La constructora cántabra COPSESA (Constructora Obras Públicas San Emeterio S.A.) se ha convertido en protagonista de dos de las principales obras culturales de Santander: la reforma del Museo de Arte de Santander (MAS) y la rehabilitación del Banco de España, futura sede del Archivo Lafuente y centro asociado del Museo Reina Sofía. En ambos casos, la empresa se adjudicó los contratos con ofertas muy por debajo del presupuesto base, y en ambos el resultado ha sido el mismo: sobrecostes posteriores y retrasos en los plazos de ejecución.

El precedente del MAS

La reforma del MAS se adjudicó en 2021 con una rebaja considerada “casi temeraria”. COPSESA presentó una oferta de unos 2,5 millones de euros sin IVA, frente a un presupuesto de licitación de 4,1 millones. Es decir, un 39,9 % menos.

Aunque su propuesta técnica fue solo la tercera mejor valorada, la fuerte rebaja económica le permitió imponerse a empresas como Arruti-Rucecan o Vías y Construcciones.

El resultado fue una obra con sobrecostes de alrededor de 650.000 euros, a los que se sumaron unos 40.000 euros más en contratos menores vinculados. En total, el incremento rondó los 800.000 euros, un 25 % más de lo adjudicado inicialmente. Parte de este sobrecoste se compensó con fondos europeos. Además, los trabajos sufrieron retrasos en la entrega, prolongando la reapertura más allá de lo previsto.

El caso del Banco de España

La misma dinámica se repite ahora con el Banco de España. El contrato, licitado por 15,7 millones de euros, fue adjudicado a COPSESA en diciembre de 2023 por 12,83 millones (IVA incluido), tras presentar la oferta más baja frente a rivales como Dragados, Ferrovial o OHL.

En agosto de 2025, la Junta de Gobierno Local aprobó un proyecto modificado a raíz de nuevas exigencias del Museo Reina Sofía. Entre los cambios se incluyó la ampliación del sótano con vestuarios y almacenes, además de la instalación de un centro de transformación para climatización. Estos ajustes elevaron el presupuesto hasta 15,16 millones de euros, es decir, 2,33 millones más de lo adjudicado, un incremento del 18 %.

El plazo de ejecución también se amplió de 24 a 28 meses, retrasando la apertura hasta agosto de 2026.

Un patrón que se repite

En el MAS y en el Archivo Lafuente se observa el mismo esquema: ofertas muy por debajo del presupuesto base, ventaja técnica limitada resuelta solo gracias al precio, sobrecostes que devuelven los proyectos a cifras próximas a la licitación inicial y retrasos en la entrega que condicionan la planificación cultural de la ciudad.

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