La exposición ‘La huella del lobo’ abre en La Libre un espacio de reflexión sobre la situación del lobo ibérico
Una exposición que une fotografía, ilustración y divulgación ambiental para propiciar el debate sobre la conservación del lobo ibérico. Así se presenta ‘La huella del lobo’, una propuesta colectiva impulsada por el Fondo para la Protección del Lobo Ibérico, el colectivo Ecoinsomnes y la agencia cántabra AgataCommunications, que podrá visitarse desde el 23 de octubre hasta el 30 de noviembre en la Librería La Libre de Santander (Rampa de Sotileza, 1).
La inauguración tendrá lugar el jueves 23 de octubre a las 19:00 horas, con un coloquio abierto al público en el que participará Ernesto Díaz, coordinador del Fondo para la Protección del Lobo Ibérico. El objetivo del encuentro es generar un espacio de diálogo en torno al papel del lobo como especie clave en los ecosistemas y la necesidad de repensar la convivencia entre seres humanos y grandes carnívoros.
La exposición reúne trabajos de ilustración y fotografía de naturaleza. Concretamente, se podrán ver ilustraciones de Adara Sánchez, Ana Fernández (quien firma como Sylvática) y Clara Cerviño, además de una selección de fotografías cedidas por César Gil, especialista en fauna salvaje. El montaje propone un recorrido visual que interpreta al lobo como símbolo de los vínculos entre naturaleza y sociedad, articulando distintos lenguajes artísticos para aproximarse a su figura desde perspectivas diversas.
Según ha explicado Ernesto Díaz, la muestra “encaja en el espíritu del proyecto, ensamblando el arte, la sensibilidad hacia la naturaleza y el compromiso con la conservación de una especie única, a través de la información abierta y accesible con la que disipar miedos y bulos”. En su intervención ha subrayado además la importancia de realizar esta exposición en Cantabria, una comunidad donde “los conflictos entre fauna y actividades humanas han derivado en decisiones políticas desacertadas”.
Un resquicio legal en la protección del lobo
Desde septiembre de 2021, el lobo ibérico (Canis lupus signatus) está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), lo que implica su prohibición de caza en todo el territorio español. La medida fue aprobada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en base a informes científicos que avalan su importancia ecológica, pero un resquicio en una votación en Cortes permitió abrir camino a su caza.
En el caso cántabro, el Gobierno autonómico aprobó una orden que permite abatir lobos bajo el argumento de «control poblacional» por daños a la ganadería, amparándose en una interpretación de la normativa que permite actuaciones “excepcionales” en defensa de intereses económicos o de salud pública.
Esta orden fue recurrida judicialmente por varias organizaciones ecologistas, entre ellas ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico) y Ecologistas en Acción, que sostienen que se trata de una vulneración directa del LESPRE. Mientras los tribunales no se pronuncian, los controles letales continúan ejecutándose.
El Ejecutivo cántabro ha defendido esta estrategia como necesaria para “proteger a los ganaderos”, especialmente en zonas de montaña. Sin embargo, los datos no respaldan esta tesis. Según la información publicada por el propio Gobierno de Cantabria, los ataques al ganado han continuado produciéndose incluso tras la ejecución de batidas, como las realizadas en los valles de Liébana y Campoo.
Estudios científicos publicados en revistas como Biological Conservation o Nature Communications señalan que la matanza de ejemplares no estabiliza las poblaciones ni reduce necesariamente los ataques, y puede incluso provocar desestructuración de las manadas, lo que incrementa los conflictos con la ganadería.
En este contexto, la exposición ‘La huella del lobo’ se plantea como una herramienta para fomentar el pensamiento crítico en torno a estas políticas, proponiendo medidas preventivas y estrategias de coexistencia con la fauna salvaje. Díaz insiste en que “la presencia de grandes carnívoros es un indicador de calidad ambiental” y que debe afrontarse desde una óptica de gestión basada en la ciencia y la educación.
El Fondo Lobo: ciencia y medio ambiente
El Fondo para la Protección del Lobo Ibérico (FAPLI) es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación del lobo ibérico y de su hábitat natural. Desde su fundación, trabaja en distintos ámbitos como la divulgación científica, la educación ambiental y la denuncia de prácticas ilegales. También promueve el uso de medidas de prevención no letales y el acompañamiento a ganaderías que apuestan por la coexistencia con la fauna salvaje. La entidad forma parte de plataformas como la Alianza por el Lobo, que agrupa a colectivos científicos, ecologistas y sociales.
Además de sus campañas informativas, el Fondo impulsa acciones de sensibilización pública como esta exposición, con el objetivo de romper estigmas históricos sobre el lobo y dar a conocer su función ecológica como especie clave para el control de herbívoros y el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas. Con presencia en varias comunidades del norte peninsular, el Fondo desarrolla también labores de seguimiento poblacional, apoyo legal en casos de caza ilegal y asesoramiento técnico en gestión de conflictos.
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