«Todo el mundo tiene que acabar comunicando qué es lo que está haciendo, qué impacto está teniendo en su actividad»
«La economía de impacto, como su nombre indica, se centra en tener en cuenta el impacto de todo lo que hacemos, en el impacto tanto en el ámbito social, medioambiental como económico, el triple balance que se habla ahora». Es la carta de presentación del encuentro que está teniendo lugar en la UIMP esta semana, y que pone en valor su directora, Ana Fernández Laviada.
Una de las claves principales que señala, en una entrevista concedida a EL FARADIO, es la medición del impacto. Pero también revela que es una clave muy difícil, porque se puede medir de muchas formas y para empresas pequeñas resulta especialmente complicado. Pero es necesario llegar a ello. «El objetivo de la economía de impacto es tener en cuenta el impacto tanto positivo como negativo que tenemos en todo lo que hacemos y cómo, cuidando esas tres patitas, no solamente económicas, sino también la social y la medioambiental, podemos llegar a tener una economía que proteja un mundo más justo, más inclusivo», defiende.
Por normativa europea, explica Fernández Laviada, cada vez se está más cerca de que todas las empresas tengan que ofrecer los resultados de sus actividades, pero no sólo desde un punto de vista económico, sino el servicio que ofrecen o el empleo que generan. «Todo el mundo tiene que acabar comunicando qué es lo que está haciendo, qué impacto está teniendo en su actividad». También por una necesaria rendición de cuentas hacia quien apoya a las empresas, ya sea el sector público o donaciones privadas.
Otra de las cosas que destaca esta experta, que es también directora del Centro Yunus en Cantabria, es que el curso va a tratar los principales temas que se hablan en la sociedad, como puedan ser las cosas que la ciudadanía tiene el poder de hacer o la situación de la vivienda, un problema que acucia a cada vez más familias. Pero se quieren tratar, sobre todo, para ver de qué forma se pueden lograr impactos más positivos.
La bola de nieve de la economía de impacto rueda en el primer encuentro del grupo en Cantabria
Por eso cree que estos conceptos deben estar incorporados en la educación, que quienes se estén formando vayan conociendo qué hay detrás de sus acciones como consumidores. Y también qué hay detrás de las acciones de las empresas. Esto como parte del aprendizaje de hacerse mayor. Y eso es algo también presente en esta cuarta edición del curso de verano en la UIMP.
Fernández Laviada resalta que son ya varias decenas de ponentes los que están viniendo cada año y puede que les haga falta alargar el encuentro más allá de los dos días y medio que dura este año. «Más de la mitad vienen de fuera y vienen a contar sus experiencias, no hay que inventar la rueda, a veces simplemente consiste en replicar y en imitar y en repetir lo que está funcionando en otros sitios». Pero reivindica que este es un encuentro del que «mucha gente habla en España» y que propone la conversación también fuera del curso, como sucederá este jueves en el BNS (20:00), donde habrá una ‘caña social’ donde se podrán compartir experiencias de una manera más distendida.