Una ZBE ‘de escaparate’: colectivos denuncian que el plan de Santander deja fuera las zonas contaminadas y oculta los datos en los que se basa
La Asamblea Ciudadana Santander Saludable, integrada por trece colectivos sociales, vecinales, sindicales, ecologistas y políticos, ha expresado su rechazo al proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) aprobado por el Ayuntamiento de Santander. Bajo el lema ‘No a una ZBE fraude’, critican que la delimitación actual afecta únicamente al Ensanche, lo que supone apenas el 0,6 % del término municipal, y excluye áreas con altos niveles de contaminación como Castilla-Hermida, Cuatro Caminos, Calle Alta o San Fernando.
Según denuncian, la medida no responde a criterios técnicos ni ambientales rigurosos, y se limita a un gesto simbólico con el que el Consistorio busca cumplir con la normativa sin abordar los problemas reales de calidad del aire. En este sentido, la plataforma recuerda que más de 90.000 vehículos acceden diariamente a Santander, contribuyendo a la contaminación atmosférica y acústica sin que la ordenanza lo contemple de forma efectiva.
Una de las principales denuncias de la Asamblea es la opacidad del proceso. Aseguran que el Ayuntamiento no ha difundido los datos técnicos y ambientales en los que se basa para justificar su propuesta de ZBE, ni ha publicado los registros de contaminación y ruido recogidos durante más de dos años por las nuevas estaciones de medición, financiadas con Fondos Europeos. También señalan que la ordenanza carece de anexos o informes técnicos que sustenten su viabilidad, lo que en su opinión la convierte en un proyecto “vestido de legalidad” pero sin sustento real.
Los colectivos advierten de que, de mantenerse este diseño, Santander podría perder los fondos europeos destinados al proyecto por incumplimiento de los objetivos reales de mejora ambiental exigidos por la normativa.
Además, recuerdan que durante los tres años de retraso en la implantación de la ZBE se podrían haber evitado más de 500 muertes atribuibles a la contaminación, si se hubieran cumplido los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cálculo se basa en estudios como el del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que sitúa a Santander entre las ciudades españolas con peor ratio de contaminación por habitante.
La Asamblea ha solicitado sin éxito un encuentro con la alcaldesa Gema Igual para debatir el modelo de ZBE. Denuncian que no se ha aceptado su propuesta de realizar este debate de forma pública y con presencia de medios de comunicación. “La salud de la ciudadanía debe ser siempre una prioridad”, insisten, recordando que los datos del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) también apuntan a niveles preocupantes de polución en la ciudad.
La plataforma anuncia que trasladará sus propuestas a los grupos de la oposición municipal y se compromete a desplegar todas las acciones a su alcance para denunciar lo que consideran un “despropósito” urbanístico y medioambiental. Rechazan lo que califican como una ordenanza “maquillada de legalidad” y exigen una nueva planificación basada en criterios técnicos, con acceso público a los datos en los que se sustenta.
En su apuesta por la transparencia y el seguimiento ciudadano, han creado el blog zbesantander.blogspot.com, donde recopilan la documentación sobre el proceso, denuncias, análisis técnicos independientes y propuestas alternativas. Reivindican que “la democracia se fortalece cuando los responsables públicos escuchan a la ciudadanía”, citando a Plutarco para recordar que “saber escuchar” sigue siendo una enseñanza vigente.
Entre las entidades que forman parte de la Asamblea figuran ARCA (Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria), Ecologistas en Acción, la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (FECAV), la Federación de AMPA de Cantabria (FAMPA), el colectivo Cantabria ConBici, el sindicato UGT en Verde, así como Podemos Santander, Verdes Equo Cantabria, plataformas por la sanidad pública y varias asociaciones vecinales y técnicas como Higuera Ingeniería.
Reclaman al Ayuntamiento un modelo de ZBE serio, con rigurosidad técnica y transparencia informativa, que priorice la salud pública, la lucha contra el cambio climático y una mejora real de la calidad del aire.
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