A principios del verano, el equipo de Gobierno del PP santanderino sacaba pecho de la adquisición de nos nuevos vehículos eléctricos que irían a la línea Central –aquella que aglutina los recorridos comunes de varias líneas entre Valdecilla y el Sardinero y que, junto a su carril específico, es el rastro que queda del fiasco en materia de movilidad que fue el MetroTus, que implantó unos transbordos que retrasaron más los trayectos, sobre todo a barrios y pueblos del extrarradio como Peñacastillo o Cueto–. La apuesta fue a más y un cartel corona las calles del centro diciendo que la Línea Central es 100% eléctrica.

Sin embargo, conductores del Servicio Municipal de Transportes Urbanos de Santander (TUS) han denunciado que esta misma semana, sin ir más lejos este miércoles circulaban unidades con más de veinte años de antigüedad.

Se trata de  unidades que, por su antigüedad, suelen presentar averías como la falta de funcionamiento de la calefacción o el aire acondicionado. Las altas temperaturas estivales y la gran afluencia de pasajeros, especialmente en rutas hacia las playas, agravan estas deficiencias.

Este contraste entre la promoción institucional de una flota moderna y los vehículos en servicio ha provocado malestar entre los conductores y los usuarios que sufren en primera persona las condiciones adversas.

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