Acaba de comparecer en rueda de prensa el flamante presidente del Racing, Tuto Sañudo y es cuando nos damos cuenta que queda mucho por hacer, que «el racinguismo se demuestra andando», como dice. Este lunes puede haber auto del juez Goñi que dicte administrador judicial a petición del acreedor privilegiado, Inmoarrabi, con plenas competencias, por encima del nuevo Consejo del pueblo, y por encima del holandés Onur Arlsan. Queda por saber si Jacobo Montalvo recupera el 99% de las acciones que hoy son del administrador judicial y cuándo será eso. Y todo en una Sociedad Anónima Deportiva con 50 millones de euros de deuda y arrasada: los secuestradores del club no han dejado en la sede ni la ceniza de los ceniceros. Se han llevado también las tarjetas de crédito.

Lo que queda es mucho capital humano, mucha gente con ganas de poner su granito de arena. Quedan esos empleados que lo han dado todo trabajando todo el fin de semana. Y un montón de personas y empresas que ofrecen su colaboración desinteresada. La nueva era verdiblanca da mucha tranquilidad a la afición, a la ciudad y a toda Cantabria. La perestroika soviética es una broma comparada con este Racing de transición gobernada por consejeros sin corbatas, que preferirían estar en la gradona que en el palco. Cuando a Tuto le preguntan si ha hablado con Montalvo, contesta con total transparencia: «no, pero en 15 minutos nos reunimos — el Consejo– y hablaremos con él. Bienvenidos a la glasnost racinguista.

Los jugadores han brindado el partido a la Gradona, siempre fiel.

En lo deportivo, empezamos a ver brotes verdiblancos. Todo futuro pasa por el ascenso y este domingo se ha dado un paso más, con la victoria por 1-0 ante la Cultural Leonesa. El partido de los hombres de Paco Fernádez ha sido tirando a flojo. El entrenador ha admitido que los jugadores tenían «mucha tensión». Sin sufrir demasiado atrás, al Racing le ha faltado ritmo, consecuencia también de dos semanas sin normalidad en los entrenamientos.

En la segunda parte ha entrado el marfileño Mamadou Koné y los primeros minutos han sido prometedores, con un remate al larguero de Javi Barrio y numerosas llegadas por las dos bandas. Pero la Cultu ha conseguido dormir el partido, en el último cuarto de hora con constantes pérdidas de tiempo que han valido el reproche de la grada.

Expiraba el tiempo reglamentario cuando, en otra pérdida de tiempo, el equipo leonés ha enviado el balón a saque de banda, supuestamente por lesión de uno de sus futbolistas. Teatro del malo, así lo ha visto también Paco Fernández que ha dado la orden de sacar rápido de banda y no devolver el balón. Su homólogo en el otro banquillo se lo ha reprochado, el balón ha llegado a banda derecha, desde donde ha volado al corazón del área. Después de una pugna en el salto ha quedado suelto, botando, en el corazón del área. Se superaba ya el minuto 90, la pelota estaba suspendida, bastante alta, pero Koné ha conseguido enganchar un derechazo con potencia que se ha colado hasta el fondo de las mallas. Los Campos de Sport del Sardinero se han venido abajo.

Los jugadores de la Cultural se han ido a por Paco Fernández, a quien acusan de falta de deportividad por no devolver la pelota al rival en esa última jugada que ha valido el gol de Koné. Pero llevaban toda la segunda parte con constantes pérdidas de tiempo, y eso no es deportivo. Este deporte es para listos, el fútbol es para listos, la vida es para listos. Paco Fernández es un líder, y es listo.

La gente ha gozado en los Campos de Sport. Santander sabe a fútbol cuando 18.000 marchan en columnas hasta El Sardinero, con sus bufandas y sus gorros, un domingo cualquiera a las cinco de la tarde. Había empezado el partido y la cola para sacar una entrada en la taquilla daba la vuelta a toda la Tribuna Sur. Los precios populares, cinco euros las preferencias y diez euros las tribunas, han terminado de convencer a la afición de que este era un día para llenar El Sardinero. Ha sido un fin de semana de colas hasta el final, una en cada puerta de acceso al campo. El club se ha visto un poco sobrepasado. Apenas han tenido tiempo de organizar la avalancha de público. Las peñas han echado todos los cables que han podido en las taquillas. El sábado por la tarde, se acabó el papel para imprimir entradas, pero es tal la solidaridad que se respira que varias imprentas se movilizaron. Tampoco ha pasado nada, el racinguismo tiene un máster en paciencia.

Santander ha vuelto a tener atascos dominicales. En la S-20, en la Avenida de los Castros, en el túnel de Tetuán. Como cuando éramos de Primera, porque lo seguimos siendo. Ya en el campo de fútbol municipal, la gente ha disfrutado de lo lindo. Homenaje sentido a Luis Aragonés; salida al campo de los futbolistas por el pasillo que han formado las secciones del club; y todo el repertorio de cánticos de la Gradona de los Malditos. Ha sonado Santander la Marinera de Chema Puente y el campo ha vuelto a tener ese aire de pequeño Anfield con el mosaico de bufandas al son de la Fuente de Cacho.