La Unión de Profesionales Progresistas exige la paralización del proyecto de McDonald’s en Puertochico y respalda la movilización ciudadana
La Unión de Profesionales Progresistas (UPP) ha mostrado su respaldo a la movilización ciudadana que el pasado fin de semana congregó a cientos de vecinos y vecinas de Santander en rechazo a la instalación de un restaurante de la cadena McDonald’s en el Mercado de Puertochico.
En un comunicado, el colectivo ha expresado su “firme y total apoyo” a quienes han salido a la calle para defender el modelo de barrio y comercio de proximidad, y ha exigido la paralización inmediata del proyecto, al que considera una “amenaza” para la sostenibilidad urbana y el tejido económico y social del entorno.
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Desde la UPP, como defensora del “progreso social y económico que beneficie a la mayoría”, han advertido de que esta iniciativa representa una visión “cortoplacista” del urbanismo y una forma de “homogeneización” que va en contra del modelo de ciudad que defienden.
“Somos progresistas porque queremos una ciudad que avance, pero ese avance debe cimentarse en la defensa de lo nuestro: del pequeño comercio, de la identidad de nuestros barrios y de los espacios que son patrimonio de todos los ciudadanos”, recoge el documento difundido por la entidad.
En este sentido, alertan de que la entrada de una multinacional en el mercado generará una competencia desleal con las actuales pescaderías, fruterías y pequeños negocios de alimentación, cuya viabilidad, apuntan, se verá “seriamente amenazada”. A ello suman el impacto laboral, al considerar que los empleos ofrecidos por este tipo de franquicias suelen estar “basados en salarios bajos”, lejos de un modelo de “empleo de calidad”.
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Críticas al Ayuntamiento y petición de investigación
La UPP ha pedido además que se investiguen posibles irregularidades urbanísticas y la posible “laxitud normativa” que ha facilitado la tramitación del proyecto, el cual, según denuncian, podría contravenir la Ordenanza de Mercados. También apuntan que no se ha realizado una evaluación adecuada del impacto social y urbano que supondría la operación.
El colectivo ha instado al Ayuntamiento de Santander a “escuchar la voz del pueblo” y a asumir su “responsabilidad ineludible” en la protección del patrimonio económico y cultural de los barrios, apostando por un modelo de ciudad que “priorice a las personas sobre los beneficios de las multinacionales”.
Puertochico, recuerdan, “es historia, tradición y vida marinera”, y convertir su mercado en un enclave de “fast-food y consumo masivo” supondría romper con una cultura de proximidad y con un “espíritu auténtico” que consideran que los vecinos han logrado conservar con esfuerzo.
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