No por repetido deja de ser sorprendente: en una ciudad en teoría tan acostumbrada a la lluvia que hasta protagoniza una de sus canciones más populares (ese «llévate cinco paraguas» de los míticos Carabelas) hay zonas que más que inundarse, se desbordan, y encima coincide con una zona en la que se anunció una infraestructura ‘vendida’ desde el PP en el Ayuntamiento precisamente para evitar las lluvias.

Hablamos del tanque de tormentas, que el equipo de Gobierno del PP, con el sesgo pro-Caminos que imprimen a toda su gestión, presentó no sólo como la solución a los desbordamientos sino como un modelo de organización a la hora de coordinar trabajos, ya que se ligó a la reforma, en superficie, de la Plaza de Italia (cuyo nombre original y popular era la del Pañuelo –dice el genio popular que porque allí se encontraba todo el mundo–, que luego pasó a homenajear a una figura de referencia de alto nivel como el científico cántabro Augusto González de Linares y que el franquismo acabó despojando de toda historia al bautizarla como Plaza de Italia, no por una especial relación entre el país de la bota y Santander, sino como agradecimiento a la ayuda recibida en la invasión de la ciudad por las tropas fascistas de Musolinni).

Es decir, al abrir la Plaza para su obra, cuyo diseño fue criticado por la ruptura de la estética que se tenía y virar hacia el gigantismo losetil que caracteriza la identidad urbana santanderina, resultaba más fácil trabajar en sus tripas para colocar el tanque, que era una obra de la que se encargaba Aqualia, la empresa del grupo FCC a la que se le ha encomendado la gestión del servicio de aguas en Santander –junto a las basuras, uno de los grandes contratos privatizados de la ciudad-.

La obra de arriba, la reforma de la Plaza de Italia, la acometió COPSESA, adjudicataria recurrente del PP de Santander (partido con el que los anterior responsables de la empresa compartían militancia, ya que pertenecía a quien fuera alcalde de Ramales por esas siglas), con un nivel de trabajo creciente que ha llevado a una empresa orientada al asfaltado de carreteras a ejecutar trabajos del nivel de las reformas del MAS o el Banco de España y hasta acariciar (se quedaron a las puertas) el contrato de las basuras de Santander (adjudicado a otra saga empresarial ligada a otro exalcalde del PP, Manuel Huerta, de la propia santander, si bien es una empresa con especialización específica en residuos).

En detalle, los trabajos se licitaron en 6 millones de euros, pero se adjudicaron en 4,7 millones, ya que COPSESA presentó una baja de 1,2 millones de euros, un 21,1%.

Y a la hora de la verdad, ese prodigio de organización del que se presumía constantemente en las visitas a la obra no fue tal: la obra encadenó retrasos que llevaron a que del plazo obligado del verano de 2020 se dilatara hasta finales de año (sin consecuencias para la empresa, ya que el Ayuntamiento asumiría la responsabilidad del retraso). Lo peor fue el sobrecoste: más de medio millón de euros (un 21,1%).

Una coordinación reconocida oficialmente

Más allá de los plazos que finalmente fueron la realidad, la planificación del Ayuntamiento estaba ligada a que la obra en superficie creara el marco adecuado para la obra subterránea:

-La reforma de la Plaza de Italia y Jardines de San Roque se licitó en diciembre de 2018. El contrato se adjudicó el 13 de mayo de 2019 a la empresa cántabra COPSESA,. Las obras comenzaron en verano de 2019.

-En ese momento no existía ningún anuncio público sobre la construcción de un tanque de tormentas en la zona.

-El proyecto técnico de esa infraestructura se redactó después, en el segundo semestre de 2019, por la ingeniería AC Proyectos. 

-No fue hasta el 7 de febrero de 2020, cuando la obra urbana ya estaba en marcha y el subsuelo de la plaza se encontraba abierto, cuando el Ayuntamiento de Santander anunció públicamente el inicio de la construcción del tanque. Su ejecución comenzó ese mismo mes, de forma coordinada con la reforma urbana.

Menos debate y transparencia

La mezcla de la relación de una obra con la otra y el hecho de que el tanque lo ejecutara Aqualia tiene otro efecto a nivel de transparencia: si en la Plaza de Italia se puede seguir el rastro de los trámites al ser una licitación que el Ayuntamiento saca a competencia (gracias a eso conocemos la baja, el sobrecoste y los retrasos), en el tanque es un proyecto directo de Aqualia, que no tiene por qué informar, sacarlo a competencia o comunicar si costó más o menos de lo previsto.

La obra se ejecutó en el marco del contrato concesional del ciclo integral del agua, gestionado por la empresa Aqualia, que es la concesionaria del servicio municipal de agua y saneamiento. La inversión anunciada para el tanque fue de 851.000 euros, financiada con cargo al canon concesional.

Asimismo, el fuerte debate que generó la obra en superficie (por el cambio notable que generó respecto a la imagen que los santanderinos tenían de la Plaza, que recordemos enmarca un edificio añejo e identitario como es el Casino) solapó en gran parte el debate sobre el tanque, sus características, coste o necesidad.

📢 Rompe el algoritmo y decide tú de qué se habla. Comparte esta información por redes o mensajería.
🚰 Podemos hablar de gestión del agua y transparencia en la contratación gracias a apoyos como el tuyo.
👉 Súmate y hazte socia o socio por 8 euros al mes