Más de dos años de barbarie extrema, de genocidio, pero un siglo ya con un problema abierto que no se cierra y en el que la posición predominante siempre corresponde a la misma parte. Los perdedores también están siempre en el mismo sitio.

Amnistía Internacional difícilmente podría recopilar todas las veces que ha levantado la voz para denunciar lo que pasa en Palestina. Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, presenta en el Parlamento de Cantabria el informe ‘Stop Genocidio’, en un acto donde pondrá sobre la mesa una situación terrible de genocidio que «no ha terminado», como dice en una entrevista concedida a EL FARADIO.

Lo primero que pide Beltrán es que «no disminuya la presión sobre Israel porque el primer mensaje que quería dejar es que el genocidio no ha terminado». Se crea una de calma una vez que aparece un alto el fuego, pero que Israel no ha parado de romper. Este mismo martes se volvían a producir bombardeos en Gaza que dejaron varias decenas de muertos, entre ellos decenas de niños.

Amnistía Internacional (AI) pone el nombre de genocidio porque sus investigaciones dicen que Israel está «intentando acabar con la población palestina a través de lo que indicamos son bombardeos indiscriminados a la población civil, crear unas condiciones de vida insoportables a través de la restricción o anulación de la ayuda». Por eso Beltrán cree que hay que fijar la necesidad de que «no hay que desmovilizarse, no hay que dejar de trabajar por Gaza, porque los pocos avances que habíamos logrado para la población palestina están en riesgo».

El director de AI España denuncia que Israel ha podido ir traspasando todas las líneas rojas. Primero, con la ocupación de Cisjordania, donde «hay 700.000 colonos y eso es algo ilegal». Segundo, por «ejercer un apartheid sobre la población palestina» y que no pueda tener una igualdad de condiciones para vivir. Tercero, por el bloqueo de décadas que ha llevado a cabo, «manteniendo a la gente en una prisión». Y ahora vemos el cuarto paso, el genocidio. «Cuando estamos viendo que no entra la ayuda humanitaria, que la gente muere de hambre, que una parte de los niños mueren desnutridos, que los bombardeos son incesantes…» Las pruebas son suficientes para saber que se trata de un genocidio y que Israel pretende «la deshumanización de un pueblo entero».

La misión ahora es detener la barbarie. Lo primero, según Beltrán, por el pueblo palestino, «pero, sobre todo, porque si no paramos el genocidio se acabó el vivir entre normas, se acabó un derecho internacional que rige los destinos de toda la humanidad, se acabó todo el sistema y nada, como existía a principios del siglo XX y finales del XXIX». Y añade que «es lo que nos ha tocado como generación, a los que tienen 20 años y los que tenemos 60. Nos ha tocado, es un genocidio indirecto y tenemos que intentar acabar con él a toda costa».

El director de AI recuerda que su organización ya ha recibido numerosas críticas con el paso de los años, y ahora no es menos. Israel se ha acostumbrado a decir que todos quienes critican al Gobierno de Benjamin Netanyahu se dedican a apoyar al grupo terrorista Hamas. La respuesta es simple: «no confundimos el pueblo de Israel con el gobierno de Israel, igual que no hay confundir entre el pueblo palestino y Hamas».

Beltrán prefiere centrarse en las soluciones futuras, el cese de bombardeos y la apertura a la entrada de la ayuda humanitaria, para empezar. Pero las necesidades son muchas más y no pasan, en su opinión, por el actual plan para detener la violencia. «No tiene nada de un plan de paz, tiene un plan de que se consolide la impunidad sin contar con nadie de Palestina».

Entre lo que falta por hacer, «desandar la economía» para no financiar el genocidio, avanzar en sanciones hacia empresas que colaboren con la barbarie, pero también que la justicia investigue y juzgue el genocidio y la ocupación ilegal de territorios palestinos, apunta Beltrán.