Mambrú-Teatro Andante recorre ‘La ciudad de dos veranos’ con una propuesta que aúna formación, escena y desigualdad
Hay un momento en la representación de ‘La ciudad de los dos veranos’ en el que la música de baile se interrumpe de golpe y se confronta de golpe el conflicto soterrado, oscurecido, entre los habitantes de Llamalas, una ciudad luminosa y festiva, y Apagas, la ciudad oculta que la sostiene. Las linternas afloran la diferente forma en que viven el verano –«calcetines desparejados», «bicicletas rotas» y se pone de relieve otro fenómeno, la expulsión, el descubrimiento, el miedo.
CUESTIÓN DE CONTEXTOS
La propuesta de Mambrú Teatro Andante que incluye esta representación, enmarcada en el curso-taller ‘Teatreando arriba y abajo de la ciudad’ que se desarrolla esta semana en la UIMP parece diseñada especialmente para esta ciudad y este verano –aunque poco a poco vamos descubriendo que todas las ciudades son la misma ciudad–: el curso es en Santander, una ciudad que tiene las dos caras, la dualidad, incrustadas en su escudo, a modo de recordatorio de las diferencias que siempre han existido entre la Puebla Nueva y la Puebla Vieja, entre quienes se jactaron de ser STV (de Santander de Toda la Vida, como si el resto de vecindario estuvieran de paso, feriantes en su propia casa, o no tuvieran madres, padres, abuelas) y los que representaron siempre el Santander real.
E incluso entre quienes construyeron una ciudad nueva aprovechando el incendio del 41, desplazando a las clases populares de sus barrios, de cuando el centro era marinero, comerciante, artesanal y humilde, y pasó a ser financiero, burgués y, sobre todo, militar, de quienes gobernaban entonces, la dictadura franquista que pudo asentar sus planes gracias a la censura que acallaba las críticas y a las armas y leyes que directamente las impedían.
Además, el marco «incomparable» (adjetivo repetido hasta la extenuación por muchos de los ponentes semana tras semana) de la UIMP (uno de esos casos en que la institución se confunde con el edificio. causando una no siempre correcta identificación entre el Palacio de La Magdalena y los cursos) es apropiado porque nos lleva a pensar en el origen de la UIMP, que fue la Universidad Internacional de Verano, un proyecto de inspiración republicana en el que además actuaba La Barraca, la compañía de teatro universitario que llevaba los clásicos teatrales a los pueblos, guiados por el carisma de un Federico García Lorca convencido de que el teatro era «poesía que se sale del libro». En esa línea, en Mambrú no sólo coinciden con La Barraca en que la representación teatral será por estudiantes, los del curso, sino en el recorrido urbano por la ciudad que se encuadra dentro del taller.
Más allá del espacio, está el momento temporal: un verano en el que, en lo local, las élites santanderinas presumen de una ciudad «maravillosamente desbordada» e incluso con margen para más, sin darse cuenta de que la otra cara del escudo apunta a una nueva generación de expulsados, a una elevación de precios de la vivienda a causa del impacto de los apartamentos turísticos que ya ha llegado a los alquileres, generando una paradójicamente cruel y simultánea democratización e invisibilización de los desahucios.
Se extiende el fenómeno de una turistificación más intensiva a toda Cantabria, que nos hace ver el contraste entre los reels de Instagram o consejos de influencer y la clase precaria del sector hostelero que sostiene con sus hombros este peso. Y también se produce en un verano en el que los discursos racistas y xenófobos parecen haber llegado a su cota más alta de difusión, nos tememos que hasta la fecha, en las que se organizan sin pudor batidas de migrantes e intentos de prohibir actos religiosos ajenos (sic) a nuestras costumbres, que no vivieron, las costumbres, incomodidad alguna con la fiesta ajena de Halloween.
VER LA CIUDAD CON OTROS OJOS
Dirigidos por Jorge Amich Castro y Ana Gonjar Sánchez, cofundadores de Mambrú – Teatro andant, el taller tiene un objetivo claro: “andar artísticamente arriba y abajo de la ciudad, por sus dualidades, sus roturas y sus maquillajes, y por el subsuelo que la sostiene”.
Inspirándose en Quienes se van de Omelas, de Ursula K. Le Guin, y Un Lun Dun, de China Miéville, el taller invita a jugar con distintos formatos teatrales —teatro invisible, guerrilla teatral, teatro de objetos— para construir un espectáculo colectivo que dialogue con la realidad urbana.
“Se trata de un teatro necesario y cotidiano como el pan”, defiende Amich, “que anda dentro y fuera de los teatros, en el bus, en el bar, en la calle o en el aula”.
En ese lote, el jueves 14 de agosto, a las 17:00 horas en el Campus de Las Llamas, el público podrá ver el resultado: ‘La ciudad de dos veranos’, una creación coral en la que se funden las miradas de quienes han participado durante la semana en el taller, que incluye referencias a ‘Expulsados’, el libro del equipo de EL FARADIO que conecta la reconstrucción franquista post-incendio con los procesos de expulsión vecinal recientes por proyectos urbanísticos.
No ha sido la única cita de la semana que va más allá de las aulas: el martes se presentó en La Vorágine el libro ‘Poder Inquilino’ en La Vorágine, por Fernando de los Santos, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, en una presentación apoyada también en el poder del teatro.
Y el viernes 15 de agosto será el recorrido ‘Teatreando por Santander’, desde la Grúa de Piedra hasta el Cabildo de Arriba, con paradas en la Estación Marítima, el Centro Botín, los Jardines de Pereda, la Plaza Porticada, la calle Alta y la Plaza de los Derechos Humanos. Durante el paseo, cuyo diseño permitirá apreciar situaciones de desigualdad urbana y social –del visible Centro Botín al escondido Cabildo– habrá acciones escénicas, invención de nombres para lugares y teatro imagen.
MAMBRÚ-TEATRO ANDANTE
Jorge Amich inició su trayectoria en el teatro independiente del tardofranquismo y ha trabajado en proyectos alternativos en Madrid, Extremadura y Euskadi. Coordina el Aula de Teatro de la Universidad Autónoma de Madrid y colabora con el encuentro internacional Errare Humanum Est – Cantamaggio en Bolonia, Italia.
Ana Gonjar, actriz y profesora de Biología especializada en educación inclusiva, se formó en teatro físico con Jacques Lecoq y ha trabajado en iniciativas pedagógicas y sociales en España, Francia e Italia. Ambos defienden un teatro como herramienta de transformación y diálogo social.
‘La ciudad de los veranos’, por cierto, concluye con un gesto colectivo: quienes asisten son invitadas a escribir en una pancarta lo que han sentido. “No sabemos qué pasará después”, reconoce el guion, “pero quizá esta pancarta sirva para abrir algo que estaba cerrado”.
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