantes, aún no se prestan adecuadamente. Aunque es algo que no pasa solamente en Santander, pero Cantabristas subraya que «desde la política, precisamente, están las herramientas para revertir este proceso».

La cifra básica con la que nos solemos quedar es que Santander llegó a tener algo más de 190.000 habitantes en los años 90 del siglo pasado, y ahora tiene pocos más de 170.000. Pero Núñez hace la diferenciación entre la ciudad y los pueblos que pertenecen a ella, Cueto, San Román, Monte y Peñacastillo. Lo que es Santander ciudad ha bajado de 150.000 a 110.000, mientras que los cuatro pueblos periféricos han ganado 20.000 habitantes. Se trata de un vaciado continuo del centro, que tiene consecuencias para el comercio de barrio. Mucho más que implantar una Zona de Bajas Emisiones o que algunas calles se conviertan en peatonales. «»Lo que necesitamos es que la gente pueble las ciudades y que las ciudades tengan vida», afirma.

El proyecto de este partido es de tener una ciudad «que sea compacta, que no tenga grandes distancias para recorrer», pero con tantos solares se consigue precisamente lo contrario. La idea que tiene es que se pueda reparcelar para agrupar solares distintos que, en realidad, están en el mismo sitio. Y se han dado cuenta de que, atendiendo al Plan General de Ordenación Urbana vigente, el de 1997, en varios sitios se podrían construir más viviendas de las que había antes de que se cayeran, porque tenían menos alturas de las que legalmente se pueden levantar.

Por eso, Núñez cree que el Ayuntamiento debería de plantear una vía colaborativa, «que hable con los propietarios, que les manifieste esta opción de reparcelar, para mejorar así el potencial de esas viviendas, y que esos derechos de las viviendas adicionales que se generan, sea el Ayuntamiento el que diga, que se encarga de esos metros o esa altura adicional, o que compre parte de los derechos de ese solar, para construir unas viviendas que sean de titularidad municipal».

Sería una forma de intentar aliviar el problema de la vivienda, pero también de encargarse de espacios donde se está generando suciedad, donde hay ratas y la sensación de abandono es cada vez mayor.

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