“Entiendo que haya personas a las que una infografía les haya resultado atractiva, pero una imagen no es un proyecto”: Igual marca el camino a las críticas a su próxima campaña electoral
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, capea como puede la percepción generalizada de que no le entusiasma el proyecto de ampliación de los Campos de Sport de El Sardinero, tras la presentación la semana pasada por los propietarios del Racing.
La regidora ha arrancado la semana con una de sus clásicas huidas argumentales para ganar tiempo (como con la Zona de Bajas Emisiones, cuando respondía que ella no quería prohibir el tráfico en el centro, algo que dijo nadie nunca, o incluso con la reciente crisis de las caravanas de Mataleñas, cuando recibió las propuestas de los vecinos con sus ganas de “callar bocas”), aderezada con un sutil cambio de opinión tras pulsar la poca acogida de su postura (el “callar bocas” se convirtió en una matización respetuosa posterior y la Zona de Bajas Emisiones, cuya definición siempre dependió de ella, pues acabó siendo como quiso el Consistorio).
En este caso, con el Racing ha pasado de decir que no había proyecto de ampliación –algo que le tocó defender en público a la concejala de Deportes a la que le acabó llegando ese argumentario—a aceptar que era un proyecto del club y no del Ayuntamiento –nuevamente, eso no estuvo en cuestión nunca- a enredarse el mismo día de la presentación con que su presencia en el acto se hubiera entendido como un apoyo –con las derivadas lógicas que se quieran interpretar de lo contrario- e incluso una súbita defensa del derecho al descanso de los vecinos que provocó más de un arqueo de cejas en zonas como Cañadío.
En lo que se ha mantenido estable, más o menos, es en ese intento de rebajar el avance que se le presentó hace un año en una mera infografía, algo que, otra vez, levanta cejas entre quienes llevan años viendo que las campañas electorales del PP y el día a día de su gestión se basan precisamente en la exhibición de infografías. Así que hay que quedarse con el argumentario que esbozó el PP cuando se comprobó que se quería mantener el muelle virgen de Okuda: no se puede hablar de un proyecto, por tanto, valorarlo, por tanto, opinar para bien o para mal, cuando sólo se tiene una infografía.
En la misma línea, los proyectos de campaña, que ni siquiera son de institución sino de partido, parecen tener todavía menos solidez, como recordarán los vecinos de San Fernando que iban a ver soterrado el tráfico, como se les prometió hace dos campañas en una medida que además el PP podía desarrollar si quería, porque esta vez sí que la centraban en suelos de su propiedad –aunque parezca extraño en el mundo real, desde el partido de La Casona muchas veces se lanzan proyectos sobre espacios que no son suyos–.
Hoy Igual ha tenido que esforzarse en que no rechaza el proyecto, sino que no lo conoce, un argumento que flaquea teniendo en cuenta que pudo tener todo un año desde el avance hasta la semana pasada para pedirlo –salvo que no tenga líneas de comunicación fluidas con los propietarios del club-. Más aún, ha asegurado que en todo caso no tendría opinión propia, sino la que le trasladaran los técnicos municipales (argumentalmente, está confundiendo transmitir una opinión con exponer si cumple o no las ordenanzas o normas que, como saben en el Banco Santander, se pueden adaptar para ocupar espacios portuarios o meter escaleras debajo de arcos emblemáticos).
El tono del, llamémosle distanciamiento, es tal que la presidenta cántabra, María José Sáenz de Buruaga, tuvo que llamar a una especie de mediación para que ambas partes, Racing y ciudad, se sentaran a hablar de ello. Algo que podía haberse hecho en todo este año y que sorprende que no se hiciera (si es que realmente no se ha hecho aunque no haya trascendido): teniendo en cuenta que el Racing es una gran institución de la ciudad, con arraigo y peso social, y además una empresa, que la alcaldesa no haya podido conseguir el proyecto en todo un año con un mínimo mensaje suena tan poco creíble o preocupante como que no se relacionara con el Banco Santander. Sólo decirlo arquea cejas, el nuevo deporte local.
De modo que Igual gana tiempo hasta ver si el ánimo de la ciudad cambia –o si se ve con margen de influir sobre él- apelando a conceptos como la “responsabilidad y prudencia”, La regidora ha explicado que lo que ha solicitado al Racing es el proyecto completo, con toda la información técnica y económica, para que pueda ser remitido a los diferentes departamentos municipales que deben analizar su viabilidad, su encaje urbanístico y jurídico, y su posible impacto en la ciudad, y emitir un informe completo que precisa mucho tiempo y trabajo.
“Los técnicos del Ayuntamiento deben disponer del proyecto en la mano para poder evaluarlo. Hasta ese momento, no es posible hacer una valoración seria ni emitir una opinión fundada”, ha señalado Igual. “Entiendo que haya personas a las que una infografía les haya resultado atractiva, pero una imagen no es un proyecto, y lo que no entiendo es que haya medios de comunicación que afirmen que estoy en contra, porque esas palabras no han salido nunca de mi boca”, ha matizado, vendiendo como compromiso las obras que realiza la institución en una instalación que es que es de su propiedad –y en la que el único partido que ha gobernado la ciudad no había, por ejemplo, arreglado nunca los baños, que antes de su reforma del año pasado causaban en la afición bochorno, entre otras sensaciones-.
De momento, para este ejercicio, los presupuestos sólo destinan medio millón de euros –teniendo en cuenta que el convenio comprometido incluye obras por valor de 2,5 millones–, pero Igual ya avanza que el grueso de las obras serán para el verano de 2026, conforme al calendario establecido por los servicios técnicos municipales y trasladado al propio club, pero también a la teoría que maneja el PP –según trasladó en su día Ceruti, su exsocio- de que la memoria de los santanderinos es muy escasa y sólo se queda con lo que sucede el último año de campaña.
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