No tenía por qué aguantarlo y no lo hizo. Mucho menos, a estas alturas de su respetada trayectoria como periodista –con responsabilidades importantes en un diario de referencia como es EL PAÍS- y escritora –con una valorada saga de libros–, la periodista y escritora santanderina Berna González Harbour, acostumbrada a cuestionar en tertulias como en la que estaba de la Cadena Ser a todo tipo de protagonistas poderosos de la actualidad.

La periodista y escritora Berna González Harbour, natural de Santander y una habitual en presentaciones de su obra en espacios como Librería Gil, abandonó temporalmente el estudio del programa ‘Hoy por Hoy’, de Cadena SER, después de sufrir una interrupción machista y despectiva por parte de un compañero tertuliano al que se le presuponía un tono más amable. 

Interrumpir (y así) a una mujer que habla es lo de siempre (desautorización, invalidación y cierto desprecio profesional que aúna el manterrupting) solo que en espacios que no se esperan. Quienes deberían levantarse o ser levantados de esas mesas son ellos. 🫂 @BernaGHarbour pic.twitter.com/0IK2HiefSv

— Isabel Valdés (@minisashas) October 17, 2025

El episodio ocurrió en directo, cuando el también tertuliano Javier Aroca interrumpió su intervención emitiendo un sonido tipo “po-po-po” mientras ella hablaba.

González Harbour, visiblemente incómoda, preguntó: “¿Me estás llamando gallina?”, y acto seguido salió del estudio en señal de protesta, ante la sorpresa de la propia conductora del programa, Angels Barceló.

Aroca negó que su gesto tuviera esa intención y lo justificó como una expresión de desacuerdo que no encaja en el estilo habitual de las tertulias de la SER –en otros formatos tipo Sexta sí que estamos hechos a interrupciones y ataques entre tertulianos, incluso aunque sean periodistas y no políticos rivales–, que Aroca evidentemente conoce.

No obstante, la periodista insistió en que se trató de una falta de respeto con connotaciones machistas, con el agravante de que justo estaba criticando a los hombre puteros. Y denunció que estas actitudes forman parte de una forma sutil pero persistente de deslegitimación de las mujeres en los espacios públicos.

El momento fue retransmitido en directo y posteriormente viralizado en redes sociales, donde numerosos usuarios y profesionales del periodismo mostraron su apoyo a la periodista. En su cuenta de X (antes Twitter), González Harbour agradeció las muestras de respaldo con un mensaje breve: “Gracias a todos y todas los que me habéis apoyado”.

Periodista y escritora consolidada

Berna González Harbour (Santander, 1965) es una de las voces más reconocidas del periodismo español. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado buena parte de su carrera en El País, donde ha sido subdirectora, redactora jefa de Internacional y responsable de ‘El País Semanal’.

Actualmente participa en tertulias políticas en medios como Cadena SER y RTVE, y es reconocida por su compromiso con un periodismo riguroso y feminista. A lo largo de su trayectoria ha abordado cuestiones relacionadas con la igualdad de género, los derechos humanos y la participación ciudadana.

Además de su labor periodística, González Harbour es autora de una serie de novelas protagonizadas por la inspectora María Ruiz, una figura femenina en el género negro que rompe con estereotipos clásicos. Entre sus títulos destacan ‘Verano en rojo’ (2012), ‘Margen de error’ (2014), ‘Las lágrimas de Claire Jones’ (2017), ‘El pozo’ (2019) y ‘El sueño de la razón’ (2021).

Su narrativa se caracteriza por una combinación de reflexión social, tensión psicológica y crítica política. En todas ellas, la autora defiende el papel de las mujeres en espacios de poder y en la resolución de conflictos desde una perspectiva igualitaria.

La interrupción como forma simbólica de desigualdad

Diversos estudios académicos han documentado cómo las mujeres son interrumpidas con mayor frecuencia que los hombres en contextos de debate público. Estas interrupciones no son neutras: actúan como mecanismos simbólicos que cuestionan la autoridad, competencia y legitimidad de quien habla y suponen la otra cara de fenómenos como el mansplaining (hombres que explican condescendientemente a mujeres cosas que ya conocen), la acaparación de tiempos a la hora de hablar por parte de ellos o preguntar que habréis visto en cualquier presentación o la exclusión de mujeres de paneles o debates cuando ya hay mujeres en todo tipo de puestos destacados a las que recurrir.

Un estudio del American Political Science Review, basado en más de 24.000 audiencias del Congreso de EE.UU. entre 1994 y 2018, muestra que las mujeres legisladoras sufren más interrupciones, especialmente cuando abordan temas relacionados con género.

Además, investigaciones de la Universidad de Stanford señalan que las interrupciones protagonizadas por mujeres son juzgadas con mayor dureza por los oyentes, que las perciben como menos amistosas o incluso menos inteligentes, aunque el contenido sea el mismo que si lo dijera un hombre.

Desde la teoría feminista de la comunicación, se utiliza el concepto de “muted group theory” para describir cómo las mujeres quedan relegadas en entornos donde las normas del discurso están definidas por criterios masculinos. En este marco, la interrupción sistemática se convierte en una forma estructural de exclusión.

Efectos prácticos y simbólicos

El impacto de estas interrupciones no se limita al momento concreto. Estudios recientes han identificado una serie de consecuencias acumulativas:

• Erosión de la autoridad discursiva: se cuestiona el derecho a intervenir en igualdad de condiciones.
• Desgaste emocional y cognitivo: el esfuerzo por defender la propia palabra consume recursos personales.
• Autocensura: muchas mujeres reducen o suavizan sus intervenciones para evitar ser interrumpidas.
• Reproducción de jerarquías simbólicas: se refuerza la supremacía de las voces masculinas en el espacio público.

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